Publicado en El Mercurio, 29.01.2025 

 

 

 

 

 

por Gerardo Varela


«Esta reforma podrá ser conveniente política y electoralmente y ciertamente es buena para un grupo de gente hoy, pero claramente es un acto de moderación a la chilena en que el Gobierno esconde el puñal bajo el poncho»


Me encantaría que mis opiniones fueran siempre la medida de la moderación y la razonabilidad y todas las demás extremas, interesadas y espurias. Es lo que he visto con la reforma previsional, en que mucha gente declara que toda crítica es extremista.

No es extremista considerar que los temas que tenían preferencia por resolverse no fueron abordados correctamente (i) subir e igualar edad de jubilación de hombres y mujeres; (ii) suprimir el cálculo de la pensión de sobrevivencia en la determinación de la jubilación de la mujer casada; (iii) perseguir la subcotización y el trabajo informal; (iv) resolver las lagunas previsionales, y (v) considerar que ya tenemos PGU y subir solo 3 puntos las cotizaciones.

Sí me parece extremista e inmoderado establecer una exacción forzosa de 1,5% de las remuneraciones para prestarla al fisco y que no se trate como impuesto (lo prestan los empleadores, pero lo reciben los empleados en el futuro, ergo es un impuesto con destinación específica más encima) y que no se contabilice como deuda pública, consolidando una elusión constitucional y contable que si la hiciéramos los privados, violaríamos varias leyes.

Me resulta altamente riesgoso que a las AFP les bajen el encaje, permitiendo a muchas empresas sin capital entrar a competir en la administración de nuestros ahorros. Me parece alarmante que se imponga la licitación de clientes de una AFP, violando su derecho de propiedad sin indemnización y afectando con ello a importantes inversionistas extranjeros.

Me resulta incomprensible que se siga agrandando el Estado permitiendo que participe en la gestión de cuentas y más adelante en la administración de recursos privados quedando nuestros ahorros sujetos a la captura política de las «Democracias Vivas» de este mundo. Me parece incomprensible que habiendo logrado sacar al Estado del dramático compromiso financiero que significaban las pensiones, que fue un lastre en nuestro desarrollo, insistamos en meterlo.

Me parece injusto que la generación actual que vive en un Chile estancado, con menos oportunidades, a la que le han subido muchas veces los impuestos y que el último esfuerzo lo acaba de hacer para la PGU, que subió a casi 3% del PIB el gasto en previsión, ahora tenga que financiar a la generación que disfrutó del mejor Chile de la historia.

Esta reforma podrá ser conveniente política y electoralmente y ciertamente es buena para un grupo de gente hoy, pero claramente es un acto de moderación a la chilena en que el Gobierno esconde el puñal bajo el poncho, no se enfrentan los problemas que tenemos, sino que se chutean para adelante y como buenos chilenos «después vemos», y los que no puede chutearlos los esconde bajo la alfombra, o como dice la Dipres, se contabilizan «bajo la línea».

Fuente: Reforma previsional ¿moderada? - Fundación para el Progreso (fppchile.org)

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