Publicado en El Mercurio, 29.12.2024 

 

 

 

 

 

 

 

Gerardo Varela


«Viendo cómo el Presidente Boric ha manejado las crisis que le han tocado (caso fundaciones, incendios y Monsalve), debemos agradecer a Dios que no nos haya tocado una pandemia o un terremoto a su cargo»


Así como hay dichos que definen gobiernos o eventos, como Maradona penalizado, declarando «me cortaron las piernas» o Nicolás Eyzaguirre «bajando de los patines» a los mejores estudiantes, también hay eventos que definen una presidencia, como el caso Caval para Bachelet y ahora el caso Monsalve para Boric.

Son al menos ocho los problemas del gobierno y/o del Presidente que retrató este affaire.

(i) Su mala elección de las personas: poner a cargo de la seguridad a alguien que sabían o debían saber que era mujeriego y adúltero, con mala cabeza para el trago y con rasgos de ludópata, fue un error y refleja un descriterio monumental;

(ii) su irresponsabilidad financiera: Monsalve disponía con entera liberalidad de más de $500 millones anuales en gastos reservados que pareciera nadie controlaba;

(iii) la inconsistencia de su discurso: mientras se declaraban feministas, aplaudían a LasTesis, y pregonaban «yo te creo, amiga», apañaron —sino derechamente cooperaron— con Monsalve para tratar de que controlara los daños de una situación impresentable;

(iv) su falta de consideración con las personas y su humanidad: nunca nadie del Gobierno tuvo la delicadeza de visitar a la víctima que era parte de su equipo de gobierno;

(v) el desorden jerárquico e institucional: el subsecretario del Interior Monsalve no se reportaba a su superior la ministra del Interior, sino que se la saltaba para hablar directo con el Presidente;

(vi) la falta de autoridad del propio Presidente: recordemos que trata de contactar al subsecretario por Whatsapp y este lo deja en «visto», y se demora 3 horas en contestarle;

(vii) las prioridades invertidas: la política está siempre primero, el derecho y la ética después, lo que se refleja en que en vez de denunciar y pedir renuncias inmediatas, trataron de ocultar los hechos para evitar el efecto electoral; y finalmente

(viii) su doble estándar: mientras promulgaban la ley Karin con la que pretenden perseguir al sector privado, cuando se trata de proteger a los amigos se la pasan por la cola del pavo.

Viendo cómo el Presidente Boric ha manejado las crisis que le han tocado (caso fundaciones, incendios y Monsalve), debemos agradecer a Dios que no nos haya tocado una pandemia o un terremoto a su cargo. Como premonitoriamente dijo Izkia Siches antes de asumir su cargo como ministra del Interior: «No estamos preparados e iríamos a puro dar jugo».

 Fuente: Monsalve, espejo de un gobierno - Fundación para el Progreso (fppchile.org)

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