2 diciembre, 2024
por Vanessa Kaiser
Es un escándalo que quienes nos hablan de democracia avancen una partitocracia cuyos protagonistas han apoyado, desde el Congreso, la implementación de la Constitución rechazada.
Divierte oír a líderes de la derecha diciendo que el gobierno de Gabriel Boric se ha moderado abandonando sus pretensiones refundacionales al punto de parecerse a una coalición de centroizquierda. Tras la carcajada inicial emerge la pregunta: ¿Es que realmente no se han enterado de los avances en la implementación del articulado que los chilenos rechazamos en los dos plebiscitos? A fin de simplificar el análisis, dejemos de lado el “texto habilitante” (nos referimos al segundo proyecto y sus 12 bordes neomarxistas, globalistas y ecocéntricos) y hagamos un recuento de la lista de leyes recientemente aprobadas cuyo origen ideológico lo encontramos en el primer proyecto, también llamado mamarracho.
Lo primero a destacar es el avance en la legislación que nos impone un cambio en nuestra concepción antropológica, de ser iguales hijos de Dios -de lo que se sigue la igualdad ante la ley- al materialismo de autopercepción genital que subyace al enfoque de género. El término “género”, prohibido en Inglaterra y fuertemente cuestionado en varios países, a los que se sumará EE.UU. bajo el futuro gobierno de Donald Trump quien prometió terminar con el desquiciamiento de la sociedad provocado por dicho concepto, se ha integrado a la cultura legal de nuestro país, imponiéndose a partir de una serie de leyes con enfoque o perspectiva de género. Estamos ante uno de los fundamentos ideológicos de la Agenda 2030 (2045) cuya institucionalización estaba explícitamente contenida en el primer proyecto de nueva Constitución, según consta en el acuerdo firmado el 23 de agosto de 2021 por Elisa Loncón y Miguel Barreto, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas. El resultado de su imposición por parte del Congreso está a la vista: más de cinco mil niños sometidos a procesos de castración, los hombres despojados de la presunción de inocencia cuando son acusados por una mujer, la igualdad ante la ley desmantelada por consideraciones vinculadas a la autopercepción genital de cada quien y la consecuente agudización de las tensiones sociales y laborales, propósito anunciado urbi et orbi por la izquierda antidemocrática. Se cumplen los más de cuarenta artículos del mamarracho en que se nos imponía este cambio de paradigma, desde el cristiano que considera la igual dignidad y el carácter sagrado de la infancia a la interseccionalidad jurídica y la hipersexualización de las nuevas generaciones. Hablamos de la Ley Karin, la ley contra la violencia de género y, más recientemente, la aprobación del financiamiento para el PAIG (Programa de Apoyo a la Identidad de Género) que se aplica a niños desde los 3 años de edad. Se cumple el artículo 27 de la constitución octubrista: “El Estado deberá adoptar las medidas necesarias para erradicar todo tipo de violencia de género y los patrones socioculturales que la posibilitan”.
Otro pilar de la refundación de Chile lo observamos con el cambio desde el paradigma antropocéntrico al ecocéntrico, implementado a través de toda la legislación reunida bajo el término “permisología” con el que están desmantelando el capitalismo y avanzando el control total sobre los ciudadanos. Botón de muestra es la reciente aprobación de la sostenibilidad tributaria, la persecución de los contribuyentes según el número de depósitos en sus cuentas bancarias, el compromiso de carbono neutralidad, la ley de cambio climático, el sistema de compensación de impuestos verdes, etc. Ya en el artículo 1 el proyecto constitucional del gobierno establecía: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”.
En lo que respecta a la plurinacionalidad le cuento que Chile acaba de votar a favor de los derechos colectivos de los pueblos indígenas en el contexto de la Asamblea General de la ONU recientemente realizada en Nueva York. ¿Por qué la derecha no prende alarmas? Sobre todo, si sumamos el decreto del Presidente Boric publicado en el Diario Oficial el 2 de octubre recién pasado que instruye un procedimiento para iniciar el proceso de consulta previa, convocando a las instituciones representativas de los pueblos indígenas y del pueblo tribal afrodescendiente chileno. Estamos ante un avance innegable de la plurinacionalidad rechazada. Para profundizar sobre la relación del globalismo, el Nuevo Orden Mundial y la plurinacionalidad -todas banderas de la nueva izquierda refundacional, antidemocrática, globalista y octubrista que nos gobierna- recomendamos El Libro Negro del Indigenismo de Cristián Rodrigo Iturralde, en el que el historiador argentino denuncia: “La palabra crucial aquí es «plurinacionalidad», pues esta es la estrategia adoptada para partir territorialmente a los estados americanos o, digamos mejor, el paso anterior a la partición definitiva, que se dará cuando la Organización de las Naciones Unidas y la comunidad internacional reconozcan formalmente a cada pueblo indígena el estatus de naciones independientes. Actualmente, existen dos estados plurinacionales en América: Bolivia (2009) y Ecuador (2008). Los próximos objetivos parecerían ser Perú y Chile, especialmente el último, que estuvo muy cerca de aprobar una nueva Constitución cuyo punto central era precisamente ese: otorgar autonomía absoluta a las «naciones indígenas».”
Está claro que “la vanguardia” sigue adelante, mientras la casta insiste en una reforma al sistema político diseñada por expertos que, les recuerdo, trabajaron en el marco de 12 bordes de corte socialista, por lo que no debe extrañarnos que radicalice la desafección de la ciudadanía con sus representantes, horadando la legitimidad del régimen democrático. Ello en vistas a que se pretende castigar con la expulsión y reemplazo de los partidos a quienes no acepten las órdenes de directivas que, al menos en la derecha, traicionan abiertamente los principios fundantes de sus respectivos partidos. Es un escándalo que quienes nos hablan de democracia avancen una partitocracia cuyos protagonistas han apoyado, desde el Congreso, la implementación de la Constitución rechazada.
Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/el-retorno-de-la-plurinacionalidad/
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