Tres pasos al frente. Mar…

 

 

 

 

 

 

 

por Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)


Toribio los conoció de potrillos, cabros pa’ encachaos. Todos vibraban al son de los tambores y cornetas sin haber vestido jamás uniforme. Pollitos, algunos recién salidos de las universidades o culminando sus estudios, institutos profesionales o terminado la Educación Media. Seguían a su gurú, quien a pesar de su juventud había sido integrante del grupo de connotadas figuras que elaboró la Constitución de 1980 y un brillante panelista. Su fuerza era tal que se expandieron rápidamente a lo largo del país, en especial  en los sectores populares, donde con el transcurso de los años se fortalecieron y sumaron nuevas fuerzas. Yo aún no los conocía, pero recuerdo un 9 de septiembre de 1977, en memoria, justamente de la fecha que celebramos en esta semana por el aniversario del Combate de La Concepción, en que se llevó efecto una ceremonia en el Cerro Chacarillas,  donde mi general Pinochet dio a conocer el plan político 1977-1981.

Esta se inició con una marcha conformada por dos columnas de 77 jóvenes portando antorchas y que representaban a los 77 héroes caídos en La Concepción, de manera que los designados eran de lo “más granado de la juventud.” Participaron varios que después sobresalieron a nivel nacional: Gustavo Alessandri B., Francisco Bartolucci; Carlos Bombal, Andrés Chadwick, Juan A. Coloma C., Jaime del Valle; José Alfredo Fuentes, Hans Gildemeister; Cristián Larroulet, Joaquín Lavín, Patricio Melero, Luis Cordero, Andrés Santa Cruz, Antonio Vodanovic, etc.

Con el tiempo, no pocos formaron parte de la estructura de la SEGOB e hicieron su postgrado en política; se forjaron y fraguaron. Algunos fueron designados alcaldes y después de 1990 varios resultaron electos en los mismos cargos; algunos escalaron a la Cámara de Diputados y luego al Senado donde aún permanecen; y no faltaron quienes posteriormente fueron ministros de Estado. Pero asesinado Jaime Guzmán, desaparecido el guía espiritual, la colectividad comenzó a desdibujarse, abandonó el sector poblacional y contagió a miembros de otros grupos, que si bien no se formaron al alero del Gobierno Militar, participaron de sus ideales y hoy día están “mutis por el foro”; muchos contagiados con el progresismo y simpatizando con la izquierda, hasta negar a Pinochet emulando al discípulo de Cristo.

Entre los “iluminates” está el exsenador, expresidente de la UDI y exministro de Justicia de Piñera, Hernán Larraín F. Individuo que después de haber simpatizado con el Gobierno Militar, no solo ha transitado en términos políticos sino valóricos, al promover la ley de identidad de género y de adopción. En agosto de 2013, a raíz de su interpelación en la Cámara, aludiendo al gobierno de Pinochet señaló: Fue un gobierno militar, pero, sin lugar a dudas, fue una dictadura, no fue una democracia, y del punto de vista de la ciencia política, lo que no es democracia es un gobierno de facto. Sin embargo, años antes, con motivo de un cumpleaños de mi general en una carta personal escribió: “Los pueblos, por lo general, son poco agradecidos con quienes colaboran en su desarrollo en vida de sus protagonistas. Más bien la crítica y la descalificación, cuando no la envidia, dan cuenta de nuestra pequeñez e incapacidad para tributar en forma oportuna un justo reconocimiento (…) Nuevamente usted, al liderar el proceso, mostró la calidad de estadista que pocos chilenos han podido exhibir a lo largo del siglo que expira”. 

Como ministro de Justicia se mostró indiferente con nuestros camaradas que padecían de enfermedades terminales y a quienes se les negó el indulto; junto al Subsecretario Rodrigo Ubilla fueron los peores cuchillos. Este último recorrió todo el país abriendo causas que estaban cerradas en la justicia militar y las denunció a la justicia ordinaria, agregando 1.400 derivadas del tongo de las Comisiones Valech, llena de falsedades que hoy forman parte de múltiples procesos que afectan a inocentes.

A raíz de lo anterior, la situación de los camaradas de armas y policías condenados o en proceso han alcanzado sumas exorbitantes: 408  personas cumpliendo condenas a lo largo de Chile; el 77% de los recluidos supera los 75 años de edad, de los cuales 34 están sobre los 85 y 16 sobre los 90 años. ¿Es justicia, venganza o pena de muerte? De ellos hay 70 con cáncer, 40 con daños neurológicos y 14 en estado terminal. Desde 1990 a la fecha han fallecidos 124 procesados y/o cumpliendo condenas, varios optaron por el suicidio para ahorrar males a su familia. Existen a la fecha más de 400 personas con procesos abiertos, y algunos que habiendo cumplido condenas de 10 o más años, se les mantiene detenido porque existen otras causas pendientes pudiendo estar con detención domiciliara total.

Por si fuera poco, y para que los miembros de esta parroquia lo tengan presente en las futuras elecciones, el proyecto de ley que se discutió en el Senado que beneficiaría a los hombres con edad superiores a los 70 años, y mujeres de 65, que se encuentran recluidos con enfermedades terminales y enfermos no valentes, la versión final fue rechazada por dos votos, debido a la ausencia de los senadores Manuel Ossandón (RN) Juan Castro (PSC) Felipe Kast (Evópoli) y María José Gatica (RN)

Pero este cuadro dantesco a la mayor parte de los chilenos no parece importarle porque a ellos no les afecta, es el pago de Chile para quienes hace 50 años lucharon para hacer de nuestro Chile una nación libre del marxismo y soberana. Si esta columna ha despertado su interés en solidarizar con ellos, difunda este comentario a todos sus contactos y si lo quiere hacer mejor, contribuya “en la medida de lo posible” al financiamiento de las defensas judiciales aportando a la ONG Jure, conforme a los detalles abajo indicados.

miércoles, 10 de julio de 2024 

 Fuente: https://fhormazabaldiaz.blogspot.com/2024/07/249-traidores-alineear.html

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