28 diciembre, 2023
por Luis Larraín
Ya la derecha perdió mucho con quienes en sus filas descubrieron la genialidad de votar En Contra. Miren si no en qué estamos ahora.
Luego que 30 personeros de Chile Vamos manifestaran en una carta su desacuerdo con Republicanos, acusándolos de ser muy extremos en los planteamientos incluidos en el proyecto de Constitución (no imaginamos con qué propósito fuera de echarle la culpa a otros), varios de sus dirigentes y parlamentarios fueron más allá y mostraron disposición a llegar a acuerdos con el gobierno en materia de pensiones y otras materias. Lo extraño es que estos partidos habían dicho hace muy poco que los seis puntos adicionales de cotización previsional que ha planteado el gobierno debían ir todos a las cuentas individuales (que es lo que quiere la mayoría), lo que es incompatible con esta nueva posición.
Después de esto, uno se pregunta a qué otros acuerdos quieren llegar con un gobierno socialista que es apoyado por el 30% de los chilenos (¿salud, impuestos, combate al crimen, migraciones?) y qué los hizo cambiar de posición. ¿Hay nuevos estudios o antecedentes? ¿O cambiaron sus convicciones y ahora ven virtudes en el socialismo? Todo muy rápido, demasiado, para alguien que pretende fidelizar a sus votantes (entre los que me cuento) y no entregárselos en bandeja a sus nuevos adversarios de Republicanos. Otra pregunta pertinente es: ¿con quién van a llegar a acuerdos dentro del Gobierno? ¿Con los que pretendieron derrocar al Presidente Piñera? ¿Con los que llamaron a quemarlo todo y tildaron de criminales a autoridades de ese gobierno? ¿Con los de la nueva moral que se llevan los recursos fiscales para la casa en carretilla y pretenden salir indemnes ante la pasividad del gobierno?
Lo paradojal es que, aunque se reconoce que el gobierno actual lo está haciendo pésimo, la apertura a acuerdos con él se presenta como una manera de diferenciarse de Republicanos. ¡Que extravío de prioridades! ¡Que confusión de propósitos!
Cuando estás en un juego de equipo hay cuestiones básicas: con quién colaboras y a quién te enfrentas. En fútbol, a quién le pasas la pelota y a quién se la quitas. A veces, cuando hay un jugador muy malo, sus compañeros un poco exasperados le gritan: “pásasela a los verdes no a los rojos”, es la mínima exigencia. ¡Pero no puedes tener un equipo con muchos jugadores que requieren esa instrucción! Ya la derecha perdió mucho con quienes en sus filas descubrieron la genialidad de votar En Contra. Miren si no en qué estamos ahora.
Este desconcertante comportamiento puede estar influido por una excesiva confianza en que la centroderecha ganará las próximas elecciones. Lo único que necesitarías en ese caso es vencer a tu adversario interno en una segunda vuelta presidencial. ¿Pero, qué sucede si pasa alguien de la izquierda a la segunda vuelta y las candidaturas de centroderecha se han sacado los ojos en la campaña como en alguna medida ya ha comenzado a ocurrir?
Esa confianza es muy peligrosa. La única forma de asegurar un triunfo en las elecciones que vienen, es hacer una alianza más amplia, que incluya a Amarillos y Demócratas, que han dado muestras de su lealtad a las instituciones democráticas (cosa que no han hecho los amigos nuevos). Para la izquierda perder el gobierno es letal y por eso el “socialismo democrático” tiene tan pocas defensas frente a sus aliados comunistas y del Frente Amplio. Se lo van a jugar todo, sin escrúpulos, para mantenerse en el poder.
Para Chile Vamos, por otra parte, esa alianza más amplia es una forma bastante más inteligente de aumentar las posibilidades de un candidato o candidata propios a la presidencia. Y no se requiere colaborar para llevar a Chile al socialismo, ni caer en la ingenuidad de pensar que Gabriel Boric es una especie de árbitro entre los comunistas y frenteamplistas, donde milita, y los socialistas democráticos.
La centroderecha tiene un proyecto propio para ofrecerle a Chile junto a quienes han mostrado total respeto a la institucionalidad y la democracia representativa. Esperemos que cesen los desvaríos navideños y se aproveche la oportunidad histórica que tiene el país para dejar atrás los aciagos tiempos del octubrismo y el estancamiento que lo precedió, cambiando el foco a la seguridad de la población y sus anhelos de progreso.
Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/desvarios-en-la-centroderecha/
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