11 marzo, 2023 

 

 

 

 

 

por Pilar Molina


Seguro que las isapres esperan ansiosas que terminen con ellas y convertirse en seguros de segundo piso, lo mismo que plantea Salud, deshaciéndose de todos los usuarios “cachos”.


Este es un Gobierno que pasará a la historia por su incapacidad. No solo pierde el plebiscito y la reforma tributaria con que iba a financiar su programa, sino que además no aprende.  En vez de encontrar las respuestas en sus propuestas maximalistas, busca el culpable al frente, aunque se trate de 8 millones que rechazaron el borrador constitucional que promovía, o de los votos oficialistas que no supo contar en la Cámara.

Cuando es tan generalizada la falta de pericia, no es de extrañar que les quede como poncho la incursión en política pública que hizo la Corte Suprema a fines de noviembre. Ella estableció que las isapres deben devolver los excedentes que, a partir de 2020, se hayan generado por la no aplicación de la nueva tabla de factores única que estableció la Superintendencia de Salud y que ellas sólo ejecutaron con los nuevos suscriptores o a quienes cambiaron de planes. Además, las obliga dejar de cobrar por niños menores de 2 años, salvo la prima GES.

Le dio un plazo de seis meses a la Superintendencia para aplicar este fallo con que la vocera de la Corte Suprema, aclaró, “jamás hemos pretendido desbaratar o hacer caer el sistema”.  Pero con este Gobierno se armó la tormenta perfecta, porque a la Superintendencia le restan menos de tres meses y se ve lejos de llegar a una solución que tendrá que ser vía ley corta.

Por el contrario, los vemos casi sobándose las manos con las 380 mil personas que llegaron al Fonasa el año pasado. “Nunca antes vista”, celebró su director Camilo Cid, mientras se aprestan para recibir en Fonasa a los más de 3 millones de afiliados de isapres, cobrándoles, además del 7%, una prima que les permitiría obtener una cobertura similar a la que obtienen hoy en el sector privado.

Por supuesto que no se paran a pensar ni un minuto que la migración al sistema estatal es un problema. Lo histórico es que cuando Chile progresa, aumentan automáticamente los afiliados a las isapres.

Si ahora caen, ese termómetro indica fiebre. Segundo, si las isapres quiebran, serán las personas en tratamiento (de cánceres y similares) o con preexistencias y todos los mayores de 60 años los que se verán obligados a ponerse a la cola para atenderse en el sistema público. No encontrarán seguros complementarios para continuar siendo usuarios de la red privada.

Tercero: ¿Por qué creen que serán capaces de aumentar la carga del Fonasa si no sólo no han podido disminuir las largas listas de espera producto de la pandemia, sino que el año pasado las aumentaron?

La ministra de Salud asegura que no usarán la coyuntura para la transformación del sistema de salud a uno único estatal, como sostiene el programa del Presidente Boric. “Sería muy irresponsable ingresar una reforma a la salud en una situación de caída del sistema privado”, añadió el superintendente Víctor Torres. Pero lo cierto es que todo apunta a que no quieren o no tienen la capacidad de encontrar una solución para que siga existiendo la red privada en la que se atiende también la mitad de los usuarios del sistema público.

La única propuesta que esbozaron el lunes a los parlamentarios es que las isapres devuelvan a sus afiliados mil 400 millones de dólares en 24 meses. Sólo es una modelación, dicen, pero la cifra es ridícula porque un sector que ha tenido pérdidas por $280 mil millones los últimos dos años, tendría que financiar, además de la operación del sistema, el equivalente a 33 años de utilidades y a 4 veces su patrimonio.

Las autoridades han convertido la compensación en una suerte de retiro previsional millonario, porque aunque afirmen que no se devolverá como efectivo, sino que como excedente y en cuotas mensuales, el hecho es que cuando estos no se ocupan al cabo de un año, se pagan en efectivo al afiliado.

Toda esta incapacidad de aliviarle la incertidumbre a los afligidos usuarios de la red privada se combina con acusaciones de la Superintendencia que “la isapres son responsables del actual escenario que enfrentan”. Y, a modo de amenaza, que sí o sí, “el Gobierno cumplirá con el mandato de la Corte Suprema”. Nadie ha planteado incumplirlo, pero un grupo de ex superintendentes de Salud le propuso al Gobierno una solución que permitiría cumplir el mandato, dándole estabilidad financiera al sector. Y nada de eso parecen querer recoger.

Finalmente, las más contentas con la incapacidad del Gobierno deben ser las isapres. Seguro que esperan ansiosas que terminen con ellas y convertirse en seguros de segundo piso, lo mismo que plantea Salud, deshaciéndose de todos los usuarios “cachos” y dándole cobertura sólo a los sanos.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/incapacidad-terminal/