9 febrero, 2021 

 

 

 

 

 

Michèle Labbé
Economista


Si regularizan las segundas viviendas en el norte del país, ¿por qué no regularizar las carpas que están en medio del Parque Forestal o en el bandejón central de la Alameda?


Hace muchos muchos años, cuando aún era universitaria, me fui de vacaciones con los papás de una amiga a unas cabañas en Bahía Inglesa. Uno de esos días, el tío Carlos, papá de mi amiga, nos llevó a una playa maravillosa, que recuerdo con el nombre de Playa Esmeralda, cerca de Caldera, con arena blanca y mar de ese color. Esa playa aún aparece en mis sueños, pero hace algunos años supe -para mi sorpresa- que había sido “tomada”. Peor aún, durante la última semana se emitió un reportaje de televisión que dio a conocer que el gobierno había decidido hace algún tiempo regularizar las tomas ilegales de terrenos en el norte del país, las que en su mayor parte son utilizadas para construir segundas viviendas. ¿Y cómo? Vendiendo dichos terrenos ocupados “por muchos años” a sus usurpadores.

El ministro de Bienes Nacionales Julio Isamit justificó esta política pública diciendo que solo hay dos opciones: o se vende o se desaloja, y no van a desalojar porque no es culpa de los usurpadores que no les hayan dado “solución” a la usurpación en tantos años. ¡Insólito!

Yo me pregunto dos cosas: ¿Al Ministro se le habrá olvidado que los terrenos fiscales no son del gobierno, sino de todos los chilenos, y que por tanto, todos los chilenos tenemos derecho a acceder a ellos, y si el fisco decide que los va a vender, todos los chilenos deberíamos tener acceso a poder comprarlos? ¿No ha sido esa la política de los gobiernos cuando hay problemas de acceso a las playas y lagos?

Lo segundo, es que con este tipo de políticas, lo único que se incentiva es la usurpación de nuevos terrenos. Incluso más, los nuevos usurpadores de terrenos podrán argumentar igualdad frente a la Ley y, por tanto, pueden exigir la regularización de sus robos.

En efecto, si regularizan las segundas viviendas en el norte del país, ¿por qué no regularizar las carpas que están en medio del Parque Forestal, o en el bandejón central de la Alameda, que no son siquiera segundas viviendas?

Por la razón o la fuerza, los ladrones de tierra o usurpadores se quedarán finalmente con dichos terrenos, mientras el resto de los chilenos, aquellos que respetan la institucionalidad y la propiedad, son pasados a llevar tanto por los usurpadores como por el gobierno. En buen chileno, al parecer se nos olvidó que las tomas de terrenos fiscales son robos a la propiedad de todos.

Ya me robaron la plaza Baquedano y Playa Esmeralda. ¿Que nos robarán ahora?

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/michele-labbe-incentivando-el-robo-y-el-abuso/