29 diciembre, 2020
Michèle Labbé
Economista
Basta de decisiones paternalistas que de a poco nos quitan libertad. Tenemos que entender que limitar nuestra capacidad de elegir bajo la justificación de estar protegiendo a los afiliados no es una solución (…) Existen métodos alternativos que permiten limitar los efectos indeseados sobre el sistema financiero y las pensiones, para que sigamos siendo nosotros quienes decidamos si seguir recomendaciones de inversión masivas o no hacerlo.
Las empresas de asesorías previsionales, de las cuales Felices y Forrados parece ser la más conocida, se han convertido en un gran dolor de cabeza para el Ministerio de Hacienda, la CMF, y el Banco Central.
Felices y Forrados, así como el resto de las empresas asesoras previsionales -que en realidad son asesoras de inversiones y no previsionales-, pues en nada asesoran respecto de cómo alcanzar la pensión esperada, sino sólo recomiendan el fondo de pensiones que a su juicio presentará el mayor retorno en los próximos meses. A través de sus recomendaciones de cambio de fondo, propician el traspaso frecuente y masivo de fondos de pensiones, lo que tiende a aumentar la volatilidad de los mercados financieros. Generan grandes volúmenes de traspasos de fondos en una única dirección, que terminan impactando los precios de los activos, desplazándolos de sus fundamentos, lo que puede generar efectos sobre la estabilidad del mercado, el tipo de cambio y, tanto o más importante, efectos negativos relevantes en los ahorros para pensiones y, por tanto, en el monto con que finalmente se jubilarán los afiliados (de acuerdo a varios estudios, entre ellos uno del Banco Central un 76% de los afiliados que se cambian del fondo recomendado por ley terminan perdiendo o ganando menos).
En respuesta a estos riesgos, el Ejecutivo nuevamente ha impulsado medidas para regular a estos asesores, esta vez presentando el 15 de diciembre un proyecto de ley cuyo objetivo es limitar la cantidad de traspasos que pueden realizar los cotizantes entre los distintos fondos de pensiones. En específico, el proyecto de ley limita a dos en el plazo de un año calendario los traspasos a fondos no adyacentes, pese a que no hay limitaciones en los traspasos de un a otro fondo cuando estos sean adyacentes (por ejemplo: cambios del fondo C al Fondo B o al Fondo D).
A primera vista, y en opinión de muchos expertos, esta medida es necesaria para proteger a los afiliados del sistema de pensiones, pues en promedio, los afiliados que siguieron las recomendaciones de los asesores ganaron menos que los que no se cambiaron de fondo.
Sin embargo, a mi juicio, el objetivo de proteger a los consumidores NO justifica limitar la libertad de elección de todos los chilenos.
Creo que existen métodos alternativos que permiten limitar los efectos indeseados sobre el sistema financiero y las pensiones, para que sigamos siendo nosotros, en el uso de nuestra libertad de elegir, quienes decidamos si seguir recomendaciones de inversión masivas o no hacerlo, y nos hagamos cargo de nuestras decisiones y sus consecuencias sobre nuestros ahorros para pensiones. Es decir, el justo equilibrio entre derechos y deberes.
Ideas como someter a estas empresas de asesoría previsional, como Felices y Forrados a la fiscalización de las Superintendencia de Pensiones y la CMF, prohibiendo la inversión de sus dueños y familia, ejecutivos y cercanos a la empresa hasta segundo o tercer grado de consanguineidad, en instrumentos en que tienen inversiones los fondos de pensiones, establecer un encaje obligatorio a las empresas asesoras, y establecer requisitos de información, que deben entregar las empresas asesoras a sus clientes, donde en forma clara y simple se le explique al afiliado el valor que alcanzarían sus ahorros si hubieran seguido las recomendaciones de inversión de los asesores y si no se hubieran cambiado de fondo.
Basta de decisiones paternalistas que de a poco nos quitan libertad. Tenemos que entender que limitar nuestra capacidad de elegir bajo la justificación de estar protegiendo a los afiliados no es una solución, pues bajo el mismo concepto, pronto tendremos prohibido salir a la calle después de que oscurece, pues la autoridad estará protegiéndonos de la delincuencia que cada día más se toma nuestras ciudades, o de usar mini falda, para evitar los abusos y asaltos sexuales.
Fuente: https://ellibero.cl/opinion/michelle-labbe-el-justo-equilibrio-entre-derechos-y-deberes/
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