11 de julio de 2020
por  
BLOG-DE-MAXIMO


En fin… ¿Y luego, qué preferirá la gente, un mago de derecha que ponga orden en el caos en que nos encontraremos, o preferirá un mago de izquierda que nos quiera adormecer con canciones de cuna y un cuento chino? En el pasado estas situaciones se solucionaban, o al menos se controlaban por un tiempo, con unos cuantos tiros, promesas diluidas en inflación y un tirar “pa’delante”. Hoy todo es más complicado.

¿Qué pasará, o en qué pensarán quienes quieran invertir después de la tormenta? (A mí ni me miren, yo paso) ¿Qué leyes y que constitución nos regirán? ¿Veremos el cielo azul? ¿Habrá cielo azul? ¿Qué se entenderá por un precio conveniente en un año más? ¿Precio conveniente o trampa de valor? ¡Ufff! Vamos a ver. Definámonos. ¿Podremos invertir en vivienda, salud, educación, por ejemplo, o serán derechos sociales a prueba de capitalistas? Tal vez en Carolina del Norte, Panamá o en las impenetrables selvas del Congo tengan mayor claridad al respecto y sean una mejor alternativa ¿Qué será más peligroso y menos predecible, un pistolero loco en USA, un tiburón panameño, una serpiente venenosa congoleña, o un político chileno con licencia para trasgredir la ley impunemente?

El populacho bárbaro probó las mieles del capitalismo que tanto denosta. Saben, en el fondo, que el camino al bienestar es este, que no hay otro. Pero claro, quieren un poquito más, y más, y más. Y no hay más, ya no ¿Actuamos con sensatez y resignación, o tiramos del mantel y nos vamos todos a la mierda? Pregunta fundamental ¿Tendrá el pueblo chileno el nivel de racionalidad necesario para salir de este lio en que nos encontramos? No tengo claro si el desarrollo económico fue de la mano de un desarrollo cultural suficiente para mantener el primero. Porque una cosa es matricularse en alguna universidad en busca de una certificación que promete un futuro esplendor, y otra es entender de qué va esto. Con “esto” me refiero a la realidad.

El populacho bárbaro está descontrolado, viviendo en el país de los matinales, las soluciones definitivas e incuestionables, políticos que alzan las manos, enfervorizados, cada vez que pasan sobre la constitución, el resentimiento nacional, los expertos en el tema de turno que anuncian infalibles soluciones técnicas y materialistas (luego nos explican porque no funcionó), mientras la Tonka y el Martín nos las explican, asesorados por Vidal, Lavín y un pizarrón. Menudo chollo. Gran futuro.

Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.com/

.