18 de junio de 2020
BLOG-DE-MAXIMO
Supongo que todos ustedes han visto el recibimiento triunfal que los abnegados funcionarios de la salud pública, gratuita y de calidad, le propinaron al flamante colaborador del Administrador Provisional de Palacio.
Seamos sensatos y dejemos la ideología de lado, aunque sea por una vez en la vida, y en especial pensando en quienes más lo necesitan. La funa fue necesaria, correcta, impostergable. Vamos a ver: ¿El ministro y sus guardias entraron pidiendo perdón?: No ¿Se arrodillaron?: Tampoco ¿Le besaron los zapatos al matón y la vieja chica del cartel?: Menos ¿Y qué quieren entonces? A cualquiera lo irritaría una cosa así.
Ese es el problema de esta gente, no están junto al pueblo que sufre. No tienen sentimientos. La gente tiene hambre. Durante el invierno tienen frio. Y durante el verano no tienen frio, pero no importa, ese no es el tema. Ser o no ser, ese es el problema, nos advertía don Guillermo ¿Pasan hambre los ricos?: No ¿Pasan hambre los gorditos de El Bosque?: Tampoco, pero no importa, ese no es el tema ¿Se entiende el punto? ¿No? Pues no me importa, ese tampoco es el tema. Ya lo dijo don Guillermo, ser o no ser, ese es el problema ¿Se entiende?
¿Se pronunció el ministro sobre Catrillanca y Floyd?: No ¿Ven lo que les digo? La funa no podía esperar, mientras en Chile muere gente por Coronavirus en los hospitales públicos. Debemos estatizar la salud privada. Y los frescos ingresaron sin identificación, aunque el matón y la vieja chica del cartel los tenían identificados. Es cierto que los guardaespaldas agacharon la cabeza, reconozcámoslo, es un avance en la dirección correcta, pero no es suficiente. El pueblo ha esperado por muchos años un gesto que no llega.
La vieja chica tiene razón, la dignidad debe ser en la vida y en la muerte, por eso muerte o socialismo, como decía don Hugo, quien no tenía tantas dudas existenciales como don Guillermo. Nada de ser o no ser, aquí todos somos o no somos ¿verdad compañero? El problema es de dignidad, pero el ministro no se entera.
Luego del recibimiento, los compañeros de la prensa montaron un escenario. El matón vociferaba delante del ministro, quien escuchaba paciente. No me refiero a que fuera paciente del hospital, sino a que escuchaba con paciencia, aunque no sé si con interés. Yo presté interés al discurso del matón, pero perdí la paciencia. El ministro no puede perder la paciencia mientras trabaje para Sebastián, es malo para la encuestas.
Además, yo me pregunto lo mismo que el matón y la viaja chica del cartel ¿Qué hace el Ministro de Salud en un hospital? Nada pues. Ministro, quédese en su oficina, así los funcionarios van con el matón, la vieja chica, el cartel y los mirones a funarlo al ministerio por no ir al hospital. Al menos va a jugar de local, aunque con el público en contra.
Se equivocó el ministro, estos buenos tiempos para ser Ministro de Educación. Al menos mientras los colegios y las universidades permanezcan cerrados puede hacer una gira de fiscalización en terreno sin correr riesgos, sin tener que pedir perdón y ni arrodillarse. Ministro de Economía puede ser, mientras el comercio permanezca clausurado. O Canciller, para volar solito en al avión. Hay que ser vivo para estas cosas ¿Ser o no ser? Siempre será mejor ser, o uno deja de ser, eso lo digo yo. Pucha que estaba enojada la vieja chica. Me llegó a dar miedo, a pesar de tener experiencia en el tema.
Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.com/
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