1 de mayo de 2020
Tomas Bradanovic
Sobre la educación online vengo escribiendo desde hace años así es que seré breve en esto. Creo que de todos los cambios que está acelerando la epidemia, el efecto de las cuarentenas sobre la educación online será el menos impactante de todos. En general creo que no se está haciendo educación online, sino que se está replicando la educación tradicional por videoconferencias y cosa por el estilo, cosa a la que no le veo ningún futuro.
Aunque soy un fanático del e-learning y no tengo ni una duda que es el futuro de la educación, creo que este cambio será en un plazo más largo de lo que había pensado, porque hay varios problemas que lo tendrán frenado durante un buen tiempo.
El principal es que hay millones de profesores y "trabajadores de la educación" en los gigantescos aparatos burocráticos de todo el mundo, estos son gente que se ganan -bastante bien- la vida con relativamente poco trabajo, aunque viven quejándose amargamente de tener una carga de trabajo abrumadora y ser mal pagados. En todo el mundo gran parte de la educación está en manos del estado, es decir de los políticos, lo que la ha convertido en un elefante blanco inútil e increíblemente costoso.
El ministerio de Educación en Chile, por ejemplo, es un saco sin fondo, la mayor partida -por lejos- del presupuesto nacional, la más ineficiente de todas y con un ejército de "educadores" y sus ayudantes, que no van a soltar la teta de leche y miel que los alimenta. Ese es el principal problema de la educación y uno de los peores problemas, en Chile como en todo el mundo.
Otro factor en contra es que los profesores está impreparados para dictar clases online, yo lo he visto muchas veces, típicos profesores acostumbrados a llenar una o dos horas con divagaciones, charla intrascendente, chistes, redundancia, etc. se desesperan cuando tienen que grabar una clase online y se dan cuenta que el contenido de dos horas se puede entregar en diez o quince minutos. Están formados para hacer clases de una hora repletas de relleno intrascendente y cuando tienen que explicar los temas de manera clara y concisa se quedan en blanco o se enredan.
Otro recurso importante al que estos profesores charlatanes no pueden echar mano en las video clases son las preguntas y respuestas, la interacción con los alumnos. Convencionalmente se piensa que esta interacción es parte importante del proceso de aprendizaje, pero rara vez es así, normalmente las peguntas son también parte de la charla intrascendente e improductiva de la clase, muy diferente -por ejemplo- de la participación de los alumnos en foros de discusión, donde están obligados a hacer preguntas relevantes, estructuradas y bien formuladas.
Por eso la mayoría de los profesores odian grabar su clase en un video, pueden hacer clases por vieoconferencia en vivo sin problemas, porque allí usan su habitual charlatanería, es lo que han hecho siempre. Pero tener que condensar y explicar algo claramente, a la mayoría les produce un bloqueo y una especie de pánico escénico que no llegan a superar jamás.
Para los alumnos tampoco resulta fácil acostumbrarse porque han pasado toda su vida en el sistema presencial y se han adaptado a él. Sus únicas obligaciones son asistir a clases, ejercitar para "calentar" las pruebas y negociar las notas cuando salen malas. Acostumbrados a un sistema que les permite egresar aunque no hayan aprendido casi nada, no les hace la menos gracia tener que aprender las malditas materias. Los padres, ignorantes y criados en el mismo sistema, en su mayoría solo se preocupan que sus hijos obtengan el papelito que los declara egresados, aunque sean unos completos burros, con eso basta y sobra.
Al hablar de educación online aparecen dos referentes esenciales: Khan Academy y Coursera. La academia de Salman Kahn todavía conserva su formato original y está dedicada básicamente a replicar los contenidos que se enseñan en la educación primaria y secundaria tradicional, los contenidos y el enfoque son los mismos, es decir preparan a los estudiantes para resolver problemas y ejercicios de la manera tradicional, lo que hace sus clases -a mi modo de ver- bastante áridas. En suma es un buen lugar para entrenarse en rendir pruebas y exámenes tradicionales, como el SAT y otros por el estilo.
Coursera empezó dando cursos universitarios gratis y no acreditados, lo que significó un cambio importante porque los profesores eran voluntarios y tenían libertad para diseñar sus cursos de acuerdo a lo que a ellos les pareciera importante. Con el tiempo esto fue mutando, los cursos gratis empezaron a desaparecer o a ser restringidos y el sistema mutó a una venta de diplomados y máster online de bajo costo, que siguen los currículum estándar de cada universidad.
En ambos casos se impuso la camisa de fuerza del establishment educacionista y a estas alturas, han perdido bastante del impulso y las esperanzas que despertaron originalmente. Pero han aparecido cientos, tal vez miles, de plataformas alternativas que venden o entregan gratis cursos no acreditados en asuntos prácticos, más que replicar los programas de educación tradicionales. De estas plataformas la principal en el mundo en estos momentos es Udemy.
Yo coloqué mis cursos en Udemy hace unos 5 o 6 años atrás, cuando todo estaba recién comenzando. Mi idea era hacer capacitación en asuntos prácticos, porque los programas de estudio tradicionales me interesan muy poco o nada: algo de pequeña empresa, un poco de programación, inversión pública y cosas así en las que yo he tenido experiencia. Todos mis cursos han sido básicos y bastante informales, por eso en principio los subí en su mayoría gratis.
Hay tres cursos gratis que han tenido un gran éxito, el más exitoso es Habilidades Gerenciales para el Pequeño Empresario, luego Visual Basic para Oficinistas y finalmente Empresas Individuales en Mercados de Subsistencia, en conjunto han tenido más de 50 mil alumnos inscritos en las distintas plataformas. Con los cursos que intenté hacerlos de pago me fue mal, con el tiempo los he visto y debo reconocer que no son buenos y se han vendido muy poco. Igual en estos seis años he vendido casi mil dólares en Udemy y unos doscientos en otras plataformas como Teachlrn, a los que hay que sacarles los pagos con forceps.
El curso de Habilidades Gerenciales siempre fue el más exitoso, desde el principio y hace un mes lo cambié de "gratis" a "pagado", cobrando 11.99 dólares por él. Ahora me está yendo bien, porque este mes llevo vendidos 64.77 dólares, más 33.21 de la mitad del mes pasado. De mantener ese ritmo podría pagar Internet y algunas cervezas con solo la venta de ese curso, sin mover un dedo. ¿Por qué recibo tan poco? Es que a pesar que el precio es 11.99, Udemy se lleva la parte del león y el Fisco de Estados Unidos me retiene un 30% en impuestos, que dudo mucho los llegue a recuperar alguna vez. Al final recibo entre 3 y 4 dólares por cada curso vendido, pero no me quejo, peor es nada.
En resumen, creo que la educación online todavía tiene un largo camino por delante, no va a ser la revolución violenta que imaginé al principio porque existe un gigantesco establishment a nivel mundial dedicado a defender sus privilegios sindicales y económicos, ellos ponen toda clase de obstáculos partiendo por el diseño de malos currículums, que solo pueden ejecutarse de manera presencial. La educación tradicional necesita un cambio y rediseño radical, desde las bases porque ya no sirve, es inútil, excepto para los profesores y toda la burocracia que se beneficia de entregar estos servicios. En algún momento la gente dejará de interesarse en la educación formal y solo entonces el sistema podrá mejorar. Por ahora no tiene remedio.
Sin embargo queda la capacitación, el entrenamiento en desarrollar habilidades y conocimientos específicos, donde si existe un enorme campo y de gran utilidad para todos. Yo creo que allí está el futuro, la educación tradicional y generalista ya no sirve para nada por inútil y costosa, pero el entrenamiento en cosas específicas si tiene un valor económico inmediato.
Aprender a manejar mejor su negocio, a programar un procesador de texto o una hoja de cálculo para optimizarlas según las necesidades, son cosas valiosas, prácticas y útiles. Incluso los profesionales que después de titularse se dan cuenta que no saben nada que valga la pena o que les de alguna ventaja laboral, también pueden capacitarse para obtener conocimientos y habilidades específicas que los diferencien. Probablemente eso les dará más valor que toda la costosa, inútil y larguísima educación formal que recibieron.
Siempre que empiezo con "seré breve" al final me resulta un mamotreto interminable ¿Se han fijado?
Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/
.