Osvaldo Rivera Riffo


Se levanta la voz de los pueblos y se escucha del Norte hasta el Sur
se estremece la inmensa montaña y hasta el cielo oscurece de azul.
Es la Patria que nace en un grito que se hará realidad:
¡Libertad!!!
(Estribillo de canción de Chacho Santa Cruz, que se convirtió en símbolo de la resistencia a los intentos totalitarios del gobierno de Salvador Allende)


 Después de la maratónica sesión de la Cámara de Diputados, donde cada "honorable "dio rienda suelta a su lengua para argumentar sobre la acusación constitucional contra la ministro Cubillos, creo que está demás redundar en la corta visión, la falta de concepto argumental y el nulo propósito de bien nacional, que campea en el parlamento chileno.

Me quedo con el comentario de mi amigo Johannes Kaiser: “ganó Cubillos perdió la oposición y perdió la Republica”.

Pero eso no fue todo en el circo político al que ya parece estar acostumbrado el pueblo de Chile. A media página de un diario, se publicó un inserto de una de las organizaciones de fachada del Partido Comunista y la verdad es que la desvergüenza no conoce límites.

Hace una defensa por cierto del gobierno marxista de Venezuela y luego una retahíla de monsergas ya conocidas, donde expelen el odio profundo que los caracteriza y en ese desvarío una vez más pretenden desconocer la historia y ambientarla con una coreografía digna de una mala película de terror.

Pues bien, para mejor entender, los muertos que la imposición de la doctrina marxista liderada por el Partido Comunista ha significado en el mundo, ha sido devastadora.

Más de 100 millones de crímenes son las cifras que tanto distintos investigadores, organismos internacionales y estudios de importantes universidades mundiales, como libros dedicados al tema consideran definitiva, haciendo la salvedad de que hoy se sigue masacrando opositores y disidentes en Venezuela, Cuba ,China ,Vietnam del Norte etc.

Creo que llego el momento de denunciar, con un gran clamor nacional, la tergiversación de la historia chilena. Levantar una potente Voz para denunciar que fueron más de mil los muertos durante la Unidad Popular, así como también rememorar a los dirigentes políticos, gremiales y estudiantiles torturados por la policía política de la época, comandada por el “Coco Paredes” y por los terroristas del Mir, que asolaban campos, empresas y ciudades.

¿Con que cara se atreven a levantar este cúmulo de tergiversaciones, si fueron ellos los que armaron un  ejército paralelo de más de 15.000 cubanos armados con todo tipo de elementos bélicos de origen Ruso y Checo, preparando una sangrienta guerra civil?

Basta de escuchar esta monserga comunista con la cual han pretendido lavar el cerebro de generaciones completas, sin conseguirlo del todo.

A todos ellos les recuerdo los asesinados bajo el gobierno de Stalin, a quien su bien amado poeta le dedicara una emocionada oda: "camarada Stalin, estaba en Isla Negra junto al mar, descanso de luchas y viajes, cuando la noticia de tu muerte golpeó como un océano...” el luto cubrió el mundo dice- la oda - entre otras perlas del panegírico, olvidándose el poeta comunista de las purgas y hambrunas que le significaron 21 millones de muertos a Rusia.

Muertes que claman justicia desde hace 82 años, desde las tumbas dinamitadas para no dejar huellas de sus crímenes. Ellos lanzaron desde el más allá el grito de libertad y cayó el imperio del mal, pero sin que ninguno de sus próceres fuera juzgado o encarcelado. Claro está que la política de Stalin era matar a todo aquel que discrepara de sus propósitos, así tiene a su haber uno de los casos más conocidos de la historia, el crimen político de León Trotski el verdadero ideólogo de la revolución rusa.

Pero sigamos, China bajo el dominio de Mao le significó a nombre del comunismo 82 millones de muertos. Corea del Norte 4,6 millones de muertos, Vietnam 3,8 millones, Camboya 2,4 millones, Afganistán 1,5 millones, Yugoeslavia 1,2 millones, Alemania Oriental 815 mil y Cuba 75 mil sólo en una década. Podría seguir elevando la cifra pero miren el globo terráqueo y ahí donde hubo o hay un régimen comunista hay muerte y pobreza.

Por eso la desvergüenza no tiene nombre en los serviles comunistas chilenos. Negar la historia es la consigna, mentir y mantener en la ignorancia es el propósito ideológico.

Pero ahí están los millones de muertos: niños, mujeres, jóvenes hombres y ancianos sin distingo, condenados al oprobio y a la negación de sus derechos humanos fundamentales y ahí están también los cientos de millones que tuvieron que vivir, duramente, como esclavos, bajo la bota de la opresión comunista.

Pero el vociferante “organismo de fachada” mantiene la frase acuñada hace ya muchos años "ni perdón ni olvido" y con esa glosa se factura al Estado de Chile 400 millones de dólares al año, “factura ideológicamente falsa”. Un engaño perverso y maldito ya que ese dinero coarta la posibilidad de las nuevas generaciones de mejores oportunidades, como también impide que se pueda aumentar la pensión de una masa enorme de chilenos de tercera edad.

Pero que puede importar, la monserga da beneficios a unos y otros… Basta con invocarla para incluso tener posibilidades electorales.

Más la arremetida comunista sigue: ...fracasada la acusación constitucional, rápidamente el juez Mesa de Temuco cerró en primera instancia el caso que involucra al destacado Coronel y ex Alcalde de Providencia Cristian Labbé, condenándolo a una pena de tres años. El motivo, las acusaciones de una supuesta víctima quien dice que hace 43 años atrás en una localidad del sur oía a un militar alto y corpulento mientras sufría los apremios. Pues bien, 43 años después dice reconocer la voz del militar en la persona del Coronel Labbé. Bueno, así está la justicia: un dicho, una opinión, una suposición, algo difícil de probar basta para decretar lo que ya se sabe de antemano. Condena al militar y con ello puntos en el ranking que establece el partido comunista y por cierto en la cuenta corriente de sus esbirros.

Nadie, absolutamente nadie, ha perpetrado más crímenes contra la humanidad que el Comunismo y por eso hay que descalificarlos y desenmascararlos moral y políticamente.

Se requiere decisión, coraje y respeto por la verdad histórica. Sólo así impediremos el secuestro y mutilación de nuestros derechos y de nuestra libertad y soberanía.

De lo contrario, terminaremos como en la famosa serie española que relata la vida de los vecinos de un edificio "Aquí no hay quien viva”

 

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