Publicado el 07 de mayo, 2019
Jose Antonio Kast
Abogado, ex diputado, fundador de Acción Republicana
El éxito del Plan Elige Vivir sin Drogas comienza por tener un Congreso libre de ellas y donde cada parlamentario transparente su consumo, se comprometa a dejar de consumirlas y esté dispuesto a dar muestras de transparencia para ello.
Un reportaje periodístico reveló que el 40% de los parlamentarios ha consumido drogas, lo que equivale a más de 60 Diputados. Una cifra alarmante, pero que es similar al nivel de consumo que se da entre estudiantes de cuarto medio o las que se proyectan para distintos niveles de nuestra educación escolar. Chile va camino a convertirse en un país capturado por la droga y donde no existe conciencia sobre el daño que provoca en las personas, familias y en la comunidad.
¿Cómo podemos evitar este desenlace? Por lo pronto, el Gobierno ha propuesto el plan Elige Vivir sin Drogas, el cual con una serie de medidas busca mitigar el avance de las drogas en los jóvenes y se incorpora decididamente a la familia, las escuelas y la comunidad, en el compromiso de enfrentar este flagelo. Además, se diseña la incorporación de más deporte y la generación de espacios alternativos para canalizar las demandas de la juventud y quitarle el espacio a las drogas. Un proyecto que se funda en el modelo islandés, que ha tenido grandes resultados en la reducción del consumo de alcohol y drogas, entregando herramientas y esperanza para la juventud de esa nación europea.
Pero eso no es suficiente. Por eso hemos propuesto más mano dura para combatir el consumo de drogas y el narcotráfico, verdaderas fábricas de perpetuación de la pobreza y del desarrollo de la marginalidad de nuestra sociedad, donde los delincuentes usan la droga para capturar a jóvenes y con ello arrastran a sus familias a un destino que parece inevitable. Propuestas como el toque de queda o la penalización del consumo apuntan a tratar este grave problema como la emergencia que estamos viviendo y no ignorar sus consecuencias como pretenden algunos sectores.
Por lo mismo, que el Congreso viva en una burbuja no es aceptable. No podemos tolerar que nuestros legisladores ignoren los graves daños que la droga hace en las personas y en la sociedad, y pretendan colocarse por sobre el resto de la comunidad. Lo que le exigimos a la ciudadanía, también debe ser una obligación para la elite.
La droga hace daño y los parlamentarios deben ser los primeros en ponerse a la fila y dar el ejemplo. Chile vive una disyuntiva: o combatimos todos juntos el avance de la droga o estamos condenados a seguir en el subdesarrollo por los males que causa ella. El éxito del Plan Elige Vivir sin Drogas comienza por tener un Congreso libre de ellas y donde cada parlamentario transparente su consumo, se comprometa a dejar de consumirlas y esté dispuesto a dar muestras de transparencia para ello.