14 de abril, 2020
Jose Antonio Kast
Presidente Partido Republicano
Las pandemias son oportunidades para conocer lo mejor y lo peor de las personas, y si bien hemos visto actuaciones bastante miserables y egoístas, creo que es mejor centrarse y relevar el esfuerzo que cientos de miles de chilenos están haciendo día a día por nosotros a lo largo del país y que cualquier homenaje que les hagamos, parece insuficiente.
Pero la cuarentena no es igual para todos. Algunos tenemos el privilegio de poder trabajar a distancia, tener un soporte económico que nos de tranquilidad o vivir en la comodidad de un hogar que nos permite como familia sobrellevar en mejores condiciones esta cuarentena. Pero para millones de chilenos, esos privilegios no son tales: algunos viven en condiciones de hacinamiento que no les permiten educar a sus hijos de forma remota; muchos tampoco han podido dejar de trabajar, porque necesitan el sustento diario para alimentar a sus familias; otros cientos de miles que están desempleados y que sufren con angustia la incertidumbre que se viven en estos días.
Las realidades de cada uno son muy distintas, pero el sentimiento que nos debiera embargar a todos debiera ser similar. En estos momentos de profunda precariedad social y humana es donde como sociedad debemos reflexionar sobre las diferencias que existen y sobre cómo, con empatía y solidaridad, debemos ponernos en el lugar de los otros y cómo reorientar nuestras prioridades a nivel colectivo e individual.
Por eso, el que algunos chilenos hayan violado la cuarentena para ir a la playa o a una segunda residencia para pasar el fin de semana resulta inexplicable. Todos, de manera voluntaria u obligatoria, tenemos que renunciar a nuestra libertad para poder apoyar el bien de toda la comunidad. Para algunos, ese sacrificio es mínimo e implica tener que renunciar a privilegios y comodidades por someternos a los dictámenes de la autoridad que buscan limitar al máximo los contagios y reducir el impacto del virus en Chile. Para otras, esos sacrificios son gigantescos e implican un desafío muy complejo en sus vidas, en materia económica, de convivencia y de estabilidad emocional.
Las pandemias son oportunidades para conocer lo mejor y lo peor de las personas, y si bien hemos visto actuaciones bastante miserables y egoístas, creo que es mejor centrarse y relevar el esfuerzo que cientos de miles de chilenos están haciendo día a día por nosotros a lo largo del país y que cualquier homenaje que les hagamos, parece insuficiente.
A los funcionarios de la salud, Carabineros, Bomberos y miembros de las Fuerzas Armadas tenemos que agradecerles por la entrega y sacrificio en estos días, una verdadera primera línea en la lucha contra el Coronavirus. También agradecer a miles de trabajadores en supermercados, recolección de basura y cientos de pequeñas y medianas empresas que siguen en pie, brindándole servicios indispensable al resto de los ciudadanos. Por último, a los educadores que se han convertido en maestros a distancia; a los conserjes que cuidan condominios y edificios; y a todos aquellos que realizan funciones de despacho y correo; o apoyan la mantención de las redes eléctricas, combustible o telecomunicaciones que mantienen a un país conectado y en contacto permanente para el beneficio de los chilenos. Todos ellos y muchos más, que no están mencionados aquí, son parte de verdaderos héroes, muchas veces anónimos, que están dándolo todo, día a día, por sus compatriotas.
Tengo fe y esperanza de que Chile saldrá fortalecido de esta tremenda prueba sanitaria y económica que como país nos ha tocado enfrentar por el Coronavirus. No sólo porque los chilenos vamos a crecer mucho con las enseñanzas y experiencias que nos deja esta pandemia, sino que particularmente, por el esfuerzo y la entrega de notables compatriotas que no han dejado de trabajar un solo día en beneficio de todos nosotros.
Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jose-antonio-kast-chile-en-cuarentena/
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