viernes, 4 de agosto de 2017
Hermógenes Pérez de Arce
Todo el mundo sabía que cuando en la Cámara o alguna de sus comisiones investigadoras se presentara una moción de votación perjudicial para Sebastián Piñera, pese a tener allí sus adversarios políticos de la Concertación o la Nueva Mayoría, según el caso, más votos que él, se “iban a dar vuelta” el suficiente número para librar a Piñera. Cada uno sacaba sus propias conclusiones acerca de por qué lo hacían y el único medio informativo nacional que llamaba la atención sobre la anomalía solía ser este blog, pero los hechos eran esos. Sucedió así en 2008 cuando la comisión investigadora de la compra de acciones LAN con información privilegiada por parte de Piñera votó para pedir la grabación de la voz que dio la orden en bolsa, voz inconfundible que iba a delatar como falsa la afirmación del acusado de que había sido un “programa automático de compras” y no él quien la había ordenado. La Concertación tenía mayoría de 5 a 3 sobre la Alianza, cuyos diputados oficiaban de escuderos de Piñera –como hoy lo hacen los de ChileVamos-- pero cuando se votó para pedir la grabación la Concertación perdió 3 a 5. Dos diputados concertacionistas “se dieron vuelta”.
El presidente de la Comisión, Jorge Burgos, un hombre insobornable, se quedó con un palmo de narices y por eso se extrañó mucho de que después, ya elegido Piñera Presidente pese a su condena por la Superintendencia por la operación ilícita bursátil –así es Chile, y puede volverlo a ser— La Moneda lo convidara a una gira presidencial al exterior. Al partir el avión el invitante lo inspeccionó para que los invitados le dieran las gracias y se encontró con Burgos en su asiento. Furioso por el desliz de la secretaria que le había extendido la invitación, le espetó: “¿Merece usted este viaje?”, lo cual los periodistas captaron y publicaron. Fue de las primeras “piñericosas”.
Después la situación de las votaciones se repitió, tanto que motivó un artículo mío en el diario “Estrategia” titulado “Dar Vuelta Diputados”: cuando se sometió a la Cámara el informe de la comisión investigadora del caso Cascadas, que había concluido que el Presidente Piñera no había respetado su deber de abstención en el mismo, la Concertación tenía mayoría en la sala de 41 a 31 para aprobarlo. Pero la votación resultó de 41 a 31 para rechazarlo y de nuevo Piñera quedó libre de condena. Diez diputados opositores a él se habían “dado vuelta”. La merecida sanción se frustró de nuevo.
Posteriormente, en otra comisión investigadora, el diputado DC Fuad Chahín, pidió oficiar a la Superintendencia para que detallara las sanciones dispuestas por ella contra la empresa Bancard, de Piñera. También había mayoría de la Nueva ídem para aprobar el oficio, pero repentinamente algunos de sus diputados tuvieron necesidades urgentes y se ausentaron al momento de la votación, lo que aprovecharon los de ChileVamos para rechazar la petición de oficio y frustrar los afanes inquisitivos de Chahín para saber las sanciones a Bancard.
Atendidos esos precedentes, ahora ha tenido lugar un verdadero milagro en la Cámara de Diputados: la votación de un informe contrario a Piñera en la comisión investigadora del caso Exalmar, que acusa al ex Presidente de haber tenido “pleno conocimiento” de que el fallo de La Haya “podía irrogarle intereses por la compra de Exalmar” y de que un hijo suyo fue miembro del directorio de ésta ¡fue aprobado con los votos de la Nueva Mayoría! ¡Ninguno de sus diputados “se dio vuelta” ni tuvo “urgentes necesidades” que lo hicieran ausentarse durante la votación! Increíble.
En vista de ese traspié, Piñera procuró conseguir un “second best”: que ningún medio lo publicara y, como yo me informo por los medios “abiertos”, tampoco yo lo iba a saber y no iba a aparecer ni siquiera en el único órgano no controlado por Piñera, este blog. Todo iba bien hasta que prevaleció la vanidad humana: sus escuderos en la comisión no resistieron dar a conocer a “El Mercurio” un hallazgo de ellos: habían descubierto en el informe condenatorio dos “copy-pastes” de páginas web de Ciper Chile y Radio Bío-Bío, amén de otros de “El Mundo” de España y medios peruanos. Y entonces ayer ese diario publicó tal denuncia de los diputados defensores, pero no pudo menos de revelar, en el curso de la información, lo que Piñera no quería que se supiera: que esta vez fue condenado por la comisión investigadora de lo mismo por lo cual había sido sobreseído por la fiscalía y los tribunales. ¡Justamente lo que había logrado que nadie publicara, en el preciso momento en que lo sobreseían judicialmente en la querella por Exalmar! La vanidad de los diputados pudo más, pero su “jefecito” debe estar furioso con ellos.
En consecuencia y más allá de eso, este cronista debe dejar constancia del milagro que ha tenido lugar en la Cámara: en una acusación contra Piñera, no “se dio vuelta” ningún diputado. ¿Será que los vientos de probidad que soplan desde la DC --donde el senador Pizarro ha debido marginarse del partido por obtener de SQM lo mismo que Piñera mediante facturas objetadas-- han llegado a ese recinto legislativo?
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.cl/
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