13 DE AGOSTO DE 2019

 
 

Los mercados se han anticipado al desastre en Argentina y con su colapso revelan que dan por ganador a Fernández sobre Macri. Pero no está todo dicho. Cuando los países están al borde del abismo, siempre hay un porcentaje de gente que reacciona. En Chile, donde hay mayoría de izquierda, en 2017 hubo ese porcentaje de la mayoría que quiso evitar la reedición de la UP o, lo que es lo mismo, una "Chilezuela", y se cambió de bando en la votación presidencial, privando del gobierno a la izquierda, que había ganado la Cámara, el Senado y las Consejerías Regionales.
 
En Argentina puede suceder lo mismo. Hubo en la primaria una diferencia de 15 puntos entre Fernández y Macri. Pero Lavagna obtuvo 8 que pueden ir a Macri y, además, seguramente hay a lo menos 4 de los 47 de la mayoría que están ahora espantados de lo que hicieron y se pueden cambiar de bando en diciembre, ganando así Macri 44 a 43.
 
Son cambios en el margen, que bastan para alterar el resultado final. En Chile el margen que se cambió de izquierda a derecha en la presidencial impidió la nueva UP que querían Bachelet 2.0 y Guillier.

¿Tiene remedio la economía Argentina? Si lo tuvo Chile el 73, Argentina también puede tenerlo. Macri es gradualista, pero va en el sentido correcto. Pinochet acá aplicó un "shock" en 1975 y solucionó el problema echando al 30 % de la burocracia. El presupuesto se equilibró y el país empezó a crecer como nunca antes. Milton Friedman lo había predicho en 1975, pronosticando que si Chile equilibraba el presupuesto ese año, comenzaría a crecer al 6 o 7 por ciento. Pinochet nombró a Cauas biministro y éste aplicó la terapia de "shock": disminuyó la burocracia estatal en 30 % en un año (echó a 90 mil de 300 mil funcionarios).
 
La mayoría de los argentinos sabe eso y sabe que en su país 9 millones de personas que trabajan deben mantener a 15 millones que son pagadas por el Estado. En Chile hay 6 millones que trabajan para mantener a 3 millones pagados por el Estado. En los EE. UU. 142 millones que trabajan mantienen a 66 millones pagados por el Estado (Andrés Oppenheimer, "El Mercurio" 05.08.19).  
 
Es seguro que un número suficiente de argentinos sabe que se necesita un Pinochet o, en todo caso, alguien como Macri que gradualmente vaya reduciendo el problema, pero que su país no puede permitirse una recaída kirschnerista. Con los 8 puntos de Lavagna y cuatro de los 47 de Fernández que recapaciten en  la elección de diciembre, más los 32 que ya tiene Macri, Argentina se salva.
 
Milton Friedman dijo que había tres sistemas económicos: el capitalismo, con su lógica; el socialismo, con la suya; y Argentina, sin ninguna. Pero una pequeña minoría todavía conserva la razón y con eso bastaría para que Macri ganara en diciembre.
 
Por eso sostengo que allá todavía no se ha dicho la última palabra.
 
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
 
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