19 de noviembre de 2024 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


150 años antes de Cristo el senador romano Catón repetía, cada vez que terminaba de hacer uso de la palabra en el Senado, "delenda Carthago est": "hay que destruir Cartago". Porque lo consideraba una amenaza para Roma. Y lo era. Finalmente Roma hizo caso a Catón y destruyó Cartago.

Tal como él, hace años yo repito, en cada ocasión en que se debate cómo superar la crisis autoinfligida hace cinco años: "hay que hacer lo que hizo Pinochet". Pues entregó un país pacificado y próspero, inaugurando los mejores treinta años de la historia de Chile, 1985-2015. Todos, incluso "ellos" (Operación Retorno) querían vivir en Chile. Hoy cada vez más dicen "me voy de Chile".

Pero mi propuesta despierta toda suerte de reacciones negativas y sólo minoritariamente algunas positivas. La propaganda de izquierda ha lavado los cerebros. Y el resto de los sectores políticos se los ha dejado lavar. ¿Cómo, si no, se explica entonces que Sebastián Piñera haya opinado que Pinochet fue el peor presidente de la historia del país y que quienes lo apoyábamos éramos "cómplices pasivos" de supuestos delitos? 

Pero los hechos fueron los hechos, aunque silenciados. Las políticas de Pinochet condujeron a dos cosas positivas que hoy el país ha perdido: la seguridad interna y la prosperidad económica. 

La firma canadiense Ipsos por dos años consecutivos ha señalado que Chile es el país que tiene el más alto porcentaje de población víctima del temor al delito. Y en septiembre el Índice Mensual de Actividad Económica dijo que la economía creció cero. 

Si queremos que la gente deje de tener miedo, tenemos que aplicar políticas como las de Pinochet. Pero la izquierda sostiene que fueron constitutivas de "atropellos sistemáticos a los derechos humanos". Resultado: una justicia politizada persigue más a carabineros que a delincuentes y terroristas.

Todo esto no surgió sólo ahora. Cuando Pinochet entregó el mando había alrededor de mil terroristas presos. Aylwin los indultó a todos. Y poco después se comenzó a perseguir más a agentes del Estado que a delincuentes. Ahora me acaban de convocar a un grupo de ayuda para defender de la persecución judicial al teniente coronel de Carabineros Claudio Crespo, enfrentado a una segunda amenaza de condena a doce años por haber repelido a un subversivo de la "primera línea" lesionado por balines de goma de una escopeta antimotines. Su institución lo "dio de baja" (increíble deslealtad con sus miembros). Requiere apoyo civil para seguir defendiéndose del increíble Estado chileno que le dio la escopeta con balines, lo obligó a enfrentar terroristas y ahora busca encarcelarlo por usarla para defenderse y defendernos de éstos.

En seguridad se está haciendo lo contrario de Pinochet. Y el país vive muerto de miedo. En economía también y estamos a la zaga en crecimiento. Chilenos más pobres y temerosos. ¿Qué debemos hacer? Obvio, "delenda Cartago", lo digo y diré una y otra vez: lo mismo que Pinochet. Lo he repetido y lo seguiré haciendo hasta que volvamos a ser un país como el de Pinochet: el más seguro y en el primer lugar de América Latina.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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