domingo, 20 de enero de 2019

 

 

Los ateos han estado muy nerviosos ahora último y nos han comunicado reiteradamente a los creyentes su convicción de que Dios no existe. El último en proclamarlo ha sido el profesor Dawkins, ilustre participante en el Congreso del Futuro. No tengo problema en que él y sus seguidores crean eso… pero por algo están tan nerviosos: pues si creen que Dios no existe ¿a qué tanto preocuparse de él?

Yo ese tema lo tengo muy claro desde los once años, cuando el father Send, en clase de Apologética en el Saint George’s College, dijo que si alguien creía que su reloj, que nos mostró, se había hecho solo y sin la intervención de un relojero, también podía creer que el resto de la Creación se había hecho sola y sin intervención de Dios.

Como todos los relojes de los cuales sé han sido hechos por un relojero y en mi ya no corta vida nunca he oído decir ni leído en ninguna parte que se haya encontrado un reloj producto de la evolución de las especies, siendo un objeto tanto menos complicado de fabricar y tanto menos perfecto que cualquier ser vivo, entonces creo que a este último, comoquiera o quienquiera sea, lo hizo alguien, al que llamo Dios. Y lo creo por la misma razón que a todos los relojes de los que se ha sabido en la historia de la Humanidad los ha hecho algún relojero.

Mientras no aparezca uno nacido de la evolución espontánea de las especies voy a insistir en que tiene un creador y, como una mosca o un ojo humano son infinitamente más complejos que un reloj, también seguiré pensando que tuvieron un creador, al cual yo llamo Dios. Y si el señor Dawkins cree otra cosa, que me muestre al menos un reloj no fabricado por algún relojero para comenzar a discutir.

Zanjado ese problema, otro que ha surgido en estos días también puede zanjarse fácilmente, para mí, por lo menos. Se trata de la Ley Machuca, para que en los colegios particulares el 30% de los alumnos deba pertenecer al 40% más vulnerable de la población. 

Como yo soy partidario de que el 100% de los alumnos más vulnerables puedan ir a los colegios particulares más cotizados y caros de su preferencia, para lo cual sólo se necesita ponerle una bomba a ese monstruo burocrático llamado Ministerio de Educación y entregar los 14 BILLONES de pesos que nos cuesta a los contribuyentes cada año, para dárselos a las familias del 70% más pobre, como voucher que puedan llevar al colegio o universidad que prefieran, estoy implicando con eso que TODOS los machucas del país podrían estar en los mejores colegios. Luego, por cierto que soy partidario de que, desde ya, el 30% de ellos pueda ir a los colegios particulares que elijan, PERO RESTÁNDOLE AL PRESUPUESTO DEL MINISTERIO LA SUMA NECESARIA PARA FINANCIAR SUS MATRÍCULAS CON VOUCHERS ENTREGADOS A SUS FAMILIAS.

En otras palabras, apoyo la Ley Machuca siempre y cuando se financie con parte de lo que nos sustrae y malgasta el monstruo burocrático.

Agradezco a la izquierda haber adoptado parcialmente mi propuesta, reiterada últimamente en mi escrito del 18 de enero último, y espero que se haya inspirado en él.

Todo lo cual avala la influencia nacional de este blog y la inanidad de los esfuerzos presidenciales (deberá preguntarle al segundo piso el significado de esa palabra) por impedir que el mismo sea reproducido en cualquier otro medio.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

 

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