10 DE JULIO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Lo que menos les conviene es que se conozca la verdad. Patricio Fernández (The Clinic) representaba el riesgo, no de que dijera toda la verdad, porque no está en su ADN, sino de que hurgara un poco en la historia. Y eso no pueden permitirlo, pues en este momento la sociedad y la derecha repiten fielmente sus mentiras sobre Allende y Pinochet. Eso es un desiderátum para el PC. Tienen antenas repetidoras como el rector de la UC, Ignacio Sánchez, en carta a El Mercurio de ayer, y su colega rector Peña, que encabeza otra universidad, escribe que la izquierda y la derecha deben "condenar el Golpe". ¡Pero si lo están haciendo!

¿Y la verdad? Está sustancialmente contenida en dos entrevistas hechas a Salvador Allende por el periodista-guerrillero francés Regis Debray: una de fines de 1970, de la cual los chilenos sólo comentaron (hasta el hartazgo) la parte menos importante, donde decía que había firmado el Pacto de Garantías a la DC sólo como una "necesidad táctica", lo cual era obvio, pero nadie o casi nadie reparó en que también dijo que su gobierno iba a ser "socialista, marxista integral". O sea, no iba a respetar la democracia y se iba a quedar para siempre.

La otra entrevista a Allende fue hecha por Debray en agosto de 1973 y ahí le confesó que tenía listo el autogolpe, lo cual se confirmó después del 11, cuando se conoció el Plan Z: la fecha iba a ser el 19 de septiembre de 1973, consumando el respaldo a su régimen de los uniformados. 

Allende lo confesó con estas palabras: "Sabíamos bien que teníamos necesidad de tiempo para organizarnos, armarnos y preparar debidamente las estructuras militares de los partidos de la Unidad Popular. Fue una carrera en contra del tiempo". (Le Nouvel Observateur del 17 al 24 de septiembre de 1973). ¡Qué "demócrata" ni qué ocho cuartos! Era un marxista y golpista declarado, lo mismo que sus partidos comunista y socialista. Nótese que dijo "estructuras militares de los partidos". Pero no contaba con que Merino se le adelantara y obedeciera el llamado que los diputados les íbamos a hacer a los militares para echarlo.

El Golpe fue rápido y con un mínimo de víctimas: 2.279  en 17 años, según el Informe Rettig. El Comandante Pepe, de la guerrilla de Allende, le había dicho a la periodista Nena Ossa que el golpe de ellos no iba a resultar si no había un millón de muertos. Miren el ahorro que nos dieron los militares, que además nos regalaron diez años adicionales de promedio de vida. 

Y del total de muertos, el 80%se produjo entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973, cuando el aplauso al Golpe era casi unánime, encabezado por Frei Montalva y Aylwin (portada del ABC de Madrid: "Frei Montalva: Los miliares han salvado a Chile".)

En los años posteriores hubo muy pocos caídos y desaparecidos. Éstos, en total, fueron poco más de 600, y menos de dos al año entre 1978 y 1990. Y los 600 y tantos hoy tienen paradero esclarecido desde hace más de veinte años.

Chile era una "taza de leche" ya en 1978, en que cayeron 8 personas en enfrentamientos, pero la ONU, azuzada por la URSS y Cuba, condenaba al país por "atropellos a los derechos humanos", como proclaman ahora Ignacio Sánchez y el inefable UDI Jaime Bellolio, que ha comprado todas las mentiras comunistas y que un día se retiró de la Cámara cuando alguien elogió a Pinochet.

Después, en los 80, los comunistas formaron una guerrilla poderosa, el FPMR, principal causa de muerte violenta en Chile. Pero todos se horrorizan de que durante "la dictadura" se hubiera asesinado a sus principales cabecillas, Guerrero, Parada y Nattino (en lo cual el gobierno no tuvo parte). Pero nadie se horroriza de que el MIR y el FPMR hubieran asesinado al poblador Simón Yévenes, a los escoltas del general Sinclair, a los tenientes Carevic y Zegers, al mayor Roger Vergara, al intendente Carol Urzúa, a los cinco escoltas de Pinochet y hubiera dejado agónicos tras un atentado a los ancianos generales (r) Leigh y Ruiz Bunger. Se homenajea a como héroes a miristas como los Vergara Toledo, pero nadie se acuerda del carabinero Heriberto Novoa, asesinado por el MIR cuando estaba de guardia en la Llama de la Libertad. Es que los terroristas son hoy "víctimas" y los Ignacio Sánchez y los Jaime Bellolio se retuercen de dolor porque les hicieron a ellos lo mismo que ellos hacían a los militares. Pero hoy los presos son los militares y los guerrilleros o sus herederos no hallan qué hacer con la plata fiscal que les procuran los abogados más ricos de Chile, los de DD. HH., en un negociado patrocinado por la prevaricación de los jueces.

¡Ni tontos los comunistas, entonces, van a dejar que alguien venga a echarles a perder el negocio diciendo aunque sea el 1 % de la verdad!

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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