2 DE ENERO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


En una inesperada fuga hacia la izquierda, las élites periodística, política y empresarial patrocinaron y firmaron un pacto con el frente-amplismo, el comunismo y el socialismo gobernantes, llamado "Acuerdo por Chile" para una nueva Constitución. Ya a primera vista no es "por Chile", porque excluye a los partidarios del legado de Pinochet.

El proceso es una aplicación del fenómeno conocido como "ventana de Overton", nombre de quien primero lo describió, un intelectual norteamericano: la ventana de la sociedad está cerrada a ciertas cosas, como hoy a la aceptación de la pedofilia. Pero ya se está abriendo, al consagrarse en la Universidad de Chile tesis académicas que la justifican. Con el tiempo vamos a tener a los pedófilos aceptados y reclamando un lugar en la política y en la sociedad.

Lo mismo sucedió con eso de "nueva Constitución". Hace años una solitaria joven comunista, Javiera Parada, promovía la "Asamblea Constituyente" para dar origen a una nueva Carta. Nadie le hacía mucho caso y pocos marcaron "AC", como ella promovía, en los votos de la elección presidencial de 2009. Entrevistado por una periodista de izquierda, en un video que se sigue publicando hoy, don Patricio Aylwin rechazaba la idea de una nueva Constitución, que le sugería la entrevistadora, y decía que bastaba con modificar la actual si ello era necesario. Pero hoy los sucesores de Aylwin y muchos a su derecha se han plegado a la idea. La Ventana de Overton se abrió completamente y a los que nos están dejando fuera es a los partidarios de mantener la Constitución,

Pues el "Acuerdo por Chile", suscrito en nombre de la democracia, tiene una falla democrática visible: no deja lugar a la participación de partidarios de la actual Constitución, es decir, a los que tenemos la misma idea de don Patricio hace diez años. Deja a muchos chilenos fuera, pues no hay lugar para los que opinamos como don Patricio y que, además, triunfamos en el plebiscito del 4 de septiembre último. Estamos marginados quienes opinamos que, de ser necesarias modificaciones (por ejemplo, incorporar el plebiscito revocatorio del mandato presidencial) procede modificar la Carta en ese sentido.

Los del "Acuerdo por Chile", al negarse a un plebiscito de entrada, nos han dejado fuera del sufragio. Y no somos pocos. No queremos otro proceso constitucional, pero no tenemos dónde manifestar esa preferencia. No queremos Consejo Constitucional ni Comité de Expertos ni de Admisibilidad, pero se nos obligará a votar por el primero y nos imponen los otros dos y el voto obligatorio, siendo que no tenemos opción.

Eso no es democracia. Es dictadura. Ni siquiera, pues cuando había la que hoy llaman "dictadura", siempre en la consulta popular y los plebiscitos de 1978, 1980. 1988 y 1989 pudieron votar todas las opciones.

El "Acuerdo por Chile" es, además, inconstitucional, pues desconoce la igualdad ante la ley. Supongo que más temprano que tarde se va a proponer su nulidad por esa razón. Y en nombre de la democracia, por supuesto.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/