7 DE JULIO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Pablo Fernández Gumucio escribe hoy en Cartas de El Mercurio 8 mentiras en 7 líneas:

"El año 88 existía evidencia (1a. mentira) de que nos gobernaba una dictadura (2a. mentira) que torturaba (3a. mentira) y desaparecía gente (4a. mentira), que contaba con policía secreta (5a. mentira) al margen de la ley (6a. mentira), que realizaba elecciones fraudulentas (7a. mentira) (sin Servel ni registros electorales) y donde no había poderes independientes" (8a. mentira).

No sería grave si no fuera lo que cree la mayoría de los chilenos. Pues profesores y periodistas comunistas y de izquierda lo han sembrado abundantemente en aulas y medios, de modo que se ha "naturalizado" y hasta en la derecha no falta un "hermano o hermana Ossandón" que se haga eco de ello.

La primera mentira era que existían evidencias en 1988 de las que seguían. No es verdad. No existían. Fueron fabricadas después. En 1988 se sabía la verdad. Los comunistas todavía no la habían falsificado y nadie se había "arrepentido".

La segunda, que "gobernaba una dictadura". No, hasta Aylwin reconocía que no la había. Leí sus dichos en El Mercurio. Y el presidente de la República había sido elegido por votación popular en un plebiscito, en 1980, y era gobernante constitucional por un plazo de ocho años. No "dictaba" nada, pues debía ceñirse a una Constitución aprobada por el 67 % de la ciudadanía.

La tercera mentira: "que torturaba". El primer gobierno de mi existencia personal bajo el cual se castigaron las torturas fue el de 1973-1990. Antes, en 1970, los abogados de izquierda (incluido Lagos) presentaron cien páginas de denuncias de torturas bajo Frei Montalva a la Corte Suprema y ésta no hizo ni dijo nada. Bajo Allende fueron tantas que uno de los capítulos del Acuerdo de la Cámara que pidió a las FF. AA. destituirlo era el de las torturas a opositores. Las denunciadas por Juan Luis Ossa a manos del subdirector de Investigaciones, el comunista Carlos Toro, en enero de 1972, hasta se publicaron in extenso en El Mercurio, en detalle, no obstante lo cual no pasó nada ni Allende quedó como "torturador". Al igual que Frei, tiene estatua.

La cuarta mentira: "... y desaparecía gente". Las 650 personas (según la Vicaría) cuyos paraderos se ignoraba al término del gobierno de Pinochet fueron precisados por el ex Director de la DINA, en oficio a todos y cada uno de los jueces que investigaban esos casos (y a mi persona). Después, sucesivas comisiones politizadas "descubrieron" más, pero un número superior a los mismos han sido ubicados. Por eso nunca se formó, en más de 30 años, una "comisión investigadora". La propia izquierda sabe que ya no hay reales desaparecidos entre 1973-1990.

La quinta mentira: "contaba con policía secreta". Nunca fue secreta. Los servicios de seguridad eran fundados por mandato legal publicado en el Diario Oficial, en particular la DINA y su sucesora (al comprobarse excesos), la CNI.

La sexta mentira: "policía secreta al margen de la ley". Fue legal: los servicios de seguridad fueron creados por sendos decretos publicados en el Diario Oficial. 

La séptima, "...que realizaba elecciones fraudulentas". Hizo una consulta y un plebiscito regidos por disposiciones legales y, bajo el gobierno de Pinochet, las únicas elecciones generaron en 1989 al presidente Aylwin y al primer Congreso, que operaron en la ya plena democracia desde el 11 de marzo de 1990.

Octava mentira: "...y donde no había poderes independientes". Falso. El Poder Judicial fue siempre plenamente independiente por disposición constitucional, antes y después de 1980. Y la Junta de Gobierno lo fue desde 1973 hasta 1990.

Aunque las mentiras anteriormente detalladas se hayan impuesto en Chile, eso no las convierte en verdades.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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