Gonzalo Rojas S.
¡Qué desilusión comprobar que una vez más la DC se allana a dejarse seducir!
Los adolescentes repiten una y otra vez sus errores, hasta que logran salir de ellos, y así van alcanzando, poco a poco, la madurez. Y, por su parte, los adultos plantean una y otra vez sus convicciones, hasta que logran convencer a los adolescentes de la eficacia de sus posturas.
El Partido Comunista de Chile es uno de esos adultos duchos en el trato con los jóvenes inexpertos; a su lado, la Democracia Cristiana —a pesar de sus años— no cesa de comportarse como una adolescente veleidosa, bella doncella que confunde el hacerse querer con el dejarse engañar. Y lleva ya tanto tiempo en eso, la vetusta señora.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, maestro de la seducción —cuando no lo ha sido de la subversión—, se ha acercado a la adolescente y le ha hablado con palabras de terciopelo: hay que matizar con la DC —ha afirmado—, hay que mantener las puertas abiertas para que, de alguna manera, se llegue a acuerdo con la jovenzuela en la recta final, porque si no, cree, no ganarán la elección presidencial. Mija: hágales caso a sus mayores, que ellos saben lo que le conviene.
Y uno tendería a pensar que la respuesta iba a ser rotunda: ¡Sale, viejo cochino! ¡Ya conocemos tus tácticas para conquistar incautas jovenzuelas!
Pero no, nada de eso. Qué desilusión comprobar que una vez más la DC se allana a dejarse seducir. El presidente del partido, Fuad Chahin, responde a la tentación comunista con ambigüedades tan notables como que lo importante es tener una “propuesta que tenga relación con los tiempos de hoy”, y reafirma su disposición “a dialogar con todo el mundo”. Es la ingenuidad típica de la muchachita que mira con admiración al adulto dominante, a pesar de todo lo que le han advertido sobre sus comportamientos en el pasado. Y la jovencita esta tiene nada menos que ¡80 años!
Y, como si fuera poco tanto candor, la senadora Provoste apoya a su presidente y afirma que las palabras de Teillier “reflejan un camino que a nosotros nos parece que es el necesario para avanzar en un proyecto colectivo amplio que permita tener un programa de gobierno que sintonice con las aspiraciones de la ciudadanía”.
¿Se puede leer vaguedad igual?
La Democracia Cristiana se enfrentó al PC casi cada día del gobierno Bachelet II, justamente por el contenido y la interpretación del programa, porque, al fin de cuentas, las bellas doncellas terminan percibiendo las agresiones de que son objeto, después del encandilamiento inicial. Y como los DC son ingenuos, pero no por completo insensibles, su experiencia reciente con los comunistas —la primera y única vez que han formado gobierno con ellos— los debiera llevar a un rechazo integral de una nueva y turbia oferta. Pero no; parece que todo sigue igual que siempre, que el coqueteo se prolonga, que la debilidad adolescente cederá ante la experiencia del adulto, del adulto manipulador.
Pero tampoco hay que sobrevalorar al PC.
La seducción que ha puesto en marcha es su única baza ganadora: si no tiene éxito en su intento por unificar a todas las fuerzas antipiñeristas —desde el Frente Amplio a la DC—, la evidencia de su fracaso consolidará el camino propio del mismo Frente Amplio, distanciará a los socialistas y al PPD de su hermano mayor y, ojalá de una vez y para siempre, alejará a la Democracia Cristiana de esa figura seductora que tanto daño le ha hecho.
El problema es que todo esto los comunistas lo saben y lo temen, por lo que, como nunca, extremarán sus dotes para recuperar su control sobre la adolescente democratacristiana. Y para tener éxito, bien lo saben, Michelle Bachelet es la mejor madrina. No, en realidad, no es la mejor: es la única; simplemente no hay otra, y es irresistible para la DC.
Fuente: https://www.elmercurio.com/blogs/2019/10/16/73289/PC-y-DC-otra-vez-juntos.aspx
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