Gonzalo Rojas


"O los mentados expertos no pertenecían a la derecha o el Presidente no les hizo caso (alguien podría pensar que justamente por ser derechistas)."


Se ha dicho que el memorando que el Presidente Piñera ha hecho circular entre sus colaboradores y partidarios, y que contiene ideas para una eventual futura Constitución, le fue sugerido por expertos.

¿Será cierto?

Ojalá que no, porque si lo fuera, entonces en ese texto pueden haber pasado solo dos cosas: o los mentados expertos no pertenecían a la derecha o el Presidente no les hizo caso (alguien podría pensar que justamente por ser derechistas).

En efecto, aparte de la precariedad del esquema —parece un borrador para una clase escolar— y junto a varias imprecisiones conceptuales —entre las que destaca la pretensión de que el Estado sea solidario—, lo que realmente llama la atención son las notables omisiones.

El Artículo 3º de nuestra Constitución dice que “el Estado de Chile es unitario”. El memorando omite toda referencia a este elemento histórica y doctrinalmente clave. Más aún, el texto del Presidente incluye una afirmación que podría explicar la omisión anterior: “La Constitución debe incluir el reconocimiento de los pueblos originarios, pues es un deber del Estado respetar su identidad, cultura y tradiciones ancestrales”.

¿Un reconocimiento que rompa la unidad del Estado chileno, que consagre un Estado plurinacional, o de las nacionalidades, o quizás de qué otro invento que contradiga todo el proceso unificador? Y si de Chile se trata, ¿no es acaso esta Patria el resultado de la interacción de aquellos pueblos con variadísimos españoles, ingleses, alemanes, italianos, croatas, palestinos, libaneses, etc., etc., a los que también habría que reconocerles estar en el origen de lo que hoy somos?

El Artículo 4º de nuestra Carta Fundamental agrega que “la soberanía reside esencialmente en la Nación”. Ni una letra incluye el memorando sobre este “pequeño asunto”. Quizás los expertos —o el Presidente— han tenido a la vista el proyecto Bachelet, al que han considerado mejor que el texto vigente en este punto, en cuanto la anterior mandataria proponía que “la soberanía reside en la Nación y en sus diversos pueblos indígenas”, distinguiendo así sibilinamente Nación de pueblos indígenas, aunque de modo insólito, pocas líneas más adelante, se afirmaba que “el Estado reconoce a los pueblos indígenas que habitan en su territorio como parte de la Nación chilena”.

Tampoco hay referencia alguna en el memorando a la figura clave del Presidente de la República, que nuestra Constitución define como “el Jefe del Estado”, a quien corresponden “el gobierno y la administración del Estado”. Con su omisión, ¿están los expertos o Sebastián Piñera anunciándonos que se inclinan ante las tesis semipresidencialistas o directamente ante el neoparlamentarismo de facto que intenta establecer la oposición?

Una cuarta grave omisión tiene lugar respecto del estatuto de las Fuerzas Armadas. Hoy se las considera “constituidas única y exclusivamente por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea”, destinadas a “la defensa de la Patria y esenciales para la seguridad nacional”. No hace falta mucha imaginación para concluir que esa omisión implica que el memorando no comparte esta consagración institucional y que, vaya a saber uno, si acaso el pensamiento de sus autores no se asemeja más a los modelos español o alemán.

Finalmente, ¿quién no recuerda que en nuestra Carta Fundamental se consagra “el derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales o incorporales”? Pero la palabra “propiedad” no figura en el memorando presidencial, ni siquiera entre “los derechos económicos”.

Las izquierdas han propiciado la hoja en blanco.

En algunos temas fundamentales, el Presidente se ha sumado.

Fuente:  https://www.elmercurio.com/blogs/2020/09/23/82128/El-documento-presidencial.aspx

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