Gonzalo Ibáñez Santamaría
La noticia es muy dura, pero ya no puede sorprender a nadie: estudiantes del Instituto Nacional Barros Arana -uno de los establecimientos educacionales más emblemáticos del sistema público- en vez de dedicarse al estudio y a su formación como ciudadanos de la República, se dedicaban a armar bombas molotov en baños de ese Instituto. El resultado, una enorme explosión que dejó 35 alumnos heridos, 4 de ellos con riesgo vital.
Digo que nadie puede sorprenderse ya de un suceso como éste, porque los estudiantes chilenos han sido arrastrados al cultivo de la violencia por un constante panegírico que se ha hecho de ella durante ya muchos años. Especialmente grave fue la apología de esa violencia durante los meses del octubrismo. Fuimos testigos de cómo se azuzaba a los jóvenes y a los delincuentes a hacer uso de la violencia sin preocuparse para nada del daño que estaban provocando. Este fue inmenso y todavía no podemos reponernos del todo.
Pero, más importante ¿Quiénes estaban detrás alentando esa violencia? Pues, los que ahora gobiernan el país, con Boric a la cabeza. De ellos no se puede sino decir que “cosechan lo que sembraron”. Para desgracia del país. Recordemos cómo trataron de inhibir la acción de Carabineros en su lucha para evitar la destrucción de nuestra nación. Hoy, en cambio, como blancas palomas condenan la violencia y, sobre todo, el empleo de bombas molotov, cuando hace cinco años estas eran empleadas sin ninguna cortapisa para provocar el caos en Chile.
De hecho, somos gobernados por violentistas. No nos extrañemos que sucedan hechos como los del Instituto Barros Arana. Jóvenes que cayeron en la trampa de la prédica violentista, hoy son sus primeras víctimas. Nuestra inmediata reacción ha de venir este sábado 26 y domingo 27 en las elecciones de esos días. Chile debe manifestar su rechazo a todo lo que está sucediendo, con el rechazo a todos los candidatos de este gobierno, que hacen del ser maleante un ideal para la juventud.
Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm
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