Gonzalo Ibáñez Santamaría

El hecho de que la juventud de un partido político como el Republicano haya llamado a celebrar el nuevo aniversario del pronunciamiento militar que se cumplió hace unos días, ha sido causa de escándalo para muchos.

Entre ellos, sobresale un grupo de exministros de Sebastián Piñera, militantes de EVÓPOLI. Ellos se han quejado, en reciente carta a la prensa, por la franqueza de estos jóvenes republicanos que los motivó a recordar el pronunciamiento de hace ya 51 años como algo que efectivamente benefició al país.

Quienes suscriben esa carta afirman que el quiebre democrático fue una tragedia para Chile. De eso, yo estoy muy de acuerdo. Pero, no me parece, como sí les parece a ellos, que ese quiebre lo haya producido el pronunciamiento militar sino el régimen marxista entonces en el poder. Fue la realidad previa de ese quiebre, producido por ese gobierno, la que exigió después la respuesta militar. Esta estaba, desde luego, reclamada por una gran mayoría nacional y se expresaba, por ejemplo, en el Acuerdo de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de ese año. Fue lo que días después reconoció el mismo expresidente Eduardo Frei M.: “Los militares han salvado al país”.

Por eso, a la hora de enumerar los requisitos para que nunca más perdamos nuestro orden democrático, el primero de todos ellos debe ser el de recordar al gobierno de turno, cualquiera sea este, que su deber es el de gobernar bien y con prudencia, ajustándose a los requerimientos del bien común y dejando de lado todas las ideologías que, como el marxismo en su momento, pretendían traer el paraíso a la tierra a costa de masacrar a la humanidad.

Es fácil afirmar ahora, como lo hace ese grupo de exministros, más de 50 años después, que la salida a la crisis de ese momento debió haber sido otra, sin recurrir a la fuerza militar. Nos hace recordar aquello de que, después de la batalla, todos somos generales.

Entretanto, este episodio nos demuestra una vez más la importancia capital de recuperar la historia de Chile y no dejarnos engañar. De lo contrario, volveremos a repetirla.

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

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