Gonzalo Ibáñez Santamaría


Llamativo nombre de una fundación antofagastina muy próxima al gobierno destinada a llevar adelante programas sociales con financiamiento estatal. Sin embargo, lo que se ha sabido, es que tales programas han sido más bien el pretexto para extraer fondos públicos y se usen después de una manera frívola y muy distante de los propósitos primitivos. Tanto, que se ha levantado la sospecha de que podamos estar de cara a un fraude al fisco. Tanto es así, que la fiscalía local de Antofagasta decidió intervenir y procedió a abrir una causa para investigar los hechos. Por su parte, el ministro de Obras Públicas ha pedido la restitución de los fondos y ha calificado como un despropósito la asignación de los mismos a esa fundación. Democracia viva. . . ¿o avivada?

La gravedad de lo sucedido se ha visto aumentada por el hecho de que han intervenido personas muy cercanas al gobierno, incluyendo una diputada que era vicepresidenta de la Cámara. Este hecho viene a sumarse a muchos otros anteriores que han horadado el prestigio del gobierno hasta dejarlo por los suelos. Toda la superioridad moral de que se ufanaba se ha desplomado y ha quedado al a vista como sus personeros pueden incurrir en los mismos procedimientos que ellos criticaban en anteriores gobiernos, y aún peores.

El gobierno se ha empeñado en una campaña de aumento de impuestos para solventar, según él, ineludibles gastos “sociales”. Desde luego, estos gastos dejan muchas dudas y lo que es seguro es que peso que va a impuestos es peso que se resta de la inversión, afectando así gravemente el empleo y el crecimiento del país. En todo caso, parece indispensable que, antes de pedir nuevos fondos, haga buen uso de los que actualmente dispone y cuide de ellos impidiendo su despilfarro.

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

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