Gonzalo Ibáñez Santamaría


Así calificó Lautaro Carmona, actual secretario general del Partido Comunista, al régimen marxista de 1970-1973, mal llamado de la Unidad Popular. Así puso sus cartas sobre la mesa: toda la estrategia marxista apunta claramente a hacer retroceder al país a esos años nefastos. Y casi lo han logrado con el régimen ahora imperante.

Transcribo esclarecedor artículo aparecido, con este título, hoy en la prensa acerca de este crucial punto:

"Las recientes palabras del secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, pronunciadas en el 111° aniversario de esa colectividad, en orden a que el proyecto histórico de la Unidad Popular es hoy “un proyecto inconcluso pero no derrotado”, si bien no son del todo sorpresivas, dan cuenta de una visión preocupante, anquilosada en el pasado, de un conglomerado que tiene un papel central en la coalición de gobierno. De hecho, en las últimas elecciones fue el partido que obtuvo mayor votación dentro del oficialismo.

A esas afirmaciones cabe agregar otras expresiones de hace algunas semanas del propio Carmona al pleno del Comité Central de su partido, en que llama a “tener abiertas las puertas para que sea el movimiento social, como tantas veces en nuestra historia, el que obtenga los avances sociales que buscamos, ya sea por la vía del derecho, como por la vía de los hechos”. Palabras, a su vez, no muy distintas a las expresadas en marzo de 1973 por el entonces secretario general del PC, Luis Corvalán, cuando afirmaba que “sería simplificar el problema si dijéramos que el logro de nuestros objetivos revolucionarios es solo una cuestión de votos. No. Jamás hemos considerado que la vía de la revolución chilena es una vía exclusivamente electoral. Es un camino de constantes enfrentamientos, de aguda lucha de clases y en el cual lo fundamental es la movilización, el combate de las masas y la creciente elevación de su conciencia revolucionaria”.

Esta idea de mantener vigente el proyecto histórico de la Unidad Popular contrasta con el llamado del Presidente Gabriel Boric a “que desde la izquierda tenemos que ser capaces de analizarlo (ese período) con mucho mayor detalle y no solamente desde una perspectiva mítica”. Y es que, cabe preguntarse, ¿qué parte del proyecto de la UP consideran pendiente?; ¿siguen manteniendo que resulta inevitable el proceso dialéctico de lucha de clases que sembró el odio en el país?; ¿cabe esperar el control estatal de los medios de producción, incluyendo la toma de empresas, la estatización de la banca y la fijación de precios?; ¿la oportunidad para alcanzar estos objetivos sería solo un problema de correlación de fuerzas?

No hay que olvidar, como lo decían sus propios protagonistas, que la meta a alcanzar era un modelo socialista irreversible, teniendo como ejemplo a países como Unión Soviética, Alemania Oriental y, sobre todo, Cuba. De ahí que no extrañe tampoco que en su reciente discurso Carmona culpe a Estados Unidos y la OTAN de la invasión de Rusia a Ucrania, manteniendo —como ocurrió con el gobierno de la Unidad Popular— una postura internacional que nos aleja de las democracias occidentales. Hay también en este ámbito de política exterior otra diferencia con el Presidente Boric, que ha condenado con firmeza la invasión rusa.

No es claro que estas posturas más radicales sean hoy mayoritarias dentro del PC. Habrá que esperar eventos como su próximo congreso interno o la elección de nuevas autoridades para ver si se producen cambios".

(El Mercurio, A3 10/06/2023)

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

.