Gonzalo Ibáñez Santamaría


La noticia es fuerte: a petición del mismo Ejército, el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó que el monumento del General Baquedano no retornara a la Plaza Italia, donde estuvo desde su inauguración por 93 años. Y que, en cambio, al menos temporalmente, sea trasladado al Museo Histórico y Militar.

La pregunta brota de inmediato: ¿por qué el Ejercito no dispuso una custodia del monumento que evite a éste los vejámenes de los que fue víctima durante tanto tiempo, hasta que fue removido y trasladado? Mi respuesta es la siguiente: el Ejército no está para custodiar un determinado lugar de la capital si el resto de ella es pasto de la violencia. El que la plaza de Italia sea un oasis de paz en una ciudad devorada por la violencia, el vandalismo y el terrorismo, no significa nada. O el gobierno se decide a enfrentar a la violencia allá donde esta aparezca empleando para estos efectos al Ejército, o este deberá quedarse en sus cuarteles, aunque la patria esté amenazada de arder por los cuatro costados.

Un monumento como el del General Baquedano no es más que un símbolo. En este caso, fuera de su lugar, es un símbolo de cómo este gobierno de Boric pierde la batalla de cara a la violencia. Así como la perdió el anterior de Piñera. Es al Gobierno y no al Ejército al que le corresponde tomar la determinación de volver ese monumento a su lugar y protegerlo como símbolo de cómo se protege en todas partes la paz y el orden institucional.

Las fuerzas de esta violencia conocen la debilidad del gobierno. Saben que fueron esenciales para asegurar a éste el éxito en la campaña para socavar el orden institucional y para que el país se embarcara en la aventura insensata de hacer una nueva constitución y que, también, fueron esenciales para asegurarle el triunfo electoral. Ahora, que detenta el poder, el gobierno quiere volverlas pacíficas a lo cual éstas se oponen y es así como persisten en su tarea de destruir al país.

El gobierno una vez más tiene la palabra. Si se decide por la paz y por el orden institucional, entonces que, como símbolo, disponga el retorno del General Baquedano a la plaza Italia. De lo contrario, de nada vale que este vuelva a esa plaza. Simplemente, tendremos que afirmarnos los pantalones para hacer frente la creciente violencia que se abatirá sobre nosotros.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

.