Gonzalo Ibáñez Santamaría
Son tan cotidianos los hechos de violencia en la Araucanía que, en el resto del país, hemos terminado por acostumbrarnos a ellos hasta el punto de que sólo manifestamos sorpresa cuando pasa un día sin que se produzcan. Sin embargo, los números son concluyentes. La Araucanía es una región de donde la autoridad prácticamente ha desaparecido y donde reina el crimen, el terrorismo y el narcotráfico. Transcribo carta aparecida hoy en la prensa, muy esclarecedora. Debe ser leída, meditada y difundida.
Señor Director:
Revisemos algunas cifras. Desde 2008, fecha en que se creó el “Barómetro del Conflicto” de la Multigremial de La Araucanía, han ocurrido 3.272 hechos de violencia, con el resultado de 51 muertes de chilenos y mapuches en el sur de Chile.
La curva es ascendente y 2021 ha sido el más violento hasta ahora: 471 atentados, seguido por 2018 y 2019, con 321 y 311, respectivamente. Además, 2021 revela un cambio relevante: 98 ataques fueron dirigidos directamente contra las personas. Antes, dos de cada diez atentados eran dirigidos contra civiles; hoy son cuatro de cada diez. En 2021, también, los ataques a trabajadores aumentaron en 800%; ataques contra escuelas y comunidad escolar, en un 700%; contra iglesias, un 233%; contra personas comunes, 206%; contra agricultores, un 108%. La expansión de la violencia ha tocado a las regiones de Maule y Ñuble por el norte, y Los Ríos y Los Lagos por el sur, registrando por primera vez graves atentados durante los últimos años. En 2021, 11 personas fueron asesinadas, y ya este año, otras ocho han corrido la misma suerte.
Detrás de los fríos números hay personas, trabajadores, emprendedores, chilenos, mapuches y no mapuches que solo quieren vivir y desarrollarse en paz. El nivel de violencia y daño creciente es tan grande que no basta con mensajes, señales, gestos. Es urgente que el Gobierno escuche la voz de toda la región y nos diga cómo garantizará la seguridad en carreteras, caminos, predios y sitios estratégicos de la región que, en menos de 24 horas de terminado el estado de excepción, ya fueron tomados de nuevo por terroristas que seguirán atemorizando a la población haciendo gala de su poder de fuego, amenazando a trabajadores, quemando sus fuentes de trabajo e infundiendo el miedo que paraliza toda opción de diálogo, aunque sea bien intencionado.
Patricio Santibáñez
Presidente Multigremial de La Araucanía
(El Mercurio, 30/03/22)
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