Gonzalo Ibáñez Santamaría
Es lo que puede decirse de la decisión que él adoptó y por la cual puso fin al estado de excepción en la Macrozona Sur, que comprende básicamente la Araucanía. En virtud de esta decisión, más de dos mil efectivos de las Fuerzas Armadas, que prestaban ayuda a Carabineros en la tarea de mantener el orden público, debieron retirarse a sus cuarteles repartidos por todo el país. Dejaron así solos a Carabineros en el cumplimiento de esta misión, cuando la ayuda que ellos prestaban era más necesaria que nunca.
Pero, a Boric le ha pesado más la ideología que lo domina que los hechos cotidianos de la realidad en toda esa región. Hechos de continua y creciente violencia, de narcotráfico y de terrorismo tras los cuales se esconde una organización cada vez más poderosa alimentada por muchas de las mismas fuerzas que están en el gobierno. Pensemos nada más que en el partido comunista. Al frente, quedará un cuerpo policial como es Carabineros que, cada vez que emplea su armamento para defenderse, es acusado desde el gobierno de violaciones a los derechos humanos y es cubierto de improperios. Y amenazado además de que se curse su “refundación” para dar paso a una organización al servicio de la misma ideología que detenta en Chile el poder político. Es decir, Carabineros hoy es un cuerpo policial carente de todo el apoyo necesario por parte del gobierno para que cumpla con su misión. Y, a pesar de todo, se le entrega la tarea más pesada que enfrenta el país en materia de seguridad ciudadana.
Las circunstancias imponen, desde luego, dar a Carabineros ese pleno respaldo que hoy se le mezquina y, en forma paralela, retornar y aumentar el contingente de las FF.AA. Y, derechamente, entregar a éstas sin reservas el control del gobierno regional. La situación que allá se vive es de guerra y si no se la encara de manera realista, la región amenaza perderse para Chile. No se puede enfrentar una situación como la de la Araucanía sólo con fuerzas policiales, aunque éstas sean espléndidas.
La sospecha es evidente: el gobierno debe tener algún compromiso con el terrorismo que lo lleva a desarmar la región porque, al adoptar la medida que comentamos, este gobierno no hace sino dejar la región a merced de las fuerzas que están detrás de ese terrorismo. Es literalmente jugar con fuego, especialmente si se advierte que en un día más viviremos eso que algunos denominan el día del joven combatiente, día del “chipe libre” al terrorismo y el violentismo. Es evidente el riesgo de que ese fuego comience quemándole las manos a quienes lo encienden -Boric y su gobierno- pero, lo grave es que, después, sin duda, va a entrar a recorrer todo el país, poniéndolo en llamas.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm
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