Gonzalo Ibáñez Santamaría
La prensa informa que la Convención destinada a redactar el proyecto de nueva constitución, en vez de abocarse a su tarea, ha diluido su tiempo tratando temas de la contingencia del momento. En este caso, el tema de los derechos humanos. En vez de tratarlo en sí mismo y en su proyección hacia el futuro del país, lo hizo a propósito de los enfrentamientos habidos entre violentistas y policía con motivo de los estallidos de violencia durante los últimos meses. La mayoría de los constituyentes sostuvo que esos derechos sólo se violan por parte de la policía y que, por lo tanto, los daños y crímenes cometidos por los violentistas y los terroristas no pueden ser considerados como atentados a esos derechos. Y que, además, en la Araucanía no hay terrorismo.
Desde luego, que esta Convención generosamente pagada por todos los chilenos, ocupe su tiempo en temas que no le son propios es una burla, una verdadera chacota. Si en esto se van a llevar todo el tiempo, bien podrían irse para su casa. Pero, por supuesto, no lo harán, porque el objetivo de su procedimiento no es para nada redactar en paz un proyecto constitucional sino convertir a esa Comisión en el centro del poder político del país desbancando a los otros poderes. Ese fue el tono de su primera declaración y sigue siéndolo en los debates que han tenido lugar después. Lo cual es de suyo muy grave, porque al final, si ese intento logra su objetivo, Chile se va a desmoronar. Por cierto, no se puede permitir.
Pero, la burla va mucho más allá, porque cuando se sostiene que los derechos humanos sólo pueden ser violados por los agentes del estado se está proclamando la impunidad para terroristas y violentistas. Desde luego, a eso apunta el proyecto de indulto presentado hace poco en el Congreso y que esta Comisión Constitucional apoya entusiastamente. Y se le está diciendo a los miles de chilenos víctimas de ese vandalismo y de ese terrorismo, que ellos nunca han visto conculcados sus derechos y que, por lo tanto, no tienen nada por qué quejarse. Comenzando por los más de cinco mil carabineros que resultaron heridos luchando por mantener la paz y el orden jurídico del país, el Estado de Derecho.
Así, en definitiva, esa burla se transforma en tragedia. Si no, que lo digan las víctimas de los atentados cotidianos en la Araucanía que ven como sus campos son literalmente arrasados por incendios y sus máquinas e instrumentos de trabajo minuciosamente aniquilados. Son muchos los muertos que estos atentados están produciendo, aun entre los mismos mapuches que no quieren plegarse al terrorismo al cual son implacablemente empujados. El caso más emblemático fue el del joven carabinero Eugenio Nain Caniumil, ultimado por terroristas disfrazados de mapuches. 24 años tenía cuando cayó en una artera emboscada dejando a su mujer viuda, y a sus dos hijos menores huérfanos.
Los derechos humanos definitivamente han pasado a constituir un arma de subversión y en esa condición -que no nos quepa duda- van a ser incorporados en el proyecto constitucional.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm
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