Por Enrique Subercaseaux
La deconstrucción avanza sin que apenas lo percibamos.
Nadie sabe que terreno pisa, ni menos si lo que hablan y hacen nuestros representantes políticos es genuino o un engaño estratégico.
Así como una mezcla de Sun-Tzu y la moda esotérica post-flower power.
Una ley del mínimo esfuerzo.
Y los resultados se notan con nitidez.
Chile en caída libre. Claro, ahora son los meses de verano, así que el calor, la arena y el agua lacustre diluye todo.
Pero el despertar en marzo será serio y terminante.
El Foro de Davos (filial del Foro de Sao Paulo en el primer mundo) se reúne por estos días. Las informaciones que provienen de allí son contradictorias y alarmantes.
Quienes pretenden regir los destinos del mundo, no solo regir sino dictaminar, no son claros ni lógicos en la formulación de sus políticas y recomendaciones.
Tal parece que la combinación aire alpino, mucho dinero y manjares de lujo caen pesados al estómago y al cerebro.
Ahora, por ejemplo, se preocupan de altas tasas de inflación y de problemas en los mercados financieros. Esto les afecta a ellos (y al resto, que les importa menos).
Es posible que se den cuenta que, si la sociedad sufre, sus negocios decrecerán.
Quieren sacrificar mascotas, sacrificar familias y sacrificar creencias. ¿Habrá alguien que les diga algo, que les exhiba una tarjeta amarilla o roja?
Es posible que nuevos liderazgos emerjan. De cada desgracia la sociedad, y la persona individual extrae lecciones. Y de la síntesis de estas emergen los nuevos líderes. No evidentemente los elegidos en Davos: estos se desvanecen ante cualquier adversidad climática, como los pacientes de “La montaña mágica” de Thomas Mann.
Como en esa gran novela, paulatinamente nos damos cuenta, una vez más, que un medio protegido y de laboratorio, donde se controlan muchas o todas las variables, es muy difícil de construir y casi imposible de hacer perdurar en el tiempo.
Tomemos nuestra revolución regional: ¿qué hará el primer mundo cuando las economías revienten por el experimento fallido...?
¿Habrá dinero suficiente para rescatar una región completa? O se condenará la misma a una crisis económica regresiva permanente?
Son todas interrogantes. Sin respuesta. Hace décadas que no se vivía, a nivel global con tanta incertidumbre.
Ciertamente todo lo que se ha aprendido en ejercicio democrático y en buena gobernanza se ha perdido. Perdido en la maraña de mentiras que se ha ido construyendo para ocultar delitos, malas prácticas y complicidades.
No puede sorprender, en consecuencia, la desafección con la política. Y el hartazgo que le ha seguido.
Estamos ante una generación “etariamente transversal”, que ha quedado desprovista de herramientas internas para defenderse de sus fantasmas interiores. En consecuencia, sus actos son proyección de una personalidad descentrada.
Herramientas para compensar existen. Y, por último, se echa mano a la teatralidad y al juego de máscaras. Ocultar, fingir, exagerar o emborronar, según sea el caso o la conveniencia.
No obstante, los esfuerzos coordinados, la fiesta comienza a llegar a su fin. Veremos cuanto se prolonga la agonía y los últimos estertores. Aunque no sea claro para la sociedad, toda esta charada totalitaria esta fallando exactamente porque no se tomaron en consideración algunos aspectos importantes de la modernidad:
- Nunca había existido tanta información y un libre flujo de la misma. Aunque la calidad varía enormemente, la gente prefiere informarse y tomar posturas sobre los diversos temas. No es preciso que todos lo hagan, pero si una pequeña, pero representativa minoría, y esta expande su mensaje.
- El dinero, cada vez más distribuido, les da la libertad a las personas. De trabajo, de la manera en que vive, y donde vive. De hacer lo que le parezca mejor y mas gratificante con su vida. Se adquiere independencia de la tiranía.
- Hay una reacción natural a la acción concertada de las elites económicas y políticas. Aunque las fronteras entre izquierdas y derechas se han derrumbado, han continuado ciertas ideas fuerza dentro de la sociedad. Ante la nueva distinción de Patriotas y Globalistas, muchos prefieren aferrarse a lo conocido y lo constante. Los hábitos y la memoria tienen mucho de influencia en esta esfera.
En próximos artículos examinaremos con mas detalles las zozobras del plan “progresista” y del Foro de Davos (WEF). Era imposible pensar que la medianía intelectual y una ejecución chapucera de su nuevo orden pudiese triunfar. Y aunque la batalla esta lejos de estar ganada, es importante examinar como sigue el proceso.
La mente humana sabe defenderse. Si es que lo hace de enfermedades internas del organismo, bien puede defenderse de un enemigo visible, por mucho que este trate de engañar y recubrir sus acciones con un manto de fantasía.
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