Cristián Labbé Galilea


Si bien Las vacaciones son una actividad para la que nos preparamos todo el año, cuando llega el momento, aparecen esas pequeñas preocupaciones que todo lo enredan: ¿qué se hace con el gato… quién cuida la casa, prende las luces y riega las plantas…? Las soluciones siempre llegan, mal que mal somos un país solidario; para eso están los vecinos, la suegra o alguien en quien confiar… todo se arregla en un santiamén y se inicia ese soñado tiempo de recreación, desconexión y descanso que nos permite retomar con más energía las tareas habituales.

“Otro gallo canta” … cuando se alcanzan altos niveles decisionales como de: gerentes, directores, administradores; ahí la cosa se complica… para poder “arrancarse”, todo tiene que estar en orden y debe seguir funcionando, esté o no el jefe. En esas circunstancias, no corre el: “tómate un descanso, aprovecha, te corresponde, sal a disfrutar, total… la vida sigue igual”.

Esta imaginativa pluma supone que algo así le dijeron los asesores al Presidente, quien, nada de perezoso… se tomó la palabra; total, todo está funcionando con absoluta normalidad… La prensa informa: “el Presidente inicia un periodo de descanso con cargo a su feriado administrativo después de dos años…” (Tal cual).

Y como “cuando el gato está ausente… los ratones se ponen valientes”, de atrás lo siguieron sus principales colaboradores; la primera en partir fue la Canciller, me imagino lo fatigada que debe estar después de dejarnos “como la mona” con nuestros vecinos, con los ingleses, con la comunidad judía, en fin… con el mundo entero.

En Defensa, la ministra también se va de vacaciones, pero su caso corre por un carril más delicado: la seguridad, el empleo de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad interior, el efecto que ello pueda tener en sus capacidades operativas… ¡los 50 años!

No estando el Regente, su principal asesora, la ministro Secretaria de la Presidencia, aprovecha de “irse unos días”; total, el buque queda con “piloto automático” y, si hubiera algún imprevisto, “que no tiene por qué ocurrir”, el segundo piso “sabrá cumplir con su deber”.

En el área económica, mejor ni hablar, pareciera que todo está controlado: las AFP, las ISAPRES, la inflación, el desempleo… No hay mucho de qué preocuparse, la situación “debiera tender a ordenarse…” y por mil otras razones “se justifica plenamente” que el ministro de Hacienda tenga su merecido descanso.

Cual estudiante secundario, el ministro de Educación, para no ser menos, “se toma” sus vacaciones; total, para su sector el año empieza en marzo, ahora no hay que agitarse. Tanto así, que en pocos días más se suma al receso oficial la Vocero de Gobierno… ¡Suma y sigue!

Al final de cuentas, todo indica que tenemos que estar tranquilos, no hay que inquietarse: todo estaría fríamente calculado, tanto así que el Presidente, antes de partir, le habría dicho a su equipo, lo mismo que me dijo mi vecina: “por cualquier cosa… las llaves quedaron debajo del felpudo”.

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