Cristián Labbé Galilea


No sé en otras partes, pero está claro que en este país somos especiales: cuando todo parece ir bien, o tiende a mejorar, brota como por arte de magia un curioso instinto… dudar, dudar de todo, esperanzados de encontrar respuesta a los desasosiegos en el adagio “duda y acertarás”. Ahora, si aplicamos ese raciocinio a la política… la experiencia desespera.

Desde hace semanas, las encuestas y los politólogos están reconociendo una tendencia clara para las próximas elecciones: Kast y Boric serían quienes pasan al balotaje y, en ese caso, existe una alta posibilidad que el próximo presidente sea Kast; es aquí cuando aparece “el perverso instinto de dudar de todo” … ¡No lo van a dejar gobernar! ¿Cómo va a gobernar?

Lo curioso es que esos nocivos comentarios provienen normalmente de esa “derechita cobarde” que, además de haber ido cediendo, poco a poco, todas las banderas de lucha de la Sociedad Libre, ahora, con una ingenuidad abismante, no disimula la idea que es mejor que “en esta pasada” gobierne la izquierda.

Ante tal realidad, esta optimista pluma es categórica: qué duda cabe, están soplando vientos favorables; por lo tanto, hay que sumarse y sumar, hay que ganar en primera y en segunda vuelta. ¡El camino está pavimentado para ser gobierno y para gobernar!

Si algún incrédulo contertulio aun es presa del instinto de dudar, le sugiero recapacitar.

Kast tendrá al menos el 50,1 % de respaldo ciudadano, lo que, sumado al liderazgo mostrado y a su capacidad, no sólo de interpretar los requerimientos de la población, sino de tomar las decisiones correctas, todo ello augura la gobernabilidad necesaria.

Con el apoyo ciudadano en las urnas, lo que se espera es que el mandatario electo exprese un sólido respaldo político a las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones, lo que será otro factor clave para garantizar el Orden y la Seguridad y para combatir con éxito el terrorismo, la violencia, la droga y la delincuencia.

Quienes le buscan siempre “el cuesco a la breva” obviamente seguirán dudando, argumentando que existe la posibilidad que el Parlamento sea adverso, lo que no está claro -el barómetro de la política también se está moviendo a ese nivel-, y se podría eventualmente alcanzar algún quorum satisfactorio; además, se espera que los nuevos parlamentarios harán esfuerzos para remontar el 2% de aceptación del que “gozan”.

En relación con el Poder Judicial el asunto parece más claro, a buen entendedor pocas palabras: sus integrantes debieran ser los primeros en identificar que el país quiere que se fortalezca el Orden Institucional y el Estado de Derecho, concluyendo que es necesario enmendar ciertas laxitudes favorables a la delincuencia y la impunidad.

¡Qué duda cabe! Un mayoritario apoyo ciudadano, un sólido respaldo político a las FFAA y de Orden, una diestra relación con el Congreso y un Poder Judicial considerado y fortalecido, respaldan la convicción que… ¡Kast no solo va a poder gobernar sino que además lo hará bien!

.