29 diciembre 2024
Tomas Bradanovic
La obsesión por "el legado"
La actual decadencia de Chile comenzó cuando se instaló la idea estúpida que cada gobierno debía dejar "un legado" por el que los presidentes serían recordados, como recordamos hoy a don Diego Portales por ejemplo.
Esta egolatría absurda iba muy bien con el carácter de Lagos por ejemplo, que hacía la mímica y usaba el lenguaje necesario para parecer un "estadista", siendo él quien introdujo la corrupción masiva en el país.
Incluso el gobierno actual, ve con alarma que se termina y no han hecho ni una sola reforma de las que tanto le gustaban a los gobiernos anteriores, para jactarse de "un legado".
Lo más irónico es que cada uno de los legados ha sido un fracaso desastroso para el país, uno tras otro: puros fiascos.
Para que se preocupan, el mejor legado que nos pueden hacer es no hacer ni una reforma, porque los legados que nos han dejado los gobiernos anteriores han sido una sucesión de desastres. Veamos:
La Reforma Procesal Penal de Aylwin
Aylwin ordenó el diseño de la Reforma Procesal Penal, que es la causa directa de la crisis terminal de nuestra justicia, la expansión del crimen organizado y el aumento insoportable de los delitos sufrimos hoy.
Para que hablar de la corrupción que introdujo en el sistema la creación del Ministerio Público, ese si que fue un legado aberrante, una institución llena de delincuentes que operan con impunidad y que están a cargo de la persecución penal. ¿Qué podría ser peor?
La reforma Tributaria de Frei
Eduardo Frei Ruiz-Tagle era un mediocre perfecto, y esto resultó un golpe de suerte para el país, porque no nos dejó ni un solo legado, hoy se lo recuerda como un presidente opaco pero que al menos no hizo tanto daño, mirando para atrás ha sido el menos dañino de todos.
Aunque Frei durante su gobierno también intentó dárselas de reformista implementando la Jornada escolar completa, otro millonario fiasco que le sirvió de pretexto para subir dos puntos del IVA a cambio de cero resultados.
El desembarco español de Lagos
El legado de Lagos partió trayendo a sus amiguitos del PSOE que se habían apropiado de las empresas españolas durante la privatización. Así fue como llego a Chile OHL (hoy OHLA) uno de los grupos empresariales más descaradamente corruptos del mundo.
Cuando el resto de los países les quedó chico después de reiteradas estafas y malversaciones, llegaron a nuestro país a hacerse cargo de las concesiones, principalmente de autopistas, hospitales y plantas de tratamiento de agua.
Ni que decir que siguieron estafando en Chile tal como llevaban más de 100 años en España y otros países de América Latina.
Y no olvidemos el otro legado de Lagos, que fue el diseño del Transantiago. un fracaso desastroso que hoy se estudia como muestra de política pública fracasada. Transantiago hasta el día de hoy nos arrastra una mochila de plomo de evasión y subsidios exorbitantes. Pagados por Moya, como siempre.
Bachelet 1, el hada madrina del Frente Amplio
Bachelet, que alguna vez fue considerada la simpática mami de Chile implementó el Transantiago, el desastre diseñado durante Lagos, que hasta el día de hoy sigue costando una fortuna en subsidios, pagada con los impuestos de nosotros, los giles como siempre.
En esa época se gestó la Revolución Pingüina que dio origen al Frente Amplio que actualmente nos gobierna. También fue su cobardía al reprimir los saqueos luego del gran terremoto del año 2010, la que envalentonó al lumpen de octubre del 2019.
Piñera 1 quedó al aguaite
Llegó Piñera justo después de un gran terremoto. Arregló bastante las cuentas públicas y reconstruyó gran parte de los daños. Además lideró el rescate de los 33 mineros. Esos dos fueron sus legados, nada muy espectacular pero al menos tampoco hizo grandes daños en ese gobierno. Se estaba guardando para el siguiente.
Bachelet 2, el derrumbe del país y el negocio de los haitianos
Llegó nuevamente la vieja Bachelet, y esta vez con vestido rojo, Una de sus legados más notables fue el octubrismo, ella fue la mami de los octubristas, al llevar al Partido Comunista al gobierno. Bajo su gobierno se crea la Nueva Mayoría, de triste memoria.
Fue el equipo -hasta entonces- con más incapaces que había llegado a la Moneda. Jorrat y Arenas, dos completos idiotas, junto con Velasco, el Harvard boy que tuvo el dudoso honor de destruir la regla de superávit estructural, que nos había dado riqueza e inversión extranjera a montones desde el año 2001, cuando Lagos institucionalizó la regla no escrita creada en los años del Gobierno Militar.
Para su segundo período Bachelet llegó con una retórica encendida "cuando el pueblo sale a la calle la derecha tiembla" y se convirtió en la madrina de los niños ineptos que formaron el Frente Amplio.
Otro legado de Bachelet fue el sucio negocio de la importación masiva de haitianos, un turbio asunto que nunca llegó a esclarecerse completamente
Piñera 2 el verdadero Kerenski chileno
Esta obsesión por el legado fue causando una serie contínua de deterioros, la mayoría por deshonestidad o incapacidad de los gobernantes y sus equipos. Este deterioro alcanzó su peor momento en octubre de 2019 durante el segundo gobierno de Piñera.
De acuerdo, la violencia fue digitada desde el extranjero, pero también ocurrió en otros países y en ninguno tuvo implicancias tan desastrosas como en Chile.
Y esto pasó por el estado de pánico en que entró Piñera. Ante la violencia, fue incapaz de reaccionar adecuadamente, con temple y valentía. Lo que hizo fue vergonzoso.
Decir que se acobardó es quedarse corto y alguien en pánico puede tomar decisiones estúpidas, irracionales causadas por el miedo.
Es lo que le pasó a Piñera cuando no se le ocurrió mejor idea que ofrecer el cambio de Constitución, cosa que nadie había pedido.
Los dos procesos que vinieron después de eso, con seudo asambleas constituyentes fueron una vergüenza para el país y para todos los chilenos.
Por lo menos sirvió para que todos se dieran cuenta la clase de gente que estaba detrás de todo eso.
Los merluzos sin legado
Afortunadamente la reacción de asco del país frente a los dos procesos fallidos para cambiar la Constitución ha permitido elegir un parlamento capaz de bloquear los intentos del gobierno de hacer reformas.
Todavía no podemos cantar victoria porque nos queda casi un año, pero al parecer este gobierno terminó siendo el más eunuco que hemos tenido desde 1990.
A menos que los payasos de nuestra seudo derecha se vuelvan locos y lo apoyen, nos salvaremos de una vergonzosa reforma de pensiones y de otra infame reforma tributaria.
Los legados que nadie los quiere
Porque cada uno de estos "legados" son todas cosas que los chilenos recordamos con rabia y rechazo. Nos han cagado una y otra y otra vez: la Reforma Procesal Penal de Aylwin, el alza del IVA de Frei, la corrupción de Ricardo Lagos, el Transantiago de Bachelet 1, el derrumbe económico y los haitianos de Bachelet 2 y la cobardía de Sebastián Piñera.
Obviamente la mayoría de los chilenos no acepta las pretensiones de los merluzos y comunistas de reformar el sistema de pensiones a su gusto, todos sabemos que eso será un manotazo.
Tampoco es aceptable una nueva "reforma tributaria" léase subida estructural de los impuestos. Todos sabemos a lo que nos lleva eso. ¿Cómo puede haber idiotas en la oposición que apoyen esos cambios?
Al actual gobierno y sobre todo a la oposición cobarde yo les diría que -por una vez en su vida- se den cuenta que nadie quiere sus reformas, no las necesitamos ni las queremos.
Pueden repetir mil veces que son urgentes y que si no se hacen tendremos malas consecuencias: no, no y no!. Eso es mentira, las malas consecuencias las tendremos sin duda si aceptan reformar algo que hoy está funcionando perfectamente y no puede ser mejorado, en las actuales circunstancias.
Avíspense merluzos; No es No. Cero reformas
Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/
.