03 agosto 2023 

 

 

 

 

 

Tomas Bradanovic 


El gobierno se quedó sin plata. Después de contratar noventa y cuatro mil nuevos empleados públicos crearon un gasto fiscal permanente que se escapa mes a mes del barril de las arcas fiscales. Recuerden que ninguno gana menos de un millón de pesos y la mayoría tres o más veces esa suma, todos los meses.

Así, con un estimado sobre los 950 mil empleados públicos, hemos llegado a tener la burocracia estatal más grande y costosa -en términos per capita- de toda América del Sur y de buena parte del mundo. 

El presupuesto fiscal del año pasado -superior a los ochenta mil millones de dólares- ahora se considera ajustadísimo y fue el último en ser estructurado por Sebastián Piñera. Probablemente será también el último presupuesto no deficitario por un buen tiempo.

La burocracia estatal de los gobiernos a partir de Ricardo Lagos venía creciendo a ritmo vertiginoso y los merluzianos, en lugar de frenar esta inflación insostenible de la planta fiscal, apretaron el acelerador a fondo, llevando en masa a parientes y amigos, la mayoría de los cuales no habían trabajado nunca en su vida.

Ponga como autoridad a alguien en sus treinta años, que nunca ha trabajado y depende de sus padres, en un ministerio o seremía ¿qué resultado tendremos? El caso fundaciones se formó con gente así: jóvenes sin experiencia ni escrúpulos, activistas políticos, vividores que tampoco han tenido los mejores ejemplos en su casa. Ese es el perfil, desde el primer merluzo hacia abajo.

Los gobiernos anteriores también inflaron la planta fiscal con amigos y parientes cesantes, entonces entró de todo: malos, regulares y uno que otro bueno. Los noventa y cinco mil que trajeron los merluzianos fueron todos malos, inexpertos, resentidos y enfermos de la cabeza, aparte de piojos resucitados.

Bueno, todo esto es archi sabido y no vale la pena siquiera comentarlo, pero ahora hay algo nuevo: se están quedando sin plata para pagar la enorme plantilla fiscal, para gastos demagógicos y para financiar sus malversaciones.

Bachelet1 y Piñera 1  quemaron las reservas internacionales: vendieron los muebles para comprar trago y darse lujos.

Bachelet 2 y Piñera 2 salieron a pedir plata prestada, amparados por la buena imagen que todavía nos quedaba de la década de oro, entre 1986 y 1996, esto equivalió a hipotecar la casa para comprar más trago y darse más lujos. Así se hicieron populares y se repitieron el plato.

Ahora los merluzos quisieron repetir, pero ya no quedan reservas disponibles y pedir plata prestada se hace cada vez más difícil pues las condiciones son cada vez peores para el país, ya que no existe esa confianza en que el gobierno será un buen pagador.

Agreguemos un par de ingredientes a este caldo envenenado. Frei Ruiz Tagle subió los impuestos y con la excusa que "necesidades urgentes en educación" nos subieron el IVA de 16% a 19%. 

Para colmo, desde que el gobierno de Ricardo Lagos -si no me equivoco- estableció el Royalty Minero, despareció la inversión extranjera en nuevos proyectos y el crecimiento se empezó a ir al diablo.

Sin inversión ni crecimiento se hizo necesario subir los impuestos regularmente con los pretextos más diversos y absurdos. 

Hoy nadie recuerda que, pese al gran alza del IVA, la educación siguió empeorando y hoy es un desastre tan completo que a los jóvenes no les interesa ir a clases. Ya ni siquiera a los apoderados les preocupa.

El mejor síntoma de esa crisis es el crecimiento explosivo de los colegios pre militares, donde se enseñan los antiguos valores de esfuerzo, sacrificio, competición y responsabilidad. 

¿Y qué pasó con los miles de millones que recibieron por el aumento del IVA más las siguientes "reformas tributarias"? Principalmente dos cosas: (i) aumentaron los empleados públicos y (ii) subieron astronómicamente los sueldos directivos.

Bueno, también la corrupción masiva -que empezó con Ricardo Lagos- creció de manera exponencial. Los ladrones del MOP-GATE de los años 2000 hoy son  unos decentes caballeros, comparados con los picantes, pungas y desvergonzados de hoy.

¿Qué hacer entonces?  Me imagino a los merluzos quebrándose la cabeza para tratar de salir del agujero negro en que se metieron. Como todo el mundo sabe que de los agujeros negros en imposible salir. 

Por eso quieren dinero, lo necesitan desesperadamente y esta vez no tienen reservas, inversión ni buen crédito donde echar mano.

Ah, y se me olvidaba, las subidas de impuestos y varias pésimas leyes destruyeron totalmente la inversión interna, la economía chilena crece al cero por ciento pese a los billones gastados en bonos y transferencias monetarias directas, que fueron seguidas -como es lógico- por inflación. 

Entonces no tienen otra, están obligados a tratar de subir los impuestos de nuevo. 

Para su mala suerte justo cuando iban con todo a poner nuevos impuestos, se les destapó una cadena de escándalos financieros que muestran a los merluzianos como los rateros chantas que son.

¿Quién aceptaría pasarle plata a alguien que lo ha estado estafando por más de un año? Nadie en su sano juicio lo haría y por eso se quedaron sin agua en la piscina. Los políticos de oposición -incluso algunos de gobierno- se harían un harakiri si apoyan una nueva alza de impuestos ahora.

Entonces al patético ministro Mario Marcel se le ocurrió la idea del siglo "no hablemos de alza de impuestos, llamémoslo Pacto Fiscal", con eso todos los giles -de izquierda a derecha- aparecerían tomaditos de la mano en una foto tan ridícula como esa donde aparecía Bachelet y Yasna Provoste años atrás.

Típica "solución" concertacionista, un ridículo intento de engaño con la puesta en escena del merluzo en cadena nacional a las once de la mañana en algo que parecía un croma key, puras frases vacías y ampulosas.

¿Pacto Fiscal? Perfecto, siempre y cuando eso signifique bajar el gasto reduciendo la planta fiscal, los sueldos fiscales, eliminando los proyectos que no dan resultados, congelando todos los convenios con fundaciones privadas para una revisión exhaustiva, eliminando ministerios y reparticiones inútiles partiendo por Corfo, Sercotec y tantos más.

Pero sobre todo sin subir un solo punto las tasas de impuestos porque ¿saben qué más? La idea de sacarle plata a los ricos hoy es ridícula, los ricos ya protegieron su plata y cualquier plata de impuestos que rapiñen esta vez será de los pobres y clase media. ¿OTRA alza de impuestos? Mejor vayanse al diablo.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

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