Tomas Bradanovic


Debido a la situación especial producida por la votación del Partido Republicano en las últimas elecciones, creo que les voy a dar la lata por un par de días (unos dos o tres) con asuntos de política chilena, creo que la situación lo amerita y trataré de ser lo más breve y conciso posible. 

Pido disculpas adelantadas a los regulares que no leen desde Chile o que no les interesa el tema.

Hoy quería comentarles similitudes y diferencias entre el Partido Republicano y el gremialismo, que partió en 1967 en la Universidad Católica de Chile y que se convirtió en el partido político Unión Demócrata Independiente en 1983.

Jaime Guzmán
Luego de su fundación la UDI tuvo un crecimiento orgánico, muy acelerado a partir de los años ochenta, se hizo conocido por ser jerárquico y seguir a un líder carismático como fue Jaime Guzmán Errázuriz, quien fue su fundador y principal figura.

El 1 de abril de 1991 Jaime Guzmán fue asesinado en una operación diseñada y dirigida desde Cuba, escondida bajo la alfombra por el gobierno de Patricio Aylwin y que facilitó la fuga de Juan Gutiérrez Fishmann, alias el Chele, el organizador del asesinato. 

El propio gobierno de Aylwin ayudó a entorpecer la investigación y prestó medios de modo que prácticamente todos los sicarios resultaran fugados y exiliados en el extranjero. 

El único que terminó en la cárcel fue  Hernández Norambuena, que cayó preso por casualidad en Brasil como delincuente común, cuando se dedicaba a secuestrar empresarios para extorsionar por su rescate. 

Jaime Guzmán era católico practicante, sin embargo nunca perteneció al Opus Dei, Fiducia ni a ninguno de esos movimientos dentro de la Iglesia, su aproximación con la religión era más personal que asociada a movimientos carismáticos.

La UDI ¿estalinista?
La influencia decisiva que tenía Guzmán en la UDI, como líder indiscutido y la disciplina partidaria incuestionada, donde en un grupo que llamaban "los coroneles" estaban los más cercanos al líder, hacía que los opositores motejaran al partido como estalinista, que no daba cabida para disensiones ni competencia: en pocas palabras Jaime Guzmán era el dueño de la UDI.

Con este esquema el partido tuvo un gran crecimiento que llegó a superar a la Democracia Cristiana como el principal partido de Chile. 

Su trabajo en las poblaciones cambió el chip entre muchos de los más pobres -que tradicionalmente votaban por la izquierda- y pasaron a engrosar las filas del partido más derechista, bajo un esquema de meritocracia, individualismo y superación personal.

El asesinato de Guzmán sorprendió a la UDI en una etapa prematura y marcó el comienzo de su decadencia que ha desembocado en su actual irrelevancia absoluta. 

Ninguno de los que estaban detrás de Guzmán estuvo a la altura para mantener el partido en la línea que les había dado tantos éxitos.

José Antonio Kast
Bueno, casi ninguno, había un huaso alemándiputado de perfil muy bajo que quería competir para presidente y en su partido los peces gordos no le dieron la pasada.. 

Era bastante desconocido cuando el año 2016 renunció a la UDI, que estaba en plena decadencia. Los jerarcas de entonces ni se imaginaban lo que se estaban farreando al dejar ir a ese ese tipo que empezaba la incierta aventura de ser candidato independiente.

En su primer intento en 2017 consiguió las firmas para ir de candidato independiente, las encuestas le daban entre un 2% y un 3%, finalmente sacó el 7.93% En esa elección fue cuando empezó a llamarme la atención y reconocí de inmediato que era justo lo que necesitaba la política chilena.

Después de su derrota a mí me desesperaba que no empezara a formar un partido y coloqué acá mismo que apenas se abrieran las firmas para un partido de Kast yo iba a ser de los primeros en firmar y así lo hice el 21 de junio de 2019, firmé y me puse de cabeza a tratar de juntar firmas entre mis amigos. Primera vez en mi vida que militaba en un partido político.

Desde entonces el crecimiento electoral ha sido vertiginoso. Kast se presentó para la presidencia de nuevo en 2021 ganando la primera vuelta con 28% de los votos y perdiendo en segunda vuelta con 44.1% de los votos, esa vez ya obtuvo 3.650.088 votos. El ascenso era meteórico para un partido que llevaba menos de dos años de constituido.

El último batatazo lo dimos -"vamos arando dijo la mosca sentada en el cacho del buey"-en la elección del domingo pasado, donde los republicanos nos convertimos en el partido más votado de Chile por lejos, con 3.461.066 votos, la votación más alta de un partido en las últimas décadas.

Los partidos en torno a un líder
En teoría no es bueno que un partido se base solo en un líder carismático porque si falla el líder se cae el partido, como se derrumbó la UDI después del asesinato de Jaime Guzmán. 

En los comentarios de la entrada de ayer el Triministro nos decía su preocupación por la "falta de gente" en el Partido Republicano, es decir la falta de otras figuras brillantes o carismáticas.

En mi opinión eso es un error, los partidos ideológicos con muchos líderes brillantes como fueron la Democracia Cristiana y los Radicales terminaron en decadencia, corrupción peleas internas interminables, purgas y toda clase de problemas.

Todos los grandes gobiernos que hemos tenido han sido en torno a un solo líder: don Diego Portales, Manuel Montt, Arturo Alessandri, Carlos Ibáñez, Augusto Pinochet han sido todos caudillos en el buen sentido de la palabra.

Ojo, que a diferencia de otros países en Chile hemos tenido muy buenos caudillos, trato de hacer memoria y se me ocurren muy pocos caudillos tóxicos, tal vez Freire, Bilbao, Vicuña Mackenna, pero ninguno de esos ha llegado muy lejos. Hay algo notable en eso que nos diferencia de otros países, en Chile los líderes miserables rara vez prosperan.

Los partidos ideológicos en cambio han sido fuente de mediocridad, canibalismo político y toda clase de miserias, pensemos por ejemplo en los Radicales y la Democracia Cristiana entre los partidos grandes y los comunistas entre los chicos. Todos han terminado en espirales de corrupción y decadencia.

El presidencialismo
Don Diego Portales tuvo un ojo clínico para captar el alma nacional. A él se le ocurrió la idea de un régimen presidencialista, fuerte y centralizado, contra las teorías que hablan de las bondades de un parlamentarismo con jefe de gobierno y un presidente decorativo, que cuando se han intentado terminan en el más espantoso de los fracasos como ocurrió en 1920.

Y la razón es muy sencilla, Portales no pudo conocer la Ley de Pareto que es muy posterior, pero si intuía que siempre el 80% de los que votan son idiotas, manipulables y que deciden por sentimientos y sobre todo resentimientos, mientras que solo un 20% tienen la capacidad para conducir y tomar decisiones de buen gobierno.

Por eso nuestras mejores épocas han sido durante presidencialismos, liderazgos fuertes y claros, en suma hombres buenos y honrados, que aunque puedan equivocarse al tomar decisiones no caen en ese problema tan típico nuestro cuando "muchas manos matan a la guagua".

La nueva UDI
Por eso es que yo creo que el Partido Republicano recoge hoy el espíritu del gremialismo y de la UDI en su primera época, cuando era liderada por Jaime Guzmán. Kast solo recogió la antorcha que estuvo apagada por varios años después del asesinato de Guzmán.

Por lo mismo estoy muy contento con que Kast sea el dueño del Partido Republicano, y que Dios nos libre de tener un partido lleno de lumbreras políticas como fue la Democracia Cristiana en su época con Leigthon, Gumucio, Frei, Tomic, Garretón, Boenninger, Krauss y todo el resto.

"Muchas manos matan la guagua" nunca se olviden de eso. Una cosa son las bonitas teorías y otra muy distinta es la cruda realidad.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

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