14 abril 2021 

 

 

 

 

 

Tomas Bradanovic


 

Cuando leí este comentario de Miguel en Facebook me acordé enseguida de El Peso de la Noche, pensé que debe haber sido exactamente el mismo sentimiento de impotencia que sentía la gente antes de 1829, cuando se desató la guerra civil después de la anarquía de los años que siguieron al caótico gobierno de Ramón Freire 

Portales aborrecía los discursos pero en sus cartas exponía sus ideas políticas de manera simple y práctica, como cuando le escribió a Garfias "por lo que se puede asegurar con certidumbre que el secreto de gobernar bien está sólo en saber distinguir al bueno del malo, para premiar al uno y dar garrote otro". 

No es difícil de entender, lo difícil es hacerlo. Chile tuvo una suerte increíble con la aparición de Diego Portales en nuestra vida pública, Perú tuvo una historia paralela a la nuestra después de la independencia, pero no tuvieron alguien como Portales en su momento y sus primeros cincuenta años fueron todos gobiernos militares. San Martín, Riva Agüero, Bolívar, de la Riva, de la Mar, Gamarra y etc. etc.

Portales que vivió en Perú, adquirió una aversión muy fuerte contra el militarismo. No contra los militares sino contra el sistema de llegar al poder haciendo cuartelazos, era algo que aborrecía después de ver que la mayoría de los presidentes militares no tenían otra condición para gobernar que sus ambiciones, lo que provocaba una constante anarquía. El mariscal Castilla por ejemplo, aunque estabilizó al país, fue un pésimo administrador y derrochó gran parte de las riquezas del guano.

Exactamente lo mismo pasaba en Chile, después de abdicar O’Higgins en 1823. En medio de la anarquía, su sucesor natural Ramón Freire, no resultó capaz de conducir al país y empezamos a dar tumbos entre vacíos de poder y conspiraciones de ohigginistas, carreristas, pipiolos afrancesados y conservadores, que en su mayoría eran antiguos realistas.

Como Portales venía de vivir en un país con el mismo problema, cuando le tocó ser ministro, dedicó todo su esfuerzo a profesionalizar el Ejército mejorando la Escuela Militar y mientras eso tenía efecto creó al Guardia Nacional, una especie de fuerzas armadas paralelas que sirvieron para evitar los cuartelazos militares. Luego de su asesinato los cívicos junto con el Regimiento Valdivia aplastaron la insurrección de Vidaurre en el Combate del Cerro Barón.

Su asesinato, en lugar de debilitar el legado de Portales lo consolidó, Manuel Bulnes fue el último presidente militar, pero llegó al poder como civil por elecciones y lo siguieron otros seis presidentes civiles: el brillante Manuel Montt, Pérez, Errázuriz, Pinto, Santa María y Balmaceda. Todos siguieron el modelo portaliano, algunos de mejor y otros de peor manera.

La Guerra Civil de 1891 puso nuevamente a un militar, el almirante Jorge Montt en la presidencia, pero ya la herencia de Portales había prendido y los siete presidentes que siguieron también fueron civiles: Errazuriz,  Riesco, Montt (hijo), Barros Luco, Sanfuentes,  Alessandri y Figueroa, hasta que el cuartelazo del coronel Ibáñez trajo de vuelta a un militar en 1927.

Portales modeló toda la historia de Chile y nos evitó los malos ratos que pasaron en Perú, Bolivia y otros países con una sucesión de cuartelazos donde hubo una larga sucesión de presidentes incapaces y a veces no muy honestos.

Veía una clase de preparación para el ingreso a la universidad en el Perú, donde el profesor hablaba de la "prosperidad falaz" provocada por el auge del guano. Esa frase la acuñó el historiador tacneño Basadre para referirse al malgasto de los grandes ingresos del guano que tuvo el estado peruano, lo que terminó con el país en la bancarrota y endeudado hasta el cuello. 

Pese a que los gobiernos de Castilla y Echeñique dieron cierta estabilidad institucional fracasaron económicamente por su mentalidad rentista e incapacidad de administrar la plata que les llegaba a manos llenas. Establecieron contratos leoninos a favor del estado ¿de qué les sirvió? Mejor hubiesen dejado que los empresarios se quedaran con gran parte de las ganancias, el país hubiese prosperado de forma sostenida. Les faltó un Portales.

En Chile Portales dejó una herencia que dura hasta hoy. Hemos estado salpicados de gobiernos demagogos y miserables, pero el Peso de la Noche aparece una y otra vez. Durante dos siglos los pandilleros y afrancesados no han conseguido matarlo. Hoy sigue allí, medio dormido, pero va a  despertar en cualquier minuto, cuidado.

Falta Portales, irónicamente el último gobierno portaliano que tuvimos fueron los 17 años del general Pinochet, un militar. Ahora estamos en plena descomposición, con un vacío de poder donde payasos y sinvergüenzas viven "el festín de los audaces" la gente consciente solo espera un nuevo gobierno portaliano. Todavía hay palurdos seducidos por los pandilleros, pero ya volverán a su estado natural, aplastados por el Peso de la Noche.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

.