Por Raúl Pizarro Rivera


Todo apunta a que en lo político, Chile parece estar habituándose a establecer incomparables e inigualables records mundiales. En la segunda mitad del siglo XX (1970) fue el primer país en el mundo en dotarse de un Gobierno marxista mediante elección popular y fue también sin precedentes el hecho que, a través de los votos, se haya puesto fin a un régimen militar (1987). Ya en el presente milenio, Chile fue pionero en elegir por sufragio popular una Asamblea Constituyente de izquierda radical e inéditamente refundacional (2021), la que por intentar imponer un sistema totalitario fue borrada del mapa igualmente vía urnas (2022).

No obstante, al país le faltaba otro record, y éste fue batido el lunes 15 de abril: en cuestión de minutos, en un hecho sin precedentes, la mesa de la Cámara de Diputados quedó en manos del Partido Comunista. En esta elección no hubo participación ciudadana. De los 14 partidos registrados en el SERVEL, el comunista es el peor evaluado por la población.

No resultaba fácil imaginar que llegaría el día en que uno de los símbolos de la democracia, como es una corporación legislativa, y encargada de fiscalizar e investigar, quedase entregada a una ideología que la desprecia, la socava y la ensangrenta. Personalmente el Presidente Gabriel Boric, pisoteó la legalidad y la constitucionalidad de la independencia de los Poderes del Estado, para evitar una nueva derrota: Ordenó a su ministro SEGPRES que comprase el voto de un diputado de gran desprestigio pero reversible, ofrecerle la primera vicepresidencia. Su nombre: Gaspar Rivas Sánchez.

La flamante presidenta comunista de la Cámara, Karol Cariola, amagada de inmediato por una censura por el intervencionismo del Ejecutivo, reveló su desconocimiento de la administración de la Corporación, al preguntar “¿por qué no piden la salida de uno no más, sino de toda la mesa?”... Para este tipo de moción, el artículo 27 del Reglamento sólo se refiere al conjunto.

A las 48 horas de haber sido electo vicepresidente, Gaspar Rivas fue expulsado de su partido -el PDG- porque la colectividad votó por la candidatura de una mesa opositora. Consumado su triunfo en la Cámara, el PC salió de la medialuz del poder para jactarse de su poder de influencia en La Moneda. A las horas de la designación de Cariola, Nicolás Maduro salió de su largo silencio para “ofrecerle diálogo” a Boric y “ayudarlo” en la búsqueda” de los asesinos de su compatriota

Ronald Ojeda, y hasta designó a la contraparte de Manuel Monsalves en el enigmático y misterioso convenio de cooperación policial entre ambos países. En tanto, Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa viajaron a Cuba para dejar en claro que el socialismo internacional si bien tiene segregado a Boric, sigue considerando al más alto nivel al PC chileno.

Miembro de su Comité Central, Daniel Jadue era esperado en Caracas “para dialogar” -cosa que la dictadura no lo ha hecho con nadie del Gobierno-, pero al abordar el avión fue impedido de ello porque en mayo será formalizado por lavado de dinero.

El único testigo de la operación chavista para asesinar en Santiago a un opositor a Maduro, un menor de edad -lo que, sin documentación, es imposible de comprobar- reveló que durante las torturas y tras el ahorcamiento de Ojeda, sus captores lo fotografiaron. Consumado el asesinato, enviaron un set de imágenes a sus mandantes, luego las borraron y partieron raudos hacia Colchane, donde se captó la última señal de ellos antes de salir del país.

Boric, Tohá y Monsalves ‘venden la pomada’ de que Maduro “está haciendo los esfuerzos para encontrar y extraditar a Chile a los autores”.

La nueva presidenta de la Cámara, Karol Cariola, de profesión matrona, es hija del movimiento callejero del 2011, cuando el estudiantado extremista le hizo la vida imposible al entonces Presidente de la República. Al igual que ella, dicha montonera la integraron muchos otros animadores del extremismo hoy reinante, como Gabriel Boric, Camila Vallejo, Vlado Mirosevic, Giorgio Jackson, Irací Hassler, Jorge Sharp, Miguel Crispi y gran parte de los ministros de Estado (¡¡¡!!!), como son, en la actualidad, Antonia Orellana y Javiera Toro.

Cariola fue designada por el PC jefe de campaña del candidato presidencial del 2017 Alejandro Guillier, impuesto por dicho partido al resto de la Nueva Mayoría, dejándola sin primarias.

Ante el hecho de que gobiernistas ni opositores tienen la mayoría suficiente para quedarse con la testera de la Cámara, un solo voto podía y puede inclinar la balanza. El PDG –Partido de la Gente- formalmente se comprometió con la lista opositora, confiado en que sus dos únicos diputados estaban alineados. Pero a última hora, uno de ellos se dio vuelta la chaqueta, atraído por la figuración personal que le iba a significar la primera vicepresidencia: Gaspar Alberto Rivas Sánchez.

Tras ganar la lista gobiernista gracias a su voto, este diputado, con una trayectoria más cerca de la paja que del trigo, reveló que “cuando el ministro SEGPRES me ofreció el cargo pensé que sería bueno para mí y para el partido”. A las 48 horas de ocurrido ello, el Tribunal Supremo del PDG lo expulsó por violar tres artículos de los estatutos, y posibilitó, además, que en el plazo de una semana, la mesa fuera censurada por “intervención indebida del Ejecutivo en temas exclusivos del Legislativo”.

La censura a la mesa se votó el lunes 22 y, pese a ser de mayoría simple, la oposición no logró aprobarla, ello por su autoflagrante afición de no apuntar exclusivamente al enemigo, sino apuntarse a sí misma, hasta por pequeñeces, dudas y vacilaciones que las antepone al interés superior de Chile.

Por lo ocurrido, adquiere relevancia el concepto de gente. Una de las tantas acepciones del idioma español, y el más común, hace referencia a un ”grupo de personas”, pero dicho vocablo se utiliza, también, como adjetivo o sustantivo, con el sentido de “persona decente, amable, servicial y distinguida”.

Gentuza, en cambio, significa lo contrario: “gente despreciable”. Desde que el 2005 iniciase su carrera política por Renovación Nacional y se pasara luego -2016- al Partido de la la Gente, este abogado oriundo de Los Andes y representante de un distrito de la Región de Valparaíso, ha protagonizado múltiples episodios reñidos con su cargo e incluso fue desaforado por la Corte de Apelaciones de Santiago: un fallo lo condenó a 180 días de presidio por haberse referido en la sala de la Cámara al empresario Andrónico Luksic como “un hijo de puta”.

Entre sus varios episodios de descontrol e indisciplina, figuran el zamarreo y golpes a su propia jefa de gabinete, Marisol Henríquez; la agresión verbal a su colega y entonces compañero de bancada Roberto Arroyo; su abandono de la sede del Congreso y negativa a emitir su voto para no hacerlo en favor de un candidato de la oposición; su gritó de “conch...” a dos de sus pares de la Comisión del Adulto Mayor, y la diputada Yovana Ahumada lo denunció por haberla insultado y amenazado físicamente. Rivas utiliza su canal YouTube “Bads Boys” para maltratar a los parlamentarios.

Resulta indecente e inaceptable comprobar los perfiles de quienes el Gobierno, y expresamente el Presidente Boric, eligen para ser sus aliados y construir ‘triunfos’ probadamente turbios, como el obtenido con la presidencia y nueva mesa de la Cámara Baja. Chile está donde está, en medio del estiércol, precisamente por sus conductas inmorales e insultantes hacia la ciudadanía, como esta deleznable maniobra del Gobierno, y protagonizada por sus ministros y diputados.

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