Raul Pizarro
VOXPRESS.CL. –
Si se parte de un dato estadístico oficial del Estado de Chile en cuanto a que sólo un 2% de la población entiende lo que lee, resulta absolutamente inverosímil e inaceptable el argumento de que la gente votó en contra del proyecto constitucional “porque no le gustó”.
Al margen de quienes lo redactaron y de la Comisión de Expertos que hizo un borrador, sólo un puñado de abogados constitucionalistas, algunos Centros de Estudio y agrupaciones dogmáticas con influencia cuáquera, el resto de la población se limitó a enfocar su voto en un juicio político al Gobierno, basándose en la crudísima y trágica realidad actual, descansada ésta en los vacíos, ausencias, flexibilidades y permeabilidades de la Constitución vigente, la que es violada -casi cotidianamente- por la mismísima autoridad.
El texto actual mandata a quien dirige al país a “mantener el orden público” y “garantizar el libre desplazamiento de las personas”, pero el presidente rehúsa hacerlo porque el uso de la fuerza contra el hampa desatada viola los derechos humanos no de las víctimas, sino de los victimarios.
El proyecto en votación establecía la imposibilidad de ejercicio a los partidos que, oficial y formalmente, se opusiesen a NO fomentar la violencia y, al mismo tiempo, garantizaba la defensa judicial gratuita para las víctimas de la criminalidad, cosa que hoy es exclusivo privilegio de bandoleros y malhechores. No deja de ser revelador que en las comunas más peligrosas y con mayor índice de criminalidad del Gran Santiago haya habido un brusco cambio respecto al Rechazo del 4 de septiembre de 2022.
En forma relampagueante han incidido en ellas las cifras del crimen organizado, con una veloz incorporación a los cuadros de maleantes de jóvenes que, en un número de 1.2 millones, han abandonado sus estudios en estos dos años para ser bien rentados ‘soldados’ de las bandas. Era de lógica simple aguardar que los delincuentes, casi en su totalidad con derecho a voto, porque “por instrucciones superiores” nadie los enfrenta ni los extermina, iban a ejercerlo.
El ridículo internacional, algo inédito, de que el extremismo y la izquierda privilegiasen un respaldo a la Constitución “de la dictadura”, la misma que quemaron, pisotearon y escupieron, no pareció importarle a cambio de mantener la sociedad con los aniquiladores de la convivencia social, paso clave para la indispensable destrucción estructural que requiere un sistema totalitario para instalarse y/o mantenerse en el poder. Tal como todos sabían, a las pocas horas de la elección, el PC anunció que en un plazo de dos años iniciará el ciclo constitucional estatista/totalitario, invocando la promesa de su exlíder Guillermo Teillier de que, al proyecto de la Convención, aún escrito y bien guardado, “no se le cambia una sola coma”.
El sentimiento generalizado de temor e inseguridad de la población, avalado por dos encuestas genuinamente nacionales, era el principal enemigo de La Moneda y del crimen organizado. Por ello, Hacienda invirtió un 40% menos en publicidad para el plebiscito respecto a igual situación el 2022. En el marco de la franja televisiva de propaganda financiada por el Fisco, ningún ente fiscalizador se ocupó de sancionar la promocionada falacia de que “Chile votará en contra otra vez”, todo un mensaje tramposo destinado a los desinformados y pánfilos que el 2022 optaron por el Rechazo para que, así, lo hicieran de nuevo.
Las aprensiones gubernamentales en torno al desenlace de la elección, indujo a La Moneda a introducir en su campaña a la mejor carta de la izquierda en las evaluaciones públicas, pensando, ya, en marzo de 2026: Michelle Bachelet. Si en la sociedad local hay alguien con una súper cuota de descrédito es, precisamente, ella. Fue quien puso como condición para aceptar la candidatura presidencial del 2014 que se incorporase a su plataforma electoral a “mis chiquill@s” que, por ese entonces, estaban en rebeldía, incluso, hasta con el PC. Más tarde, pero muy temprano, formarían el Frente Amplio, un antro de subversivos aventureros, ineptitos, amorales y delincuentes.
Ella, desde siempre, ha debido cargar con el descrédito de no haberse titulado jamás de médico cirujano, tal como se lo confesó a la televisión alemana; es portadora del desprestigio de haberse informado “por la prensa” del escándalo especulativo inmobiliario de su ex nuera; ha sido la única en inaugurar un hospital (Pelarco) que nunca existió: lo hizo con enfermos prestados y falsos y el edificio se derrumbó el 27/F; lleva un manchón imborrable a su imagen internacional por la solicitud hecha por 14 países al Secretario General de la ONU, en cuanto a que no se le ocurriese ofrecerle a ella un segundo período como Alta Comisionada para los DD.HH., y todavía no da explicaciones del porqué su Fundación Horizonte Ciudadano, ente político que funciona en Las Condes, recibió $379 millones de la Gobernación del Bío Bío (?) para financiar a sus ‘amiguis’ que ella mantiene.
La vocera de La Moneda, la comunista Camilla Vallejo, que tras la muerte de Guillermo Teillier heredó el deshonor de ser el político peor evaluado por la ciudadanía, se prestó para aparecer como víctima de un supuesto atentado en plaza Los Héroes de Rancagua. No existiendo en el lugar cafetería alguna, una supuesta “opositora” le lanzó restos de un vaso de café: la autora, muy sonriente, fue ‘escoltada’ por Carabineros y todo se olvidó en cosa de minutos por no existir denuncias de ningún tipo, ni siquiera del PC…
Fueron el PC y el Frente Amplio, quienes, antes de la elección, bloquearon en dos oportunidades que el Congreso conociese el informe final sobre la investigación parlamentaria acerca de los desfalcos de las Fundaciones brujas vinculadas a La Moneda. Sin embargo, no pudieron impedir lo que ambos partidos, La Moneda y la izquierda en general trataron de ocultar desde junio: la materialización del ‘caiga quien caiga’ por los robos de fondos fiscales. Finalmente, no pudieron evitarlo por la detención y prisión para un SEREMI y el director de la tristemente célebre Democracia Viva, en Antofagasta. Para mal de males del Gobierno, simultáneamente en Copiapó fue arrestado y encarcelado por secuestro uno de los 13 hampones indultados hace un año por el presidente.
Varias veces, la oposición recurrió, pero infructuosamente, al Tribunal Constitucional (TC), un Poder del Estado en las sombras y presidido por una amiga del Mandatario, Nancy Yáñez, en busca de respeto a la institucionalidad. Pero, nada, y, por el contrario, a éste, La Moneda, en gratitud por su pasividad y laxitud, lo premió con un reajuste del sueldo de sus consejeros de $9 a $13 millones mensuales: el Congreso lo rechazó “por inmoral”. Gracias al Ministerio Público, a la labor neutral e incorruptible de las Fiscalías de Antofagasta y de Atacama y a un sinceramiento judicial de Tatiana Rojas, ex subsecretaria de Vivienda estalló en la cara del presidente la inmensidad de la corrupción gubernamental.
Para ir al empate, el SII presentó a 50 procesados por un millonario fraude entre 2015 y 2022, pero revelado recién cuatro días antes de la elección. “Perseguiremos a los delincuentes de cuello y corbata” sentenció el presidente, en una mal intencionada alusión al mundo empresarial: todos los involucrados en el desfalco fiscal nada tienen que ver con dicho gremio, sino están vinculados al narcotráfico, al negocio de las criptomonedas y a las “importaciones” de teléfonos celulares y de armas, casi todas organizaciones familiares, o sea, mafias criminales.
Las revelaciones de la desafectada subsecretaria dejaron al desnudo las mentiras y los falsos desmentidos del ministro Carlos Montes y del “amigo personal” Miguel Crispi, en cuanto a sus responsabilidades directas en los robos al Fisco. El jefe de asesores tiene a seis parientes directos en muy bien remunerados puestos de Gobierno.
Fue tan impactante el shock ocasionado en La Moneda por estos reventones de la verdad pura, que hasta la ministra del Interior cayó públicamente en el insulto. Boric, por su parte, se marchó a esconderse a Punta Arenas, hasta donde, antes, volaba sólo por el día para votar.
¡La tormenta perfecta se había dejado caer, y en el peor momento!: en plena víspera de una elección. Incluso, horas antes de las votaciones, el PS se allanó a visar la salida de Montes a cambio, eso sí, de “una mejor gestión del Gobierno” y de una merecida recompensa ministerial. Ello iba a ser, a más tardar el martes 19…
A esas alturas, hasta una no imposible puerta de salida parecía abierta para el presidente, cuya víspera electoral se le transformó en una perfecta mixtura de dudas, angustia y silencio. Ni él se imaginaba, en ese entonces, la gran solidaridad que le iba a dispensar, horas más tarde, la delincuencia, su propia delincuencia, patrocinada y defendida por él, que en masa concurrió a votar para evitar que entrase en vigencia una Constitución que la iba a combatir y, lo clave, la iría a exterminar.
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