25 de febrero de 2021 

 

 

 

 

 

Por Pablo Errázuriz Montes


Así como Colo Colo era, según sus parciales el “eterno campeón” -ya no lo es-, Joaquín Lavín podríamos llamarlo el “eterno candidato”. En columna reciente facilitada por El Mercurio a su campaña presidencial, él expresa falsedades y errores, que es menester analizarlos para darse cuenta por qué no debemos votar por él en la próxima contienda presidencial. Primero dice hablar, no como candidato, sino como ciudadano. Aquello obviamente es falso. Siendo él candidato, no puede hablar de otra forma que como tal. En seguida dice que el presidente Piñera se queda corto en su brillante idea de terminar con la violencia en la Araucanía a través de un acuerdo transversal. Él va más allá; propone aparte de una lista de pequeñas ideas, un nuevo trato. El nuevo trato sería la fórmula de pacificación de la Araucanía. Él obsequia esta lúcida idea al gobierno actual, por cuanto sostiene que nadie que sea el futuro presidente, debe heredar los problemas de la Araucanía. Pretende así demostrar a su electorado que no solamente es lúcido sino también generoso.

No tenemos que ser pitonisos para darnos cuenta qué a través de este Nuevo Trato, Lavín solucionaría el problema al estilo del ex presidente de Colombia Ernesto Samper. Este, mediante el diálogo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional pretendió solucionar el terrorismo en Colombia cediéndole espacios a la guerrilla y potenciando su accionar; accionar que concluyó cuando el presidente Uribe resolvió el problema de la única manera posible: derrotándolos militarmente.

En el tema de la Araucanía opera lo que los teóricos de la ciencia política denominan la Ventana de Overtone. Los terroristas pretenden la independencia del territorio que ellos denominan el Wallmapu, y la usurpación de todas las tierras de ese territorio a sus legítimos dueños. Pretensión obviamente inaceptable. Lo legal, legítimo, aceptable por la casi totalidad de los chilenos, es que nuestra nación mantenga su integridad territorial, se respete el derecho y dentro de ello el derecho de propiedad. Entonces Lavín les ofrece este nuevo trato. ¿En qué consiste este? Dependerá de cuan eficientes sean los terroristas en quemar campos, casas, camiones y amedrentar propietarios pacíficos. Porque tal como nos enseña Joseph Overtone, lo aceptable puede transformarse en lo inaceptable, a través de fases sucesivas de ablandamiento  de la opinión pública. Como en todas las relaciones humanas, lo aceptable depende de donde el contendor ponga los límites. Así, el negocio del terrorismo será si Lavín llega a ser presidente, derrochar capacidad de quemar, matar y destruir para aproximarse lo más posible a esta Arcadia del wallmapu.

Señores electores a la elección presidencial les notifico que, Lavín con su idea, es más peligroso que el actual terrorismo de la Araucanía. Su idea desencadenará más violencia orientada a mover la frontera de lo aceptable.

Los sapientes me dirán mirando hacia arriba con los ojos en blanco; es que la solución militar es impensable en los tiempos que corren de fiscalización internacional de los derechos humanos. Por eso hay que buscar soluciones alternativas al estilo Chamberlain en el pacto de Munich.

La legitimidad del Estado de Derecho se encuentra fracturada precisamente por ofertas como las de Lavín. Los automovilistas se estacionan donde está prohibido, te gusta un terreno frente al mar te lo apropias, los jueces no aplican la ley sino su justicia subjetiva, el terrorismo campea en el sur, etc. etc. Para ganar votos entonces habrá que proponer nuevos tratos en cada una de las áreas donde el derecho no tiene imperio. ¿Qué límites tendrá ese nuevo trato? Dependerá de la potencia transgresora.

De modo que apúrense señores terroristas a radicalizar sus exigencias porque de eso dependerá el nuevo trato que les ofrezca Lavín.

Fuente: http://pabloerrazurizmontes.blogspot.com/2021/02/la-ventana-de-overton-y-el-nuevo-trato.html

.