28 mayo, 2024 

 

 

 

 

 

por Magdalena Merbilháa


Los ojos de los que creen en la libertad están puestos en Argentina, ya que si Milei lo hace bien, el eje se traslada del asistencialismo al esfuerzo y la meritocracia.


Las últimas apariciones de Javier Milei han dado que hablar. Su discurso en España causó ronchas. El lanzamiento de su libro y concierto en el Luna Park un hit que intentó ser opacado con acusaciones de plagio, pero Milei no sólo habló, sino que cantó. La portada en la revista Time dejó a muchos sectores literalmente danto “vueltas en círculos”.

El León Ruge y molesta. En estos días no dijo nada nuevo, nada que no haya dicho antes. Dijo lo mismo de siempre, sólo que ahora es Presidente de Argentina y un real rock star ovacionado e inspirador. No sólo es el protagonista de la revolución que los “progresistas” no vieron venir, sino que ha tomado las medidas correctas y duras y, a pesar de eso, sigue teniendo apoyo popular.

Siempre habló de lo perverso del socialismo como ideología empobrecedora y ciertamente los aciertos económicos le son algo desconocido, la receta es mala. Siempre donde se ha implementado fracasa y otros sueñan con hacerlo bien. No es la implementación, es la receta. El Muro de Berlín se cayó porque quebró y dejó en evidencia que, en un mismo país con dos sistemas, uno multiplicó los panes y el otro los redujo. Ahora Milei hizo hincapié en el mal que han hecho las ideas socialistas en la cultura y se refirió a ellas como un atentado, una degradación y un cáncer contra la cultura cristiano occidental.

La visión colectivista por excelencia va contra el concepto de persona humana única e irrepetible, libre de actuar y emprender. Es la libertad desde la individualidad la que permite generar, multiplicar los panes, por lo que el producto de su trabajo expresado en la propiedad debe ser respetado y resguardado. Desde una perspectiva liberal democrática esa es la razón de ser del Estado, salvaguardar la libertad, la vida y la propiedad de las personas. Para eso se le entrega el monopolio de la fuerza. Es contra natura, contrario a la naturaleza humana, pretender atrofiar a las personas en sus capacidades acompañándolas desde la cuna a la tumba. Esa idea del Estado de Bienestar es un nuevo modo de hacer dependientes a las personas, controlarlas, dominarlas, hacerlas comer de tu mano, es un tipo de esclavitud, un “camino a la servidumbre”.

La molestia del mundo progresista se vio en las reacciones de Pedro Sánchez quien literalmente no pudo contenerse. Milei en España criticó a Sánchez como persona, fue una ofensa personal, no nacional. Se refirió a él como esa “calaña de gente atornillada al poder”. Esto no es algo lejano a la realidad, ya que Sánchez, para lograr este último gobierno, no siendo mayoría, estuvo dispuesto a negociar con los independentistas y poner en riesgo España para él y el PSOE no perder el poder. Además se refirió a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, como corrupta, algo que pareciera ser bastante evidente a menos que logren demostrar lo contrario, lo que es complejo.

Sánchez, ofendido en lo personal, exigió disculpas y Milei  quien no se las dio, ya que eso implicaba mentir. Frente a esto, Sánchez, de modo impulsivo e irracional, hizo retirar de forma definitiva la embajada de España en Buenos Aires. Esto le ha costado las críticas de todos los sectores políticos. Frente al congreso esta semana, Sánchez explicó los negocios de su mujer y enfrentó las críticas de Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular quien le hizo ver a Sánchez que el haber retirado la embajada en Buenos Aires “perjudica a los españoles que viven allí, a las empresas y a la imagen país” y exigió la salida del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares “por haber puesto los intereses de España al servicio de los intereses del PSOE”. Además  le enrostró el doble estándar recordándole que él mismo trató de “nazi” a Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo y de corrupta a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid. Del mismo modo, le recomendó ubicar a su ministro de Transportes, Óscar Puente, quien sugirió que Javier Milei era un drogadicto y  su ministra de Ciencia, Diana Morant, se refirió a Milei como “negacionista” que “atenta contra la democracia”. Todo esto viendo a todas luces reacciones diplomáticas diversas de acuerdo a si comulgan o no con las ideas de Sánchez. No es España primero, sino la causa.

Por su parte, Santiago Abascal, líder de VOX y quien invitó a Milei, acusó a Sánchez de “hacerse la víctima” y de ser un títere del Grupo de Puebla y del kirchnerismo. Hasta la líder de Podemos, Ione Belarra, criticó a Sánchez por romper relaciones diplomáticas con Argentina por insultos y no con Israel por lo que ocurre en Gaza, idea apoyada por Irene Montero y por el líder del partido independentista catalán, Gabriel Rufián.

Lo cierto es que el León los tiene “dando vueltas en círculos”. Ya pasaron los meses que le auguraban en el poder y aún no huye en helicóptero. El mundo ve con buenos ojos las medidas que ha tomado, incluso logró más crédito para su país. La portada de Time es sin duda “la guinda de la torta” a lo que se suma una popularidad que sólo crece y que los piquetes no han podido frenar. 

Los ojos de los que creen en la libertad están puestos en Argentina, ya que si Milei lo hace bien, el eje se traslada del asistencialismo al esfuerzo y la meritocracia. Pareciera ser que de su éxito depende el péndulo político mundial, la izquierda lo sabe, pasarían al “lado oscuro de la luna”. La batalla cultural es la madre de todas las batallas y Milei es un gran referente revolucionario y contracorriente que “la está rompiendo”. El León ruge y molesta.

Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/milei-el-leon-ruge-y-molesta/

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