30 abril, 2024 

 

 

 

 

 

por Magdalena Merbilháa


Hoy el gobierno y sus representantes dicen llorar. Sí, lloran porque se les cayó el discurso. Perdieron la supuesta superioridad moral y dejaron en evidencia cómo construyeron un relato que permitió permear las instituciones.


Chile está de luto, sí el pueblo todo, llora. Lo cierto es que toda persona de bien, no puede sino sentir y condenar los hechos ocurridos en el sur. Tres carabineros fueron acribillados por grupos terroristas. Las palabras duelen, no es “violencia rural”, es terrorismo. No sólo fueron muertos, sino que quemados. Hay crimen de asesinato y agravantes inhumanas. Todo, justo cuando se declara culpable a Llaitul, pareciera ser que nada es casual. Chile llora y condena. Ese verdadero Chile que tanto calló, por miedo.

Estos hechos son la “cosecha de lo mucho sembrado” contra la institución de carabineros y las Fuerzas Armadas como un todo. No podemos olvidar que hace un año atrás, hubo una situación similar en la que carabineros podrían haber sido acribillados, como ahora, pero fueron salvados por infantes de marina quienes abrieron fuego contra los atacantes. Estos miembros de la Armada, hoy están siendo procesados y arriesgan duras penas de cárcel. En el marco del llamado “estallido social” se intentó establecer que el derecho a manifestación permitía todo, lo que no es real. En ese contexto, los organismos de derechos humanos, altamente instrumentalizados por la izquierda para torcer la realidad, bajo la tesis que sólo el Estado puede violar los derechos humanos ya que posee el monopolio de la fuerza, apuntaban siempre contra la institucionalidad para proteger a delincuentes que suelen estar igualmente y a veces más armados que la institucionalidad misma. No hay monopolio de la fuerza con terrorismo, narco terrorismo y revolucionarios golpistas.  

Hoy el gobierno y sus representantes dicen llorar. Sí, lloran porque se les cayó el discurso. Perdieron la supuesta superioridad moral y dejaron en evidencia cómo construyeron un relato que permitió permear las instituciones, debilitar la defensa y que grupos terroristas y delincuenciales se tomasen el país.

Chile cambió y para mal. La acción y la omisión de muchos permitió que la “cueca en pelota” se instalara. Los que hoy son gobierno, votaron siempre contra toda ley que pudiese ayudar a controlar la delincuencia. Siendo gobierno, y con la mancha de sangre de otros carabineros, pasaron la ley Nain Retamal, ya que no les quedó otra. Pero hoy, queriendo borrar con el codo lo escrito con la mano, ya que no es su naturaleza, no aprueban las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF) y quieren sacar al General Director de Carabineros por la formalización de omisión de sobre 1000 casos en el marco del “estallido, no social; sino delincuencial”. Ciertamente con las lágrimas del real pueblo de Chile, no de ese concepto “pueblo” manoseado, en el que sólo lo eres si piensas como ellos, la situación exige un “basta ya” definitivo. Las palabras de sentimiento, siempre dichas por las autoridades y que siempre vuelan con el viento, ya no son suficientes. Se requiere acciones. Aprobar las RUF ya, devolver los casos castrenses a tribunales propios y sacarlos de los tribunales civiles, tantas veces ideologizados y pasar una ley de amnistía que permita avanzar como país. De otro modo jamás se hará lo que se debe hacer para controlar el crimen organizado en Chile.

Quienes son gobierno son responsables del ataque sistemático a carabineros. No sólo sus declaraciones por Twitter los condenan. Son escandalosas, inmorales y altamente injustas. No hay autoridad que no tenga “prontuario tuitero” contra la institución de carabineros. Los dichos son “altamente violentos”, como siempre acusan ellos a otros. Incitaron e incitan a la violencia, sin duda. Esto sumado a los rayados contra la “yuta asesina”, “los pacos asesinos”, la idea de ACAB (All Cabs Are Bastard), copiada de los anarco comunistas americanos; todo esto coronado con la adoración del “becerro de oro”, “el perro mata pacos”. Algunos dirán que eso era “un juego”, con la violencia y la promoción de la misma, no se juega, menos en democracia. No sólo lo veneraron, lo pusieron en vez de Baquedano en la Plaza que, pretendió desde la violencia, ser rebautizada como “dignidad”. Autoridades vistieron poleras con el ídolo perruno, símbolo del octubrismo. Por supuesto, los comunistas, hoy autoridades, Jeannette Jara, Karol Cariola y tantos más vistieron con orgullo el símbolo de la “guerra contra carabineros”. Insistieron que los derechos humanos eran sólo de ellos y azuzaron, hoy cosechan.

Chile ama a sus carabineros, los respeta y los celebra. Por lo mismo, con la sangre de los mártires y teniendo claro que no hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos en el 2019, y viendo cómo la violencia, el crimen y el terrorismo se ha tomado el país, alentado por los que son gobierno, se necesita una señal de coherencia. No más disonancia cognitiva, decir algo y hacer lo contrario. Reconozcan la responsabilidad en lo acontecido y pasen una ley de amnistía para que Chile pueda sanar y avanzar. No pueden condenar lo sucedido con “lágrimas de cocodrilo” y celebrar que los infantes de marina sean condenados, por evitar un caso similar.  ¡Chile está de luto, coherencia y respeto por favor!

Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/chile-esta-de-luto-coherencia-y-respeto-por-favor/

.