Freddy Blanc Sperberg
Consejero Nacional PRCh
No hay día en que no aparezca una noticia que deja a los ciudadanos estupefactos, por decir lo menos.
En toda esa vorágine noticiosa, cuál de todas más preocupante, se suman las opiniones de cientos de “expertos” que, junto con elucubrar sobre diversas materias, aprovechan de mostrar su verdadera cara de operadores políticos. Es cierto que algunos de esos opinólogos reúnen las condiciones y se destacan desde gran distancia, pero los presentadores de televisión, casi en su totalidad, son parte del problema.
Cuando la Ministra Vallejo, reina y guaripola de los fake news, instala su famoso equipo contra la desinformación, se hace parte de lo que dice que trata de controlar. Ella, que ha participado en innumerables intervenciones y con una grandilocuencia digna del mejor jerarca comunista, que expuso muy afectada, por ejemplo, el falso ataque a un delincuente por parte de las fuerzas de Orden, armando todo un montaje con un gran respaldo periodístico y dejando un eco que aún resuena en esa Moneda de Sebastián Piñera, de Chadwick, de Ubilla, de Blumel, de Cecilia Pérez, de Pla, de Larraín, de Delgado y de Espina, entre otros, todos socios por acción y por omisión en el estallido delictual octubrista, pretende hacernos creer que lidera las fuerzas del bien. Ahora el Senado reacciona y pretende recurrir al Tribunal Constitucional con el tema, un Tribunal Constitucional con una metástasis casi terminal, infectado de ideología.
A esa predisposición rabiosa al engaño a su pueblo se suman las actitudes muy poco “decorosas”, por decir lo menos, del Presidente Boric quien, entusiasmado y encandilado por las luces de la farándula onuísta europea, evidencia una muy corta rienda cerebral para controlar su larga lengua. Por ese descontrol comunicacional ha caído en críticas abiertas incluso de sus amados líderes, López de México, Petro de Colombia, Boluarte desde Perú, Fernández desde Argentina y ahora Lula desde el gran Brasil, nuestro alguna vez aliado estratégico. Ese afán de acumular desaciertos nos arrastra a todos los chilenos y nos llevan a un descrédito internacional que sólo tiene un precio para ser recuperado, limpiar la casa.
El llamado a una “declaración transversal” desde todos los partidos políticos, que hizo respecto de hechos ocurridos hace 50 años son impresionantes. Es como pedirle a la barra del Colo Colo que se sume a una declaración en favor de la U. Es dable pensar que está hablando locuras, pero lejos de eso, la verdad es que está todo programado. Es la forma en que los comunistas presionan a la oposición. Internacionalmente suena como un bonito llamado a la unión de los ciudadanos, en circunstancias de que el objetivo es exactamente lo contrario, es decir, lo que pretende es generar reacciones desde la oposición que le permitan validar su tesis de que son extremos y que están conspirando contra un gobierno “progresista” que se preocupa por la gente. Decía el fallecido Presidente Aylwin a la prensa española que “La acción de las Fuerzas Armadas simplemente se anticipó a ese riesgo de salvar el país de caer en una guerra civil o en una tiranía Comunista”. Pretender poner sólo una visión de un tema es de una desfachatez casi enfermiza y nunca permitiremos que eso ocurra.
Y en cuanto a ser “progresistas”, aclaremos el punto. En el programa Mesa Central la periodista le representaba al invitado del Partido Republicano, haciendo referencia a la enmienda respecto del aborto libre que pretende la izquierda y apoyada por varios progres de ChileVamos, como una propuesta que va contra el “avance” en la materia. Creo, estimados amigos, que hablar de “avance” es una aberración propia de gente que no está clara ni en el tiempo ni en el espacio, sí en su propia ideología. Definitivamente dejaron de pertenecer a un grupo social y sólo pertenecen a sí mismos y nos quieren arrastrar a su propia visión de sociedad. Considerando que los tiempos y las formas de controlar los embarazos están muy avanzados y disponibles para todas las mujeres y parejas que lo requieran, imponer el aborto libre es retroceder a los tiempos de los bárbaros. En otros tiempos hubiera sido, pero hoy no hay ninguna excusa para llegar al nivel de pretender terminar con un embarazo en un estado de desarrollo más allá del actualmente contemplado en la ley, peor aún, lo es llamar a eso un “avance”.
Por otro lado, en el cada vez más abundante, jugoso, escabroso e interminable caso de las fundaciones truchas, resulta que quien la lleva hoy en el periodismo investigativo objetivo, no sesgado ni sometido, nos cuenta que quien está encargado de investigar los casos es un personaje abiertamente de izquierda, declarado enemigo de Carabineros, casado con una militante de adivine qué Partido, si, Revolución Democrática y padre de una funcionaria del Ministerio de Cultura, el fiscal Xavier Armendáriz. Es decir, todo en familia, ladrones, fiscales, jueces, todos relacionados, hacia arriba, hacia abajo o hacia el lado, el punto es que la izquierda radical logró lo que querían, el copamiento de todos los puestos públicos con una visión e intención de poder, no de servicio público. Pregunta, ¿qué podremos esperar los ciudadanos de a pie de un proceso donde los involucrados se investigarán y juzgarán a sí mismos?
Cuando ya había ocurrido el robo de equipos relacionados con los involucrados en el caso fundaciones desde oficinas públicas, nos enteramos que ocurrió nuevamente. Esta vez en el Ministerio de Desarrollo Social, sí, el Ministerio de Giorgio Jackson, el Ministro peor evaluado pero amado por nuestro Presidente. Robaron nada menos que 23 computadores y la caja de seguridad, sin romper ni una humilde cadena de bicicleta. Según los antecedentes, el guardia de seguridad facilitó la acción abriendo las puertas y permitiendo el acceso de los avispados, aduciendo que el mismo Ministro lo había llamado para darle instrucciones. Resulta curioso que delincuentes se presenten a robar computadores que, por sus características de uso y probable antigüedad, perpetren un delito como ese con todos los riesgos que conlleva. Debemos recordar que desde establecimientos comerciales del rubro se llevan fácilmente muchos más equipos, nuevos y de fácil reducción. En esa historia, lo único que tendría algo de credibilidad es la declaración del guardia que manifiesta que recibió la llamada directamente del Ministro. La verdad es que huele a gato encerrado, y muerto hace bastante tiempo.
En otro tema, los integrantes de izquierda del Consejo Constituyente se encuentran estupefactos ante lo obvio, las enmiendas presentadas por los Republicanos. Ante la falta de argumentos, se dedican a llorar acongojados acusando que pretenden pasarlos por bajo la aplanadora. Olvidan los radicales de izquierda que no son los Republicanos los que se manifiestan, sino los 8 millones de chilenos que ya rechazaron su basura ideológica y hoy, a través de decisión ciudadana, ellos son sólo sus portavoces. Olvidan también que ese trabajo no impone nada nuevo, sólo rescata cosas de sentido común, tan escasas hoy en nuestra sociedad porque fueron erradicadas por profesores de izquierda enquistados en nuestros colegios y universidades. Pero la ciudadanía ya se percató de lo tóxico y peligroso para nuestra gente y decidió que fueran ellos, los Consejeros Republicanos, quienes pongan la luz al final del túnel. Tergiversar esa verdad se condice muy bien con lo que hace la izquierda, enarbolar banderas que no les pertenecen ni les interesan y llorar cuando su fracaso es evidente. Quizás la ONU les preste atención, dado que su servilismo les hace socios en la mayor estafa de credibilidad en la historia del ser humano.
Estimados amigos, todo lo relatado se asemeja mucho a hechos ocurridos en tiempos pasados, pero hacer memoria es extremadamente bueno para tomar decisiones.
La humanidad en general vive tiempos complejos donde personajes sin moral, sin principios, sin convicciones y, lo peor, sin ningún interés por el bienestar del hombre, por el contrario, sólo concentrados en sus propios intereses utilizándolo a usted como peldaño, se pavonean con discursos que no convencen a quien tenga dos dedos de frente y una leve capacidad de pensamiento crítico.
Larga es la lista de fracasos y tragedias, pero más aún es preocupante lo dispuestos que están los mismos de siempre a generar, amparar, apoyar e insistir en repetir las experiencias.
Para el hombre bueno, para ese que respeta al prójimo, honrado, trabajador, sensible en lo social y con ganas de transitar su vida con la dignidad que se le concedió por el sólo hecho de nacer, para ese hombre la pérdida de valores, de principios, de probidad, de respeto social, los abusos al ciudadano, el matonaje, las amenazas, la consolidación de delincuentes en el sistema público, el ocultar, avalar o minimizar actos de los amigos, el no cumplir con la tarea para la cual se está pagando con dinero de todos los chilenos, la mentira reiterada, el nepotismo y la confabulación con otros para defraudar, para encubrir y para no ser castigados por ello, todo eso son, definitivamente, malas señales.
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