Claudio Moran Ibáñez
La mayoría de las personas en Chile que votan por “la derecha” aunque no lo sean realmente, tienen conceptos muy básicos en su entendimiento del acontecer político, conformándose con un par de expresiones y lugares comunes, olvidando que la vida y la historia no son una foto, son una película, y constantemente en realización. Se conforman entonces en manifestar el desagrado y rechazo que el actual gobierno les produce, desde un desatinado y chabacano presidente de apodo digno de piscis, y ahora ya horrorizados con la constatación del mecanismo de latrocinios que se ha descubierto. Por lo mismo de su simpleza, que no es nada malo la tengan ya que la política realmente no les interesa, es que comentarios como los que he hecho sobre otro prisma de nuestra realidad, les incomoda, les complica, les asusta. Prefieren no saber, como el avestruz. Por algo Gabriela Mistral dijo que el único arte que ha sido sublimado en Chile, es el de “hacerse el leso” (hoy se dice otra cosa) Pero para enfrentar un problema, o una enfermedad, primero hay que reconocerlos, eso es lo que en nuestro país se evita. Y así los problemas solo crecen y nunca se solucionan.
La semana pasada, antes de las impertinencias y chascarros presidenciales en Madrid, la así llamada derecha demostró que carece de una oferta seria de alternativa al país. Fue así que rechazo con votos de su sector, la acusación constitucional al ministro de educación. Ello es sin embargo congruente con lo que ha sido su actuación mayoritaria desde noviembre de 2019. Por lo mismo no me asombra el proceder de esos “progres” que dicen ser de derecha acaso por sus apellidos rimbombantes que tampoco coinciden con ideas que no tienen. Asimismo, la actuación deplorable de la alcaldesa Mathei que ni más ni menos consagra la barbarie antinacional de los octubristas, son clara demostración que esa derecha o así llamada, no es alternativa de nada, solo más de lo mismo. Es simple lógica: lo hicieron pésimo como gobierno y entregaron el país a la ONU y a la revolución: ahora son una pésima oposición (¿de qué?), todo indica que serían un aun peor gobierno que es a lo que aspiran. Y dan nauseas como siguen con la misma mentalidad de siempre, aspirando a carguitos y peguitas, como hicieron antes bajo Piñera, cuando se sentaron las bases de un sistema que ha llevado a esta revolución y al “mecanismo” por el cual están esquilmando, al país de que la izquierda se apoderó. Es que, para muchos, gobernar es pitutear o, directamente, robar. Les aseguro es imposible así superar el desastre en que estamos sumidos, que parte por lo moral, los conceptos, las ideas.
Esa derecha “light” cuyo único argumento es pelar al “merluzo”, se niega siquiera a pensar en lo que estamos metidos. Que nuestro país pierde día a día su soberanía mientras la corrupción y el globalismo se los engulle. Llevamos muchos años ya en esto. Nuestros problemas no son internos más que en sus efectos, pero claramente están orquestados desde afuera. Cuando Ricardo Lagos asumió la candidatura presidencial, su primera actividad fue tomar el avión e ir a Nueva York a besar la mano de George Soros, el gurú del “progresismo” mundial. Hace poco se descubrió que una Fundación de Giorgio Jackson recibió aportes de Soros, varios años después, porque se les entregó este país. Lagos después se transformaría en Enviado Onu para el cambio climatico. Le sigue Bachelet, que después pasó a “ONU Mujeres”. Asumió Piñera. Le devolvió a Bachelet, que después fue a Alta comisionada ONU para DD.HH. Le devolvió a Piñera. Piñera entregó el país a la agenda 2030 ONU, y en 2019 soñaba con ser secretario general de la ONU… Le entregó el cargo que hace rato no ejercía, a Boric, “hijo” político de Bachelet como ella es de Lagos y Soros. Todo el siglo XXI chileno está marcado por los mismos personajes y centro de poder, ¿pueden caber dudas de quienes están detrás de lo que ocurre en Chile, y que nuestro país no es soberano y esta entregado a estas fuerzas oscuras antinacionales? Ahora explíquense por que la derecha así llamada, apoya al gobierno o al menos no lo confronta y menos prepara y construye una alternativa al gobierno del “mecanismo” de Boric. Pregúntense como se formó el profundo pozo de la corrupción que sale a raudales, y el por qué esa misma derecha es parte activa y pasiva de esta situación terminal de Chile, que no le interesa cambiar y menos oponerse al globalismo corruptor y deconstructor. ¿Qué es lo que no se entiende? ¿Será que prefieren no entender cuan complicados estamos?
Dejen de pensar que las vergüenzas internacionales de este gobierno son errores y desatinos, son parte de un plan muy preparado. Como también lo es el mecanismo de la corrupción y el latrocinio. La izquierda globalista domina prácticamente todo, y cada día avanza en sus designios totalitarios por el poder. Sin oposición, una caricatura de país.
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