Claudio Moran Ibáñez


  Este es otro de los temas tabú para los chilenos hoy. Simplemente no se menciona, pero el soslayarlo hace imposible entender lo que realmente está ocurriendo en nuestro país. Nuestro Presidente, que todos sabemos no gobierna porque el descalabro nacional es más que evidente, ahora anduvo en Europa en medio de la crisis política creciente. Ahí se reúne con cantantes y hace propaganda a su conmemoración de los 50 años. Todos sabemos que su nivel intelectual, su acervo político y cultural no le permiten ir mas allá de dar como siempre, tristes espectáculos y crear conflictos diplomáticos. En lo externo. En lo interno, Chile ya no es un país estancado, sino uno que retrocede a períodos oscuros y mediocres, con una clase dirigente corrupta transversalmente, además de mediocre. Chile hoy es como muestra, un país de ladrones, que más encima exporta ladrones a países del primer mundo. Pero seguimos con el show costoso de elaborar una nueva constitución, porque se le trata de dar el gusto al alguien.

  Y ese alguien es la ONU. Las generaciones más jóvenes seguramente ignoran mucho de esa organización internacional. Nacida al término de la segunda guerra mundial sobre los restos de la fracasada “Liga de las Naciones”, su misión esencial era asegurar la paz mundial. Nunca ha habido más conflictos armados que desde que existe la ONU, lo cual evidencia su fracaso si ese hubiera sido su real objeto. Permítanme ponerlo en duda, los hechos demuestran otras cosas, que en las últimas décadas se han evidenciado, hasta culminar con la llamada agenda 2030 que es un verdadero programa de gobierno en lo básico, universal, que requiere el establecimiento de un nuevo orden y gobierno mundiales, previo ir cambiando los paradigmas de siglos.

   El entender esto es la única manera de entender lo que realmente pasa en Chile, como nuestro país se va rindiendo a ese nuevo orden y programa ONU. Entender como una pandilla de activistas a ultranza de los paradigmas propugnados por esa misma ONU, sin ninguna preparación ni competencia de ningún tipo, se han apoderado del país y de sus instituciones, más que nada, de la mente de millones que cual zombies siguen apoyándolos en un 30% en promedio de encuestas, también movidos en parte por el gigantesco campo de nuevos empleos públicos directos o a través de Fundaciones, y las ideologías LGTBIQ+, feminismos, ecologismo y otras. Todas respaldadas, promovidas por…la ONU.

En el anterior “proceso constituyente” la ONU -organismo sin competencia ni antecedentes en la materia- celebró un convenio formal con la Convención, ¿sería para “supervisar”? El 1 de agosto de 2019 el entonces presidente Piñera firmó un convenio con la ONU para permitir la implementación en nuestro país de la agenda 2030, canciller era Teodoro Ribera. Ribera es también miembro de la bien pagada “comisión de expertos” que redactó el actual proyecto que claramente supeditaría al país al nuevo orden mundial. Si lo de octubre de 2019 no fue casualidad, el gobierno ya estaba entregado a la ONU que respaldó todo lo acontecido de ahí en adelante…Hoy no existe casi oposición política, las políticas de este gobierno pro ONU van saliendo delante de una u otra manera, incluido el eufemismo del “pacto fiscal”. Nunca más se habló del problema de nuestras fronteras abiertas y de la invasión disfrazada de inmigración, y no porque ella se terminara, pero leíamos hace poco que la ONU-Chile había hecho certificar laboralmente a un gran número de “migrantes” a través de organismo de gobierno, es decir, ellos crean el problema y después lo administran. Hay una nebulosa, pero se calcula existen al menos 19 agencias de la ONU operando activamente, instaladas en ministerios e instituciones supervisando la implementación lenta pero segura, de la agenda 2030. E incluso hay autoridades de regiones solicitando la instalación de la ONU en sus ámbitos…Es decir, la intervención del supra-estado se está normalizando, muchos chilenos simplemente no lo cuestionan, pues de eso se trata. Izquierdas y derechas. La nueva constitución será el broche jurídico nada más.

  Es decir, el desgobierno de Boric y la ONU son una simbiosis, ambos causantes del descalabro que se vive en Chile, y esta ultima la causa y el sostén de un gobierno que desafía la lógica más elemental salvo la de un resumidero de mediocres que lo aplaude, junto a la cobardía de quienes prefirieron sus bolsillos antes que su país y de sus padres, total la mayoría ya ni hijos tendrá. La intervención de la ONU en el concierto mundial y en lo nacional, siempre ha sido sinónimo de fracaso, es además de un organismo parasitario e incompetente, siniestro y manipulador, pantalla de poderes facticos inconfesables. Si lo duda, vea Haití, intervenido por muchos años por la ONU…no dejaron nada, la gente sigue arrancando para no morir de hambre ni que la maten. Y hacia allá nos llevan.

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