Claudio Moran Ibáñez


Cuando se van decantando posiciones después el 7 de mayo, en que claramente los perdedores son el gobierno revolucionario de Boric, y la clase política tradicional, de izquierda y la de derecha aparente, el país va cayendo en una vorágine de temas constitucionales procedimentales, en lo formal, muy poco de fondo. La clase política sigue en su mediocridad y ceguera infinita, centrada en hechos y cifras, pero incapaz de ver y analizar la realidad. Siguen vendiendo la mentira de que lo constitucional va ser la salida de todo y la solución de todo. Los medios de comunicación, cooptados por este sistema, ocultan e inhiben la posibilidad que el inconsciente colectivo de este país despierte y se exprese de verdad, cuestionándose el por qué seguimos metidos en el tema constitucional, después que el proceso constituyente del año pasado fue contundentemente rechazado, y esa votación más encima se incrementó el 7 de mayo, ya que solo hay que sumar los votos republicanos con los nulos, blancos y abstenciones, absolutamente adjudicables a votos contrarios a un proceso que se sabe ilegitimo y falso.

Mientras tanto, el país se cae a pedazos, no hay área de la actividad e interés público que no esté peor cada mes, tanto así que si dicen que la inflación está cediendo- lo cual es un mero ciclo-, por otro lado, el desempleo real sube inmisericordemente. Y si Ud. tiene dudas de que estamos en medio de una recesión, en vez de mirar las cifras mentirosas de Hacienda, ¿se ha dado cuenta de lo demorosos que están los pagos? Es que muchos ya no se acuerdan como era.

Todos, absolutamente todos los problemas que asfixian al país, se tapan y postergan, ahora con mayor razón, no hay siquiera visos ni planes de solución. No se saca nada con prorrogar estado de emergencia en el norte, si no se cierran efectivamente las fronteras. Nada se saca con lo mismo en el sur, si no hay planes de ataque y eliminación del terrorismo. No se puede levantar la economía del país sin impulsar el crecimiento, no pueden desmantelar la delincuencia y el crimen quienes de toda la vida han odiado a las policías y al orden establecido y han hecho apología del delincuente. Así, en todos los ámbitos, los paradigmas de la insurrección se siguen manteniendo e incrementando, siguen con su ideología de género, la destrucción de la educación, la sexualización de la niñez. Y sería interminable la lista de lacras que tratan de taparse con el “proceso constituyente”.

Es importante no nos extraviemos en las ideas y actuaciones. La deconstrucción institucional partiendo por la constitución, es obra de quienes hoy detentan el gobierno, y lo lograron a sangre y fuego, implantando el terror. Pero nadie va a creer que Boric es un líder revolucionario, sabemos es un señuelo carente de competencias para nada, puesto ahí por quien maneja el proceso chileno, el Nuevo Orden Mundial y la Agenda 2030 de la ONU. No existe ninguna otra explicación para este segundo proceso, y para que el fracasado gobierno aún se mantenga. El anterior y el actual proceso constituyente sabemos beneficia a este gobierno ya rechazado y casi odiado por la gran mayoría. Esa gran mayoría no va a aceptar una nueva constitución firmada por Gabriel Boric, sería premiar al líder aparente de la destrucción del país, y sería una traición casi tan grande al país como la de Sebastián Piñera, que Republicanos “le haga” una nueva constitución a Boric. La realidad ya comienza a hablar en todas partes: en diciembre se va a rechazar lo que sea se postule, ya sabemos que será pro gobierno mundial y para la gloria de Boric. No, el rechazo será el próximo paso y después solo queda otro: hacer que Boric dimita y termine este desgobierno absoluto, un fracaso que la Historia querrá olvidar. Y para eso las fuerzas patriotas y libertarias deben organizarse concienzudamente, porque recuperar el país no será fácil, habrá muchos enemigos, será peor que muchos terremotos y tsunamis juntos en daños, porque no es solo material, es moral, es de integridad y honor nacional. Este proceso pauteado, con bordes inaceptables y negociados por cúpulas miserables, son los bordes del precipicio en que Chile va cayendo.

Solo espero más voces se levanten en nuestro país y se clame con firmeza “dejen de mentirnos, exigimos la verdad”, porque todos sabemos o debemos saber la verdad de lo que ha ocurrido realmente y está aconteciendo. No vivimos en democracia, eso también es mentira, vivimos en el reino de las apariencias, en la Matrix de la saga.

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