Claudio Moran Ibáñez
Cuando buscaba un título para esta columna, dudé entre este y “los tentáculos del pulpo”. Es que ciertas frases sugestivas son decidoras de las situaciones que se viven y se sufren. Y estamos en un país en que todos los limites se han sobrepasado, el sistema por así decirlo, se sostiene en la hipocresía y la cobardía de muchos que no se atreven-por varias razones-a enfrentar y decir la verdad de la realidad.
Chile se ahoga en problemas, y esos problemas han sido creados o al menos impulsados por las fuerzas políticas detrás del actual gobierno, gobierno que no gobierna sino hace una revolución, cosa que mucha gente no quiere entender, y sueña con imposibles, siempre es más fácil ver lo que se quiere y no lo que es. Está fuera de discusión que los territorios quemados por incendios intencionales, que corresponden a actos terroristas coordinados, con el trasfondo de destruir o dañar al menos, parte importante del aparato productivo del país. Es esencial para esta revolución globalista que nos asola. Es indignante constatar la hipocresía de este gobierno, que califica este terrorismo de desastre medioambiental, y apunta como culpables a las empresas forestales. Evidenciando complicidad, coautoría o al menos ingenuidad por algunos, se desvía el tema a los monocultivos y esas cosas con una liviandad imperdonable. Bosque de pino o nativo, un incendio intencional es siempre un crimen. Dentro de la catástrofe se ha decretado toque de queda para vastas zonas, ¿acaso eso impide se propaguen las llamas? Es para tratar de controlar-y es disposición de las FFA.AA. a cargo-a los terroristas que están provocando esos incendios. Pero el gobierno de Boric elude el tema, claro, porque este gobierno es fruto de la violencia y los incendios de ese criminal mal llamado “estallido social” de hace más de 3 años, tiempo en el cual absolutamente todo en el país ha empeorado.
Este gobierno no puede solucionar el problema, porque el problema es el gobierno. Los incendios han servido para distraer una vez más, los conceptos y los otros problemas creados ideológicamente, como la invasión inmigratoria en que se ha constatado la colaboración de este gobierno con quienes ingresan ilegalmente a Chile en la zona norte. Claro, nunca se olvide que para la izquierda ideológica globalista, las fronteras abiertas son un paradigma construido por dichas fuerzas que hoy están en este gobierno. Los creadores de un problema, no lo van a solucionar ahora, eso no ocurre nunca. Como tampoco el gobierno anterior de Chile Vamos, que colaboró de una u otra forma con esta revolución globalista y sus exigencias, y que, por tanto, creó muchos de estos problemas, van a ser capaces de corregirlos en su ostensible aspiración de volver a La Moneda. Ya hicieron suficiente daño a la Historia. Téngase presente que la inflación fuerte que sufrimos, es creación y herencia de la irresponsabilidad y cobardía del anterior gobierno, por ceder a lo que las fuerzas neomarxistas exigían.
Todo cuanto ocurre en Chile fue cuidadosamente planeado, con observación detallada a nuestras circunstancias de decadencia y obsolescencia de la llamada clase dirigente, política y empresarial. Una vez más estos hacen el ridículo tratando de “abuenarse” y buscar soluciones en el gobierno de Boric y el PC. Nuestro país hoy esta “durmiendo con el enemigo”, queriendo hacer vista gorda de lo evidente. Y lo evidente es que Chile se muere y lo están matando desde adentro, por sus propias autoridades de extrema izquierda. Somos una caricatura de país, una vergüenza internacional e histórica, que ha aceptado absolutamente todo, ser destruido, ridiculizado, empobrecido, invadido. Nada parece valer, todo se transa. Tenemos el enemigo de la guerra globalista, adentro. En nuestras instituciones, nuestras autoridades, nuestras empresas, nuestros bosques, sembradíos, y van por lo clave e insoslayable: las FF.AA. a través de su formación. El pulpo tiene varias patas, mencionamos algunas, sumemos el crimen organizado, la corrupción, pero la cabeza es una sola y la misma. Con ese pulpo Chile está durmiendo, mientras el pulpo lo destruye día a día, por acción y omisión, pero sobretodo, por cobardía, por falta de visión, por egoísmo. No quiere entenderse que Chile tiene el deber histórico de sobrevivir, y para ello debe vencer a sus enemigos. El primero de ellos, el actual gobierno, pero también esta esa clase política miserable que nos negoció.
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