Claudio Moran Ibáñez


“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” (Abraham Lincoln) Un taxista me decía hace un par de días, que él no mira TV ni escucha noticias. ¿Para qué, si todo es falso y arreglado? Era su explicación, que he oído a muchos. Es que nuestro pueblo chileno, aquel para quien se supone se gobierna y por ese mismo pueblo, hace tiempo comenzó a entender que esa es una enorme mentira. Como lo he explicado, en Chile no tenemos democracia, tenemos elecciones, la participación del país o pueblo real, no existen.

Por muchos años, había sido creciente el clamor de las regiones por verdadera autonomía, ser parte efectiva de la toma de decisiones y mejorar con ello el proceso de desarrollo, ser actores no meros espectadores. ¿Ha notado Ud. que el tema regionalista desapareció, es más, el país vive un cada vez más agudo centralismo?: todo es Santiago, el gobierno central y las decisiones de las cúpulas de los partidos. Y a nadie le importa. La verdad, en el Chile de hoy parece que a nadie le importa nada de nada, solo sobrevivir. Hay un hastío colectivo y una frustración muy profunda de los millones que en el día a día observamos un país deprimido, carcomido por muchas lacras, a la deriva y sin esperanza.

Lo más reciente ha sido la acelerada conformación del “comité de expertos”-que en su gran mayoría no son expertos de nada sino políticos-que van a elaborar el proyecto de nueva constitución que al pueblo no le importa, pero si a esa desvergonzada clase política que decididamente perdió…la vergüenza. Sólo le interesa transversalmente y aunque el 99% del electorado no pertenece a ningún partido, perpetuarse en los cargos y el poder, y lo hacen aun a costa de desvirtuar sus propias mentiras y mitos. Por ejemplo, critican que la actual constitución es fruto de una dictadura, pero ellos designan “a dedo” a los supuestos “expertos”, luego, actúan dictatorialmente por las normas que ellos solos crearon. Los constituyentes a elegirse entre quienes los partidos o sea ellos designen, serán meros comparsas para validar lo que necesariamente será producto de otra “cocina” ya que-nadie lo dice-en tan breve tiempo es imposible hacer nada serio a menos que copien y peguen lo existente.

¿Y qué participación tienen las regiones? ¿Acaso hay expertos provenientes de las regiones con residencia en ellas? Ninguno, todo se designa y decide en Santiago. Hemos retrocedido casi dos siglos, tenemos regiones de mentira, somos meras provincias, las anuladas regiones de Santiago, Chile entero es provincia  del nuevo orden mundial globalista.

Se está configurando en nuestro país lo que los americanos llaman “establishment”, el sistema establecido. Todo se hace dentro de él, en él se decide absolutamente todo. Esto en nuestro país pudo funcionar-y a medias-en el siglo 19, pero en el actual, con el nivel cultural, las tecnologías y las comunicaciones, será imposible, esto no se podrá sostener. “Todo dentro de la clase política, nada fuera de ella”. Hasta que esta clase política, transversalmente, sea defenestrada, es una reedición chanta del despotismo ilustrado, con la diferencia que ni siquiera es ilustrada, ni con ayuda de “expertos” designados podrán subsanar la incultura y frivolidad que la corroe, además de la corrupción que les sale por los poros como al resto de la estructura del país, permeada por quienes han usado de cargos y prebendas en provecho personal. Estamos sufriendo simplemente un despotismo, a secas, una tiranía de las cúpulas políticas. ¿A quién le importan las regiones?

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