Cristián Labbé Galilea


Será porque se nos ha identificado como “los ingleses de américa” que, ante el complejo proceso de indecisión y duda política que se vive, cada vez nos sentimos más conminados a pronunciarnos, al mejor estilo Shakesperiano de “To be o not to be” (Ser o no Ser), sobre si estamos por el… ¿Apruebo o Rechazo?, del proyecto de nueva Constitución presentado por el Consejo.

Hoy por hoy, en nuestras tertulias semanales no hay otro tema. Sobran los argumentos en una u otra dirección, y por ser una situación binaria (sólo dos opciones), las discusiones tienden a polarizarse, tanto así que, a pocos días de haberse entregado el texto definitivo, ya hay quienes “se cortan las venas” por una u otra posición… No hay quien los haga reflexionar… si uno no comparte un determinado enfoque… “las penas del infierno”.

En esa dinámica se pierde, a juicio de esta optimista pluma, un aspecto determinante de lo que en esta oportunidad está en juego; esto porque, al concentrarse las discusiones en argumentar porqué se está a favor o en contra -tanto de los contenidos como de las proyecciones políticas-, lo que se pierde de vista es algo que se debería tener muy claro: en el plebiscito del 17/D… se gana, ¡Sí o Sí!

La razón es muy simple. Después de cuatro años de desgaste, y de haber vivido un proceso constitucional espurio, las ideas fundamentales de la libertad terminan por imponerse. Cómo no, si las opciones se reducen, por un lado, a un proyecto que, si bien presenta diferencias, “no echa por tierra” la institucionalidad vigente y, por el otro, está la opción de continuar con la Constitución actual.

Por lo tanto, en lo sustantivo, seguirán vigentes los “principios y fundamentos básicos” que definen la Sociedad libre.

En lo anterior está la clave. Digan lo que digan, en esta oportunidad la gran derrotada será la izquierda y los intentos refundacionales del gobierno; es por ello que el oficialismo y la izquierda buscan encubrir esta realidad enredando el debate con “la opción Rechazo”… Nada más lejano a la realidad, pues muchas personas que no son ni de gobierno ni de izquierda… votarán rechazo.

Tanto el apruebo como el rechazo son un triunfo de la Sociedad Libre y, por lo mismo, una derrota para el gobierno, de manera que no caben los chantajes ni las extorsiones con los que algunos activistas políticos quieren amedrentar a quienes, con una u otra opción, matices más matices menos, sienten un verdadero compromiso con el futuro de libertad y progreso para nuestro país.

En definitiva, esta inquieta pluma insta a sus intranquilos parroquianos a no dejarse intimidar. Son tiempos para actuar con… “mentalidad ganadora”. No se le puede “hacer el juego” a los encantadores de serpientes del gobierno, que buscan revertir la situación “capicúa” en la que se encuentran. Como se dice en el dominó, están “bloqueados por ambos lados”: pierden con el Apruebo y pierden con el Rechazo.

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